El cometa 3I/ATLAS no ha explotado y no es un objeto de origen artificial o una nave extraterrestre, según confirmaron recientes observaciones astronómicas analizadas por expertos.
El astrofísico de la Universidad de Harvard Avi Loeb había sugerido en su blog que el cometa podría haberse fragmentado en al menos 16 pedazos después de reaparecer por el lado oculto del Sol, basándose en imágenes tomadas el 9 de noviembre por telescopios ubicados en España. Sin embargo, las conclusiones de Loeb fueron cuestionadas por otros investigadores, quienes aseguran que el objeto mantiene su estructura intacta y no muestra signos de ruptura.
Un cometa «normal y saludable»
El investigador Qicheng Zhang, del Observatorio Lowell de Arizona, declaró a Live Science que «todas las imágenes que he visto muestran un cometa de aspecto bastante normal y saludable», y añadió que «no hay ninguna señal de que el núcleo se haya fragmentado». Zhang, que sigue de cerca el comportamiento del 3I/ATLAS, indicó que los datos disponibles respaldan la hipótesis de que se trata de un cometa natural, desestimando las especulaciones que apuntaban a un posible origen artificial o que era una nave extraterrestre.
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Anteriormente, las afirmaciones de Loeb, quien afirmó que los científicos tendrían que considerar que no se trata de un cometa natural, provocaron críticas de otros astrónomos. Jason T. Wright, profesor de la Universidad Estatal de Pensilvania, se sumó a las críticas y señaló en su blog que no hay evidencia de que 3I/ATLAS sea una nave extraterrestre. Wright refutó varios puntos de las supuestas «anomalías» mencionadas por Loeb y cuestionó su interpretación y experiencia en el estudio de cometas.
3I/ATLAS desapareció temporalmente tras el Sol al alcanzar su perihelio el 29 de octubre y ahora vuelve a ser visible desde la Tierra. Su paso cercano a la estrella provoca la sublimación del hielo superficial, liberando gas que forma una coma y una cola brillante, visibles incluso con telescopios pequeños bajo condiciones adecuadas.
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