¿Una pandemia perpetua?

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Carestías de toda índole afectan a millones de personas, pese a las reiteradas promesas de no dejar a nadie atrás

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En 2024, la riqueza conjunta de los milmillonarios creció a un ritmo promedio de casi 5 700 millones de dólares diarios, mientras innumerables personas no tenían ni dinero para comer. FOTO: CTN Foto: Internet

María Julia Mayoral (Granma).— La humanidad crea a diario abundantes riquezas materiales, tiene superior salubridad, esperanza de vida y escolaridad en comparación con épocas precedentes, e introduce ingenios tecnológicos deslumbrantes, pero los beneficios están cada vez peor repartidos.

En noviembre próximo, la comunidad internacional volverá a examinar el asunto durante la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, que sesionará en Doha, Qatar, después de 30 años de la primera cita, celebrada en Copenhague, Dinamarca, en 1995.

El evento servirá como plataforma de diálogo para gobiernos, organizaciones de la sociedad civil, actores del sector privado, y otras partes interesadas en colaborar para la creación de políticas y estrategias que promuevan la inclusión, la equidad y la sostenibilidad, anunció la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Pese a los avances en las últimas tres décadas, «las desigualdades arraigadas, la frágil confianza en las instituciones, y la lentitud de los progresos en áreas claves siguen frenando la justicia social», señaló la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en fecha reciente.

El mundo es hoy «más rico, más sano y más educado»; sin embargo, «los beneficios no se han distribuido de manera equitativa», sustentó el organismo en su informe La situación de la justicia social: Progresos en curso, de cara al venidero debate en Doha.

Desde 1995 hasta la fecha, la tasa de trabajo infantil entre niños de cinco a 14 años de edad disminuyó a la mitad; en tanto, la pobreza extrema decreció de 39 a diez puntos porcentuales, ejemplificó el documento en sentido positivo.

En el mismo intervalo de tiempo, la proporción de menores que culminan la enseñanza primaria aumentó un 10 % y, por primera vez, más de la mitad de la población global llegó a contar con cobertura de protección social, abundó la OIT.

No obstante, están a la vista «déficits graves y persistentes»; entre ellos, la informalidad laboral, la cual descendió apenas un 2 % en el transcurso de dos décadas, y todavía afecta al 58 % de los trabajadores.

Mientras, la brecha de participación laboral entre hombres y mujeres bajó solo tres puntos porcentuales desde 2005, ubicándose actualmente en un 24 %. Al ritmo actual, se necesitaría un siglo entero para eliminar la asimetría salarial por razones de género, dijo la OIT.

Según el estudio, viejos y nuevos flagelos tienden a agudizarse en un momento cualitativamente diferente, signado, entre otros factores, por cambios ambientales, digitales y demográficos a gran velocidad.

«Sin políticas deliberadas, estas transiciones podrían agravar las desigualdades. Con las medidas adecuadas –inversión en capacidades, protección social, sistemas salariales justos y políticas activas de empleo–, pueden convertirse en motores de inclusión y resiliencia», sopesó el diagnóstico.

Aunque haya comprensión de las necesidades y las urgencias, en estos momentos los Estados de renta media y baja destinan, como promedio, el 48 % de su presupuesto público anual a satisfacer las exigencias de los acreedores (amortización del capital y pago de intereses), en vez de invertir el dinero en cuestiones perentorias.

Datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) advirtieron que el servicio total de la deuda externa de las economías en desarrollo alcanzó, en 2023, la cifra inédita de 1 400 mil millones de dólares.

Los mayores perjuicios recayeron sobre los países más pobres, pues los costos del servicio de la deuda subieron al triple y los pagos de intereses se cuadruplicaron durante el último decenio, reveló el PNUD en febrero de 2025, durante un foro en Ciudad del Cabo, Sudáfrica.

Siglos de explotación parecen perpetuarse. El Global Wealth Report 2025, publicado por la compañía suiza UBS, de servicios financieros, estimó que, en 2024, la riqueza mundial registró un nuevo máximo histórico al crecer un 4,6 % frente a 2023, pero continuó en manos de una exigua minoría de capitalistas.

La indagación de UBS reflejó que 2 891 magnates poseen fortunas superiores a los mil millones de dólares. Este grupo concentra una parte desproporcionada del capital global, y su número sigue en ascenso, denotó la exploración.

En cambio, la evolución del Índice de Desarrollo Humano en el planeta mostró estancamientos en todas las regiones, teniendo en cuenta los ingresos monetarios de la población, y aspectos esenciales como salud y educación, avaló el PNUD en su informe anual de 2025.

A juzgar por las evidencias, las promesas de no dejar a nadie atrás siguen sin cumplirse de generación en generación; entonces, ¿la pandemia de las desigualdades será perenne?

Fuente: granma.cu

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