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La PAH de Valencia y los vecinos paralizan el desahucio de 31 familias en la Pobla de Vallbona

Enric Llopis.— “Pedimos un alquiler social porque estamos en nuestra casa, yo así lo considero; llevo cinco años viviendo aquí”, declara Nelly Saiz a...

Black Friday y Banco de Alimentos: las dos caras de la misma moneda

El Black Friday es el pistoletazo de salida al consumo desenfrenado navideño en Occidente. Una invención made in USA metida de rondón por la...

La banca acrecienta su oligopolio, regado con 42.000 millones de dinero público

Los usuarios de servicios financieros tienen hoy menos donde elegir que antes del estallido de la crisis de 2008. El número de entidades significativas ha...

El imperialismo: la fusión de Bankia y Caixabank

Como ya dijera el sabio, docto, piadoso y ejemplar, Luis de Guindos (es que me da la risa), otrora paladín del partido podrido y...

PAH: Bankia es nuestra

Permitir la absorción de Bankia por Caixabank es un nuevo trato de favor a la banca. Se sigue barriendo bajo la alfombra el rescate...

Europa y el dilema de la guerra o la paz

El acelerado proceso de militarización de Europa en las últimas décadas encamina al continente hacia un callejón sin salida. La guerra Rusia-Ucrania potencializa aún más esta tendencia, multiplica la espiral bélica ascendente y esboza riesgos de consecuencias inimaginables, como el recurso a medios nucleares. Voces de la sociedad civil se alzan para exigir la búsqueda de opciones pacíficas.

La privatización del sistema público de pensiones

Sabiendo, como se sabe, quien quiera saberlo, que los grandes fondos de pensiones son aparatos medulares en manos del conglomerado capitalista al que denomino Imperialismo S.A., puesto que no pueden ubicarse en un país determinado. En 2023 los activos bajo gestión (AUM, por sus siglas en inglés) de los 300 principales fondos de pensiones registraron un aumento del 10 por cien alcanzando los 22,6 billones de dólares.

IÑAKI GIL DE SAN VICENTE. Palestina, Euskal Herria y la ruptura comunista

«No se ha de pensar que la sociedad comunista sea una etapa final del desarrollo humano, en la que se resuelvan todas las contradicciones y desde la cual, por consiguiente, ya no es posible seguir avanzando. Marx no la describe como un final, sino el comienzo de la historia, de la historia verdadera, hecha por los hombres, conscientemente, en la persecución cooperativa de sus fines; por lo que todo cuanto conduce a ella, las diversas formas de la sociedad dividida en clases, con sus luchas, su ceguera y su inhumanidad, deben considerarse desde su perspectiva, como un período prehistórico», William Ash: Marxismo y moral. Ediciones Era. México 1969, p. 151.