
El diputado Hasan Fadlalá, miembro del bloque Lealtad a la Resistencia, afirmó que lo que ocurre en el sur es una continuación de los intentos del enemigo por lograr lo que no pudo en la guerra, presionando a los residentes para que abandonen sus tierras y convirtiendo las aldeas fronterizas en una zona de contención vacía de habitantes.
El diputado Fadlalá declaró: “Pero, lamentablemente, cuando este Estado tomó el control, la soberanía se vio aún más comprometida, y no vimos una eficacia real ni medidas serias por parte de sus instituciones para proteger a la población, lo que alienta al enemigo a continuar su agresión para lograr sus objetivos, el principal de los cuales es impedir que los residentes regresen a sus aldeas”.
Añadió que el enemigo busca «presionar a los sureños para que abandonen sus tierras y no se establezcan allí debido a la sensación de inseguridad y a la presión sobre el Estado libanés para que haga más concesiones». En contraste, enfatizó que «nuestro pueblo está más decidido a conservar sus tierras, nuestros jóvenes permanecen allí a pesar del riesgo de ser asesinados, y nuestro pueblo está recuperándolas, excepto en las zonas de primera línea por razones conocidas».
El diputado Fadlalá enfatizó que “el sur no se vaciará de sus hijos; así como enfrentamos la guerra con armas y sacrificios, la enfrentamos hoy con firmeza y reconstrucción”. Añadió: “Insistimos en reconstruir las zonas que el enemigo quiere impedir, y al igual que durante la guerra, cuando nuestros jóvenes lucharon y fueron martirizados para enfrentarla, sus hermanos permanecen comprometidos con ellos. Hoy, a pesar de la diferente naturaleza del enfrentamiento, la decisión, el coraje y la sabiduría son los mismos, y nuestra única opción que nos mantiene en el sur y preserva nuestra dignidad es la opción de la resistencia y la opción de los mártires”.
En cuanto a los llamamientos a adoptar otras opciones para enfrentar la realidad actual, Fadlalá dijo: “Debemos analizar la realidad, las circunstancias y las repercusiones, y no eximir a las instituciones estatales de sus responsabilidades, incluso si parecen débiles o incapaces, o si algunas de ellas no quieren asumir la responsabilidad, o si algunas fuerzas buscan explotar esto para lograr objetivos políticos o perturbar el equilibrio y la participación en el Estado”.

