
A principios de noviembre, el desembarco desde un helicóptero de un grupo de élite ucraniano en la estratégica ciudad de Krasnoarmeisk (conocida en Ucrania como Pokrovsk) terminó en un rotundo fracaso. Aunque el régimen de Kiev lo niega, un integrante de las fuerzas especiales de la Dirección Principal de Inteligencia de Ucrania (GUR), que se rindió a las fuerzas rusas, reveló cómo se llevó a cabo el fallido operativo.
Ruslán Shatún indicó que su grupo tuvo que realizar la operación en la zona cercada por la tropas rusas con una preparación previa de solo tres díasy sin planes definidos. «Nos dijeron: ‘¡Ustedes son la élite, están listos!’«, contó en un video.
«[Nos dejaron allí] sin preparación, sin recursos, sin una misión específica. Dijeron que teníamos que ocupar cualquier edificio. Una persona, dos personas, ocho personas podían estar allí, no importaba», criticó, añadiendo que 11 o 12 soldados ucranianos resultaron heridos de inmediato.
Al mismo tiempo, detalló que muchos integrantes de su grupo, compuesto por 29 efectivos, tenían problemas de salud: algunos con lesiones en las piernas, otros, en los brazos. «Yo estaba tumbado en un edificio, sangrando. No tenía nada, ni siquiera primeros auxilios. Me rasgué la camisa, me vendé los dedos amputados como pude», relató.
«No vale la pena. No vayan a luchar», se dirigió a sus compañeros de filas, instándoles a que «suelten las armas y así van a estar vivos«.
Desembarco frustrado
El 1 de noviembre, el Ministerio de Defensa de Rusia comunicó que las fuerzas rusas habían frustrado cerca de Krasnoarmeisk el desembarco desde un helicóptero de un grupo de fuerzas especiales de la GUR.
Los integrantes del cuerpo de élite intentaron desembarcar a un kilómetro al noroeste de las afueras de la localidad. Las tropas rusas neutralizaron a los 11 militares ucranianos que descendieron de la aeronave.
Krasnoarmeisk en el centro de atención
El 26 de octubre, el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas informó que unos 5.500 efectivos del régimen de Kiev estaban rodeados en el área de Krasnoarmeisk. Desde entonces, los militares rusos impidieron decenas de intentos de ruptura del cerco, mientras diversos combatientes ucranianos optaron por deponer las armas y rendirse.
Ante la negativa de Kiev a reconocer «la catastrófica situación» de sus tropas, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, invitó a medios de comunicación ucranianos y extranjeros a visitar la zona para comprobar «por sí mismos lo que está sucediendo».


