
La bancarrota del capitalismo de todo el mundo, en su fase imperial, pone a trabajar a todos los agentes de la burguesía, a infiltrarse en los movimientos obreros y en los partidos de la izquierda domesticada a base de subvenciones, como el PCE o el PCPE, para introducir argumentos que puedan crear la confusión necesaria para perpetuar la dominación de los explotadores. Uno de los términos que se ven afectados es el de la democracia, cuya etimología sería el poder emanado del pueblo y que la burguesía esgrime obviando su carácter clasista. La democracia que esgrime la burguesía es la democracia en abstracto, la de una ínfima parte de la población, los explotadores y sus secuaces, sobre la inmensa mayoría de la población, los únicos que producen valor, la clase obrera, esto es, la democracia de, por y para los intereses de clase de la burguesía. Para ello se sirve de la democracia en abstracto, como ya dijimos, y la presenta como el único y menos malo de los sistemas.
Ante esto, el PCOE declara que no puede haber democracia con hambre, no puede haber democracia con propiedad privada de los medios de producción, no puede haber democracia con exclusión social, no puede haber democracia con incultura, no puede haber democracia con apropiación privada del trabajo social por parte de una minoría parasitaria, que impone sus intereses privados por la violencia organizada mediante un estado burgués armado hasta los dientes. Y el PCOE no lo repite como un dogma, sino que todas estas consecuencias afectan directamente a la clase social infinitamente más amplia, la clase obrera. Para que nos entendamos, sin manipulación y violencia organizada, ningún colectivo ampliamente mayoritario, en este caso la clase obrera, sería capaz de votar en contra de sus propios intereses condenándose a la esquilmación, el saqueo sistemático y la ignorancia. En este punto, los comunistas tenemos que felicitar a nuestros explotadores por sostenerse mediante la batalla ideológica, cuando la base económica ya no les acompaña. Se trata de una enfermedad que el PCOE cura insuflando conciencia de clase a las amplias masas trabajadoras.
Si partimos de nuevo de la etimología de democracia, entendida como el poder emanado del pueblo, la democracia por definición y por el amplio juego de mayorías, ha de ser proletaria. Esta democracia verdadera no caerá del cielo a nuestros hermanos de clase y su construcción le enfrentará a la resistencia violenta y organizada de los explotadores, que patalearán hasta el último día ante el peligro de la pérdida de sus privilegios. Su consecución y consolidación ocupará toda una época histórica debido a esta resistencia y se suavizará progresivamente cuando desaparezcan los antagonismos de clase, extinguiendo a su vez al estado. En su opúsculo “Democracia burguesa y democracia proletaria”, Lenin (1919), que sirvió para la apertura del I Congreso de la Internacional Comunista, dice así, “La historia enseña que jamás una clase oprimida ha llegado a dominar –y no podría llegar de otro modo– sin pasar por un período de dictadura, durante el cual se apodera del poder político y abate por la fuerza la resistencia desesperada, exasperada, que no se detiene ante cualquier crimen, que siempre le han opuesto los explotadores”. Por eso, hasta que la resistencia burguesa no se abata, la dictadura del proletariado en concreto, frente a la dictadura en abstracto que esgrime la democracia burguesa para legalizar su dictadura burguesa, será la forma que libere y organice a la clase obrera en su emancipación del trabajo vivo frente a la dictadura del capital, será la forma más radical de democracia. Esta democracia proletaria se realizará muy conscientes de que no puede haber democracia con hambre, no puede haber democracia con propiedad privada de los medios de producción, no puede haber democracia con exclusión social, no puede haber democracia con incultura, no puede haber democracia con apropiación privada del trabajo social por parte de una minoría parasitaria y terminará por aplastarla por un proceso dialéctico al que, como dijimos, a la burguesía ya no le corresponde la base económica y sólo se sostiene por la violencia organizada del estado burgués y sus secuaces.
El PCOE habla de democracia y dictadura en concreto, frente a las abstracciones burguesas, habla de método y desarrollo dialéctico y te llama a unirte a sus filas para cumplir la misión histórica del proletariado como sepulturero de la burguesía para la supervivencia de nuestros hermanos de clase.
¡Hacia la democracia proletaria!
¡Por la liberación de nuestros hermanos de clase!
¡Únete a las filas del PCOE!
COMISIÓN DE AGITACIÓN Y PROPAGANDA DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)