Mediante un comunicado circulado aquí este jueves, la agrupación política señaló que la administración norteña hacia el exterior retoma abiertamente los principios más agresivos de la Doctrina Monroe: dominación, saqueo, injerencia y sometimiento de los pueblos de Nuestra América.
Las amenazas, el bloqueo económico, financiero y militar, así como las acciones de hostigamiento directo contra la República Bolivariana de Venezuela, forman parte de una estrategia imperial global, describió la fuerza de la izquierda histórica en este país.
Mencionó el contexto de crisis estructural del capitalismo neoliberal, que busca recomponer su hegemonía mediante la guerra económica, la militarización, el chantaje diplomático y la desestabilización política de los Estados soberanos que no se subordinan a sus intereses.
Manifestó que el gobierno estadounidense actúa como potencia colonial, arrogándose el derecho de decidir sobre los recursos naturales, la autodeterminación y el futuro de los pueblos.
La URNG advirtió que los riesgos de esta escalada imperialista no se limitan a Venezuela, se extienden a México, Centroamérica, el Caribe y América Latina, regiones históricamente sometidas a golpes de Estado, dictaduras, guerras internas, imposiciones económicas y procesos de recolonización promovidos desde Washington.
Guatemala conoce profundamente estas prácticas: nuestro pueblo ha sido víctima directa de la injerencia estadounidense, del intervencionismo político-militar y de la imposición de modelos económicos excluyentes que han generado pobreza, desigualdad, racismo estructural y violencia, recordó.
En este contexto, acotó, la defensa de Venezuela es también la defensa de la soberanía regional, del derecho de los pueblos a decidir su propio destino y a construir proyectos políticos, económicos y sociales acordes a sus realidades históricas y culturales.
Defender la soberanía hoy es defender la paz, la autodeterminación y la posibilidad de un futuro digno para las grandes mayorías, aseveró la organización, que el pasado día 18 cumplió 27 años de su inscripción como partido, el primer de su tendencia en esta nación.
La solidaridad entre los pueblos –consideró- no es un acto simbólico, sino una tarea política constante, que debe expresarse en acciones concretas de denuncia internacional, articulación regional, formación política, movilización social y construcción de conciencia antiimperialista.
Llamó al Estado y al Gobierno de Guatemala a abandonar cualquier postura subordinada y a asumir una posición soberana, digna e internacionalista, basada en el respeto al derecho internacional, la no intervención y la autodeterminación de los pueblos.
