
La casa de altos estudios organizó una serie de charlas de reflexión sobre ese programa represivo bajo el título “50 años después del Plan Cóndor: revisión y nuevas perspectivas de investigación”, que sesionará esta semana.
El panel “La herencia de la Operación Cóndor” tuvo la participación de la docente e investigadora Mariana Achugar, el escritor Fernando Butazzoni y el historiador Carlos Demasi.
Achugar refirió la continuidad de efectos psicológicos, “el daño transgeneracional” y la impunidad que persiste de aquellos años de dictadura que aquí ocurrieron entre 1973 y 1985.
“El daño no fue sólo a las víctimas directas, sino también a quienes eran niños, niñas y jóvenes en ese momento. Sus silencios producen vacíos en la memoria colectiva que afectan a toda la sociedad e impiden comprender lo que hizo posible esos niveles de violencia”, expuso.
Añadió que procedimientos como el espionaje político y la criminalización “de quienes denuncian los abusos y buscan justicia” constituyen herencia del Plan Cóndor.
El escritor Butazzoni refirió el miedo que persiste y por el cual periodistas temen tocar temas sensibles y muchos docentes se abstienen de decir determinadas cosas en el aula.
Opinó que “el miedo y el pánico perduran” porque “para lograrlo se estableció un mecanismo de trabajo y calado psicológico en las personas”.
Demasi coincidió en que persiste “un temor difuso” porque “nos queda la conciencia de que el Cóndor puede reactivarse en cualquier momento”.

