
Miles de personas salieron a las calles de Brasilia y otras capitales para protestar contra el llamado PL de Dosimetría, iniciativa que busca disminuir las sanciones de esos implicados, entre ellos el expresidente Jair Bolsonaro.
En Río de Janeiro, la playa de Copacabana se convirtió en escenario de un acto cultural y político encabezado por Caetano Veloso y otros artistas.
La manifestación no solo cuestionó la reducción de penas, sino que también visibilizó otras demandas ciudadanas: la defensa de los derechos de mujeres y niños, así como la investigación de las enmiendas Pix (sistema de pago instantáneo).
De igual manera, la oposición a iniciativas polémicas como el PL de la Devastación y el Marco Temporal, tesis jurídica sobre demarcación de tierras indígenas.
La atención se traslada ahora al Senado, en el que la Comisión de Constitución y Justicia analizará el miércoles el informe del senador Esperidião Amin sobre el proyecto.
De aprobarse, el PL de Dosimetría podría llegar al pleno antes del receso legislativo, acelerando su camino hacia convertirse en ley.
El presidente del Congreso Nacional, Davi Alcolumbre, aseguró que el Senado tiene la intención de deliberar el texto aún este año.
«Buscamos un punto medio para modernizar la legislación y cerrar lagunas existentes en la ley que protege el Estado Democrático de Derecho», declaró.
Sus palabras reflejan la urgencia de cerrar un capítulo que ya ha dividido al país y que promete generar intensos debates.
Analistas advierten que la semana que comienza podría definir el rumbo de la justicia brasileña, mientras movimientos ciudadanos y figuras culturales presionan desde la calle para frenar lo que consideran un retroceso en el sistema judicial.
La combinación de manifestaciones, votaciones clave y pronunciamientos de líderes legislativos convierte la semana en un punto crítico. Un escenario en el que las decisiones del Congreso podrían influir en la percepción pública sobre la imparcialidad de la justicia y la protección de los derechos fundamentales.
Además, sectores opositores alertan sobre el riesgo de que la aprobación del proyecto genere un precedente que favorezca impunidad en casos de gravedad política y social.
En resumen, Brasil vive un momento de alta tensión. Manifestaciones, debate legislativo y posibles cambios legales confluirán en jornadas que definirán la relación entre poder, justicia y ciudadanía. Cada acción y cada voto cuentan, y el país observa con atención.

