El colectivo de madres y abuelas venezolanas pidió a la primera dama que escuche su clamor, recordando su rol como madre y su defensa pública del bienestar infantil.
“¿Puede usted estar tranquila un minuto sin conocer el paradero de su hijo? ¿Dormiría tranquila sin saber si comió o cómo se siente? Nosotras no logramos avanzar sin tenerlos cerca”, precisaron en el texto.
De acuerdo con el movimiento, estas niñas, niños y adolescentes, cuyas edades oscilan entre los 5 meses y los 17 años, habrían sido separados de sus padres de forma injusta durante vuelos de deportación en marco de la ofensiva migratoria de la Administración de Donald Trump.
El llamado de estas mujeres es un ruego a la justicia y la humanidad. Le piden a la primera dama que eleve su voz y sea “un puente” para que sus hijos regresen a sus hogares. La petición es clara: que la política de separación familiar no continúe y que, en su lugar, se proceda a deportar a las madres junto a sus hijos.
La denuncia del colectivo de madres se enmarca en un contexto de acusaciones formales por parte de las autoridades venezolanas. En varias ocasiones, el gobierno denunció lo que califica como “el secuestro” de niños venezolanos por parte de las autoridades estadounidenses. En este sentido, el ministro para Relaciones Exteriores, Yván Gil, señaló directamente a John McNamara, encargado de Negocios de Estados Unidos en Colombia, como el responsable de mantener esta situación “ilegal y profundamente inmoral”.
Con la fe puesta en que ella pueda influir para generar un final feliz, las madres concluyen el texto con una frase contundente: “Free our children” (“Liberen a nuestros niños”).