La Unión Soviética derrotó al fascismo en 1945. Un triunfo que costó 20 millones de muertos soviéticos y que recién cuando el ejército rojo comenzó la ofensiva, hizo que las potencias occidentales actuaran con el famoso Desembarco de Normandía. Lo hicieron tras observar durante años como los nazis (creación del capitalismo) avanzaban hacia el oeste. El sufrimiento de los rusos y de las repúblicas que conformaban la URSS fue tremendo. Como ejemplo el bloqueo a Leningrado, una acción militar de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial que buscó apoderarse de la ciudad de Leningrado (actual San Petersburgo). Sin embargo, ante la heroica defensa soviética, se les hizo imposible tomar la ciudad rápidamente, por lo que los alemanes y sus aliados finlandeses optaron por bloquear la ciudad y dejar morir de hambre y frío a la población civil y a la guarnición de la ciudad. Murieron cientos de miles.
Por tanto, el 9 de mayo Se conmemora el aniversario de la victoria de las tropas de la URSS sobre la Alemania nazi, que se produjo en el año 1945. Una fecha marcada en rojo que guarda una anécdota. La rendición alemana se produjo el 8 de mayo a las 22:34 horas (horario de Europa central). Sin embargo, en Rusia, eran las 00:43 horas del día 9, de ahí que la celebración sea este día.
Hoy, donde los nazis aparecen -una vez más- blanqueados por sus medios de información «democráticos», más que nunca decimos no al fascismo representado por la OTAN.
Gloria a los millones de soldados y civiles soviéticos asesinados por la barbarie capital-monopolista a través de su brazo armado, hoy en auge, el fascismo. No os olvidamos, Union Soviética. Llevásteis a cabo la mayor hazaña colectiva de la humanidad y mayor progreso democrático, creando el primer estado gobernado por obreros y campesinos, asediados durante décadas por la rabiosa burguesía implacable, que terminó derribando la gloriosa Urss en los años 90. Abrísteis el camino para lo que vendrá cuando el injusto capitalismo caiga por su propio peso. Hasta la vistoria, siempre. Gracias, camaradas, no os olvidamos