Un caza ruso MiG-31. | Ministerio de Defensa de Rusia
Un caza ruso despegó este domingo, después de que se detectó que dos bombarderos estadounidenses se acercaban al espacio aéreo de Rusia sobre el mar de Barents, informó el Ministerio de Defensa ruso.
«El 24 de marzo, los medios rusos de control del espacio aéreo sobre las aguas del mar de Barents detectaron un objetivo aéreo en grupo que se aproximaba a la frontera estatal de la Federación de Rusia. Un caza MiG-31 en servicio de las fuerzas de defensa aérea fue enviado para identificar el objetivo aéreo y evitar una violación de la frontera estatal», reza un comunicado de Defensa.
Precisó que el objetivo aéreo fue identificado como dos bombarderos estratégicos B-1B de la Fuerza Aérea de EE.UU. Cuando los estadounidenses vieron el caza, cambiaron su trayectoria de vuelo y se alejaron de la frontera rusa.
«El avión ruso regresó a salvo a su base, no se produjo ninguna violación de la frontera estatal«, destacó el Ministerio, subrayando que la operación se llevó a cabo «en estricto cumplimiento de las normas internacionales sobre el uso del espacio aéreo sobre aguas neutrales, así como de las medidas de seguridad».
El número de víctimas durante 160 días de agresión del ocupante israelí contra la Franja de Gaza aumentó a 32.226 muertos y 74.518 heridos, informó el Ministerio de Salud por medio de una comunicado.
Aclaró que durante las últimas 24 horas, las fuerzas sionistas cometieron 8 masacres, matando a 84 personas e hiriendo a otras 106.
El ente de salud aseguró que varias víctimas mortales siguen bajo los escombros y los equipos médicos y de defensa civil no pueden llegar a los mismos.
“12 hospitales están parcialmente operativos en la Franja de Gaza, seis de los cuales están en el norte de Gaza, además de tres hospitales de campaña y otros 7 centros de salud de la UNRWA siguen parcialmente operativos”, precisó el Ministerio.
Señaló que el ocupante sigue asediando los hospitales Al-Amal y Nasser en la ciudad de Khan Yunis, y todos los equipos médicos se encuentran actualmente en peligro extremo y no pueden moverse en absoluto.
Acto conmemorativo en memoria de las víctimas del atentado terrorista en el Crocus City Hall, en la província de Moscú. | Maxim Blinov / Sputnik
La tragedia del Crocus City Hall de Moscú también se ha convertido en un calvario para quienes siguen sin poder contactar con seres queridos y amigos desaparecidos. Galina, que asistió al concierto con su familia, sigue buscando a su marido, que la cubrió a ella y a su hija de 19 años con su cuerpo de las balas durante el ataque terrorista y resultó gravemente herido. Desde entonces no se sabe nada de él.
Cuando empezó el tiroteo, el hombre, llamado Oleg, corrió con su mujer y su hija desde el vestíbulo hasta la sala de conciertos. «Corría detrás de nosotras, cubriéndonos», recuerda Galina. Fue entonces cuando irrumpieron los terroristas y abrieron fuego.
«Se amontonó sobre nosotras, caímos, se tumbaba sobre nosotras y nos empapaba con su sangre. Había mucha».
«Los atacantes, cuando fueron a rematar a la gente, pensaron que estábamos muertos… por la sangre. Le susurré a mi hija: ‘Túmbate y no te muevas'», continúa.
Cuando se marcharon los terroristas, «todo ardía desde el suelo hasta el techo» y hacía mucho calor. Según Galina, en ese momento tuvo que tomar la decisión más aterradora de su vida.
«Me di cuenta de que ya no podía sacar a Oleg. Y traté de sacar a mi hija herida y la saqué… a través de los cuerpos de los muertos», dijo. «Ahora tengo problemas de audición a causa de los disparos y de la sangre de mi marido, que se me metió en los oídos cuando estábamos tumbados».
La joven malherida ha recuperado este domingo el conocimiento, pero aún no hay noticias de su padre.
Este viernes se produjo un atentado terrorista en la gran sala de conciertos Crocus City Hall, ubicada en la provincia de Moscú, que dejó más de 130 muertos y más de 100 heridos. Varios individuos armados con fusiles y vestidos de camuflaje irrumpieron en la sala y abrieron fuego contra los allí presentes. A continuación, prendieron fuego al edificio, que resultó gravemente dañado.
⚠️ ADVERTENCIA: LAS SIGUIENTES IMÁGENES PUEDEN HERIR SU SENSIBILIDAD
El momento en el que los terroristas irrumpen en el Crocus City Hall
El video muestra a la gente caminando a paso rápido alejándose de las puertas, y cuando los terroristas se acercaron y dispararon. pic.twitter.com/F4ZFxT9w8s
Las Fuerzas Aeroespaciales rusas han llevado a cabo este domingo un ataque en grupo con armas de precisión de largo alcance y drones contra instalaciones de la industria energética y militar de Ucrania.
Como resultado del ataque, «se desorganizó el trabajo de las empresas industriales de fabricación y reparación de armas, equipos militares y municiones», comunicó el Ministerio de Defensa ruso.
Según Defensa, se destruyeron equipos militares de fabricación extranjera y «medios de destrucción» transferidos a Ucrania por los países de la OTAN. «Se han alcanzado todos los objetivos», destaca el comunicado.
En horas de la mañana, una serie de explosiones se registraron en Kiev. El alcalde de la capital ucraniana, Vitali Klichkó, anunció que los sistemas de defensa aérea han entrado en funcionamiento. Según reportes, las explosiones también se ha producido en las regiones de Jmelnitski y Lvov.
El 24 de marzo de 1999, sin la aprobación del Consejo de Seguridad de la ONU, fuerzas aéreas y navales de la OTAN lanzaron un ataque con bombas y misiles contra el territorio de la República Federal de Yugoslavia, entonces ya solo compuesta por Serbia y Montenegro.
os ataques se prolongaron por espacio de 78 días, causaron más de 2.500 muertos, incluidos 87 niños, y produjeron un daño estimado en más de 100.000 millones de dólares.
Se arrojaron 9.160 toneladas de explosivos contra las ciudades e infraestructuras del país, civiles en su mayor parte. Unas 15 toneladas de la munición empleada contenían uranio empobrecido, de efectos nocivos para el medio ambiente y la salud humana. Desde entonces, Serbia experimentó un auge de casos de enfermedades oncológicas. Casi 60.000 nuevos pacientes cada año, cifra muy alta para un país de poco más de siete millones de habitantes, sin contar la provincia de Kosovo. Y es el país europeo que presenta mayor porcentaje de muertes provocadas por cáncer.
En los tres meses que duró la agresión, los aviones de la alianza atlántica y los misiles lanzados desde sus buques en el mar Adriático atacaron depósitos de agua y combustible, puentes, fábricas de automóviles y electrodomésticos, trenes de pasajeros, plantas químicas y refinerías de petróleo, la embajada de la República Popular China en Belgrado, edificios de apartamentos, colegios, un rascacielos, aeródromos, hospitales y centros de maternidad, la sede del Ministerio de Defensa, el edificio de la Radio y Televisión de Yugoslavia e incluso columnas de refugiados albaneses. Las bajas en personal y material del Ejército Federal Yugoslavo, oculto y disperso en los bosques, fueron muy reducidas.
La llamada matanza de Racak, donde a juicio del jefe de la misión de la OSCE en la región, el estadounidense William Walker, 45 campesinos albanokosovares habían sido asesinados por fuerzas policiales serbias, fue el detonante que activó la Conferencia de Rambouillet, celebrada durante enero y febrero de 1999 en el castillo homónimo al suroeste de París, donde so pretexto de evitar una supuesta limpieza étnica en ciernes en la provincia de Kosovo y Metohija, la OTAN planteó unas condiciones leoninas que el Gobierno yugoslavo no podía aceptar, como la pérdida de soberanía y la presencia en el territorio de 30.000 militares de la alianza atlántica.
Los exámenes de dos comisiones forenses, una bielorrusa y otra finlandesa, no pudieron concluir que los cuerpos hallados en Racak hubieran sido masacrados a quemarropa y que la totalidad de los cadáveres fueran de civiles albaneses. Se sospechó que muchos fueran en realidad de militantes del grupo terrorista albanokosovar UCK caídos en combate. El incidente de Racak dio pie a la OTAN para plantear que las autoridades yugoslavas habían diseñado un plan para acometer una limpieza étnica, cuya existencia también se cuestionó.
A pesar de todas las dudas razonables frente a las acusaciones y pese a la disposición del Gobierno yugoslavo en el último momento de negociar la entrada de tropas de la OTAN en su territorio, el secretario general de la alianza atlántica, el español Javier Solana, instruyó el 23 de marzo al general estadounidense Wesley Clark para que cursara la orden de atacar a Yugoslavia al día siguiente.
El papel de los medios
Se suele admitir que el ataque de la OTAN contra Yugoslavia puso fin al último capítulo de las guerras que asolaron los Balcanes desde principios de los años noventa. Las tensiones separatistas en Kosovo se intensificaron tras la decisión de la facción más radical del separatismo albanés de emprender la lucha armada: el Ejército de Liberación de Kosovo (UCK).
Para cuando llegó ese momento, el presidente serbio, Slobodan Milosevic, ya estaba completamente demonizado por los medios de comunicación de Occidente. Así lo estima el periodista y autor Pascual Serrano, que en su ensayo Medios violentos escribe que durante la crisis de Kosovo, esos medios se posicionaron a favor del UCK «con el objetivo de embestir contra Milosevic, a pesar de que hasta entonces esa organización había sido catalogada como organización terrorista por el propio Departamento de Estado norteamericano».
Así que, a ojos de la opinión pública española y occidental, cuando las bombas empezaron a caer sobre Yugoslavia, caían sobre un personaje maléfico y sobre los malévolos serbios, que buscaban perpetrar una limpieza étnica en Kosovo, aunque al final fueron ellos los expulsados. Las crónicas de los medios de comunicación asumían sin cuestionamiento ninguno los partes de guerra que distribuía Jamie Shea, el entonces portavoz y jefe de Prensa de la OTAN, que aseguraba que solo se atacaban objetivos militares y con armamento inteligente.
«Los partes informativos replicaban la verdad de la OTAN: los muertos kosovares siempre eran una masacre étnica de civiles, mientras que los civiles serbios muertos nunca existían. Las viudas y huérfanos entrevistados siempre eran albaneses o bosnios», recuerda Pascual Serrano, que, en conversación con Sputnik, explica que en España la OTAN tuvo más fácil difundir su mensaje. «Porque su secretario general era español y, para más inri, socialista: Javier Solana».
«Si la supuesta izquierda española estaba a favor del ataque al gobierno socialista de Yugoslavia, imagina la derecha», dice Serrano, que afirma que el amplio consenso entre casi todo el espectro político europeo obró que el establishment no cuestionara la destrucción y la matanza, llegándose a calificarlas de «intervención humanitaria».
«Una diferencia con el panorama mediático actual es que entonces los únicos medios eran occidentales, no había acceso a medios internacionales rusos, latinoamericanos, iraníes, libaneses o chinos, como hay ahora. Es decir, éramos más fáciles de engañar», asegura Serrano.
Así pasó con el bombardeo el 22 de abril de las instalaciones de la Radio y Televisión de Yugoslavia (JRT), donde murieron 16 trabajadores. La OTAN, en palabras de Jamie Shea, justificó el ataque porque «su labor estaba más allá de la profesionalidad y la ética periodística». En realidad, desde la JRT se difundían todas las imágenes de los bombardeos, donde se podía ver que los objetivos no eran solo militares y que el armamento no era inteligente.
Algunas asociaciones protestaron, como Periodistas Sin Fronteras o la Federación Internacional de Periodistas. «Pero fue un pequeño ruido de apenas dos días», lamenta Serrano, que recuerda el «tremendo consenso» entre la derecha y la socialdemocracia en apoyo a los bombardeos. «Los Verdes alemanes, los primeros», subraya.
¿Un plan con Europa como primer objetivo?
Para perpetrar la agresión de la OTAN a Yugoslavia y la posterior sustracción de una parte de su territorio en aras de una supuesta protección humanitaria se obvió la falta de acuerdo en el Consejo de Seguridad de la ONU, conculcándose el Derecho Internacional. Las consecuencias derivadas se dejan sentir hoy día en un mundo que es resultado del plan subyacente al ataque.
En opinión del diplomático y ensayista nicaragüense Augusto Zamora, la agresión fue en realidad el «primer paso» de un plan que en EEUU gestó un grupo de presión que posteriormente llegó al poder con la presidencia de George W. Bush.
«Preconizaban el New American Century, según el cual el siglo XXI, después de la destrucción de la URSS, debía ser un siglo estadounidense con EEUU como hiperpotencia», explica a Sputnik. Se quiso redibujar el mundo para acomodarlo a la visión unipolar de EEUU, «una visión mesiánica y que tiene no pocos elementos en común con el sueño de los 1.000 años del III Reich».
A juicio de Zamora, una vez desaparecida la URSS y con la influencia de Rusia en mínimos, EEUU consideró que la primera zona donde debía consolidar su dominación para obrar una reconfiguración mundial, era Europa. Kosovo se presentó como un «pretexto ideal para disfrazar una guerra de agresión imperialista» y EEUU involucró a sus aliados en una aventura que en realidad menoscababa sus intereses, considera este diplomático.
En 1999 se creaba la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) y el euro se acababa de aprobar como moneda común. «Y tanto el euro como la PESC eran considerados por EEUU como una amenaza a su proyecto», explica Zamora, que añade que Washington encontró en Kosovo «la ocasión para lanzar una guerra y alinear a la UE con sus tesis».
«Después de la agresión –subraya–, la PESC desapareció. El euro nació golpeado. EEUU puso en marcha su objetivo estratégico: la ampliación de la OTAN hasta las fronteras de Rusia. Aquello no fue una guerra improvisada, jamás estuvieron en juego los derechos humanos.
Pero la guerra cumplió con los objetivos de los impulsores del New American Century y esto llevó al final a la guerra en Ucrania. Yo ya escribí en 2007 que la ampliación de la OTAN iba a llevar a una guerra».
Una caja de Pandora
«Uno puede iniciar una guerra, pero no puede saber las consecuencias que traerá», recalca A. Zamora, que recuerda que las agresiones que siguieron en Afganistán, Irak, Libia y Siria, terminaron por escapar del control de EEUU.
«Porque en sus planes, EEUU no consideraba que pudiera haber otras potencias que se les opusieran. Daban por hecho que Rusia estaba muerta, China domada y Europa bajo la bota de la OTAN; el campo estaba abierto para EEUU. Pero esa secuencia se rompe cuando Rusia empieza a reaccionar; primero en Georgia para parar el proyecto de incorporarla a la OTAN y luego, aún más determinante, en Siria, donde su acción fue efectiva y corta», explica.
«La guerra contra Yugoslavia fue la primera guerra dictada por criterios geopolíticos imperiales de la era moderna. A partir de ahí, comenzaron una serie de guerras dictadas por intereses geopolíticos cuya culminación es Ucrania». Augusto Zamora
Diplomático y ensayista
Es decir, el plan aplicado por EEUU desde 1999 en Yugoslavia enfrentó sus primeras dificultades en 2008 y experimentó un freno en 2015, en palabras de Augusto Zamora.
Durante el proceso, entre Moscú y Pekín se ha venido tejiendo una sólida alianza a todos los niveles. Téngase en cuenta que durante el bombardeo de Belgrado incluso se atacó la Embajada de China, un hecho sin precedentes. «No fue una equivocación», recuerda Zamora, que describe la acción como intimidatoria, una señal de que EEUU «podía hacer lo que quisiera».
Pero es precisamente esta alianza estratégica entre Rusia y China lo que terminó por romper las aspiraciones del plan New American Century. «Tanto es así, que en 2018 Washington cambia de estrategia; el vector Asia-Pacífico lo denomina ya Indo-Pacífico y en 2021 se retira de Afganistán. Se olvida del plan de hiperpotencia y plantea una estrategia basada en la construcción de una red de alianzas vitales para hacer frente al resurgir de Rusia y a la emergencia contundente de China. Y en esas estamos», concluye.
Poco a poco, los pasos que están dando los líderes de los países europeos nos llevan a una guerra segura, sin escuchar a sus pueblos. De hecho, soldados de Francia y de otros países se encuentran ya en el campo de batalla, mientras que dirigentes políticos de todo el continente manifiestan la necesidad de intervenir. En España, tanto la ministra Robles como el Estado Mayor de Defensa, advierten que las maniobras del ejército español conjuntamente con el del Reino Unido, tienen como finalidad la preparación de ambos ejércitos para combatir en Ucrania contra los rusos.
El artículo 30 de la Constitución española abre las puertas al reclutamiento de personal civil para el ejército en guerra: “Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España”. Es decir, todo está preparado meticulosamente para que los gobernantes y las élites económicas maniobren a su antojo, teniendo como escudo a los hijos de los trabajadores.
Por lo visto, el pueblo español solo tiene el derecho a morir por la “patria”. Quien no cumpla con este precepto será sancionado como se merece. Pero ¿quién ha amenazado a la “patria” española? Que los españolitos de a pie sepamos, ningún país extranjero atenta contra nuestros derechos; en cambio, sí que nos ultrajan los burgueses domésticos, esos que no temen que sus hijos mueran en ninguna guerra, porque no irán. ¿Dónde está el derecho a un trabajo y a una vivienda dignos?
2.760.408 personas paradas en el mes de febrero de 2024.
19.332 desahucios en el primer trimestre de 2023.
Claro está, según lo que los políticos nos cuentan, España pertenece a la Unión Europea y como miembros de esa organización adquirimos el deber y el derecho de la defensa continental. Sin embargo, los españolitos no tenemos el “derecho” a un salario como el de los trabajadores europeos (El salario medio ordinario bruto en los 27 países de la Unión Europea fue en 2022, de media, de 2.302 euros mensuales. Así, la remuneración media española (1.822 euros) resulta un 20,9% más baja).
Lo que quiere decir, que los trabajadores españoles tenemos derechos para morir como europeos y para vivir como pordioseros.
¡POR LA SALIDA DE ESPAÑA DE LA OTAN Y DE LA UNIÓN EUROPEA! ¡POR EL PROGRESO SOCIAL, LA PAZ Y EL SOCIALISMO!
Tel Aviv aprobó este viernes la apropiación de unos 8 kilómetros cuadrados de terreno en Cisjordania, declarándolos como tierra estatal, lo que permitirá la construcción de nuevos asentamientos israelíes en el territorio palestino ocupado, informa The Times of Israel.
De acuerdo con el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, la declaración de esta zona como propiedad de Israel es «una cuestión importante y estratégica». «Mientras hay quienes en Israel y en el mundo tratan de socavar nuestro derecho a Judea y Samaria [nombre bíblico de Cisjordania] y al país en general, nosotros promovemos el movimiento de asentamientos con trabajo duro y de forma estratégica en todo el país», afirmó.
Mientras tanto, los activistas ya calificaron la medida como la mayor de este tipo en décadas. Según la organización no gubernamental israelí Peace Now, la zona ocupada es la mayor desde los Acuerdos de Oslo de 1993. Añadió que «2024 marca un pico en la extensión de las declaraciones de tierras estatales».
Los asentamientos crecen a un ritmo récord
Cabe recordar que recientemente las autoridades israelíes anunciaron los planes de construcción de más de 3.000 nuevas viviendas en asentamientos en Cisjordania. En aquel momento, Smotrich declaró: «Los enemigos intentan dañarnos y debilitarnos, pero seguiremos construyendo y fortaleciéndonos en esta tierra».
Por su parte, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, señaló que los nuevos asentamientos israelíes en la Cisjordania ocupada están creciendo a un ritmo récord.
Según sus palabras, el establecimiento y la continua expansión de los asentamientos equivalen al traslado por parte de Israel de su propia población civil a los territorios que ocupa, lo que es sinónimo de «un crimen de guerra según el derecho internacional». «Cisjordania ya está en crisis. Sin embargo, la violencia de los colonos y las violaciones relacionadas con los asentamientos han alcanzado nuevos niveles escandalosos, y corren el riesgo de eliminar cualquier posibilidad práctica de establecer un Estado palestino viable», subrayó.
Edurne Batanero (Unidad y Lucha).— Durante febrero hemos visto cómo las protestas del sector agrícola volvían a las noticias, empezando en Europa y replicándose más tarde en el estado español, paraban carreteras y se movilizaban delante de las instituciones de gobierno y comunidades.
No podemos obviar quiénes son los protagonistas de estas reivindicaciones y cómo, en el sector agrícola, es la agroindustria la que tiene a su servicio la legislación de la UE .
Quienes vivimos en ciudades ahora porque nuestros abuelos y abuelas tuvieron que salir del campo para poder ganarse la vida, podemos en un primer momento, al ver las protestas del campo, pensar en nuestra familia; pero la conciencia de clase y la formación nos dejan claro que la gran mayoría de quienes protestan no somos nosotras, ni nuestra clase.
Los medios de comunicación informan teniendo esto en cuenta y con la estrategia de obviar a los grandes productores del sector primario, borrando cualquier rastro de lucha de clases.
Debemos tener claro que es el capitalismo, con las políticas de la UE buscando la división internacional del trabajo, el culpable de la situación del sector primario. La PAC (Política Agraria Común) reparte subvenciones de las que se benefician principalmente los grandes propietarios. El modelo que proponen (y asientan) es el que ha precarizado el campo español e impone una concentración de cultivos, alejándose de las prácticas agrícolas sostenibles.
Parte de la juventud, en planteamientos ecologistas y anticapitalistas, habla de la vuelta al campo, la vuelta a la huerta. Este modelo de vida solo es posible para unos pocos, en el cual su rechazo a la realidad capitalista les hace huir de ella, sin confrontarla. Acudir a trabajar un terreno y vivir de ello no es posible para la totalidad de la clase obrera, no solo por la capacidad de la tierra y la fuerza de trabajo, sino también porque tenemos necesidades que es imposible cubrir de una forma tan individualista y porque supone aspirar a una especie de capitalismo de pequeños productores que ya no es posible hoy. El rechazo al sistema es un primer paso con el que trabajar, pero con las acciones individuales de aislamiento y consumo la realidad no se modifica, solo dejamos de verla. Luchamos por unas condiciones dignas de trabajo, que la UE no se aproveche de los trabajadores del campo, ni pequeños o grandes burgueses de nuestro trabajo. Solo mediante la militancia la realidad cambiará, huir de ella es una romantización individual que mantiene la condena de nuestra clase.
Los nuevos movimientos ecologistas de la juventud, en los cuales se replantea el consumo que realiza la burguesía y su efecto, suponen un señalamiento de los privilegios. Esa es una línea con la que como comunistas podemos trabajar, pero nada tenemos que hacer con quien no confronta la realidad del sistema.
No contemplamos la solución individual de volver a la huerta, ni la reforma bajo la PAC. Es necesario salir de la UE, finalizar las políticas agrarias y, en este contexto, desarrollar una política agraria sostenible, para nuestra clase y el medioambiente.
Islam Jalílov, un escolar de 15 años que rescató a más de 100 personas en el Crocus City Hall durante el atentado terrorista del 22 de marzo, declaró a Ruptly que se apresuró instintivamente a ayudar a la gente cuando se dio cuenta de que algo iba mal.
«No me considero un héroe. Era parte de mi trabajo. […] Prefiero sacrificarme a que mueran 100 personas».
Islam trabajaba a tiempo parcial en el guardarropa de la sala de conciertos cuando oyó disparos y vio a la gente correr presa del pánico. Como conocía bien la distribución del edificio, mostró compostura y empezó a dirigir a la gente hacia la salida más segura.
«Empecé a gritar a todo el vestíbulo, a todo el Crocus City Hall: ‘Gente, están disparando, que todo el mundo corra a la Expo’ [el centro de exposiciones del complejo Crocus City]. Indicaba a todo el mundo dónde ir, ayudaba a todo el mundo», relató Islam.
La entrada principal por la que irrumpieron los terroristas está un piso por encima del guardarropa, pero Islam consiguió ver a uno de ellos con un fusil. Dijo que temía que los atacantes abrieran fuego o les arrojaran una granada, pero aun así salió el último para asegurarse de que nadie corría peligro. Cuando regresó a casa, se lo contó todo a su familia.
«Mis padres lloraron al principio, pero luego se alegraron de que hubiera vuelto a casa sano y salvo».
La hazaña no pasó desapercibida
Islam es un entusiasta del fútbol y seguidor del equipo Spartak, que sueña desde niño con conocer a sus jugadores. Al enterarse, los miembros del equipo le invitaron a una reunión y le regalaron un pase para todos los partidos y una camiseta personalizada.
A su vez, el presidente de la administración espiritual de los musulmanes de la Rusia Europea, Ravil Gainutdin, ordenó condecorarlo con la Medalla al Mérito de los Musulmanes Rusos. La ceremonia tendrá lugar en la Mezquita Catedral de Moscú el 29 de marzo.
t.me/fcsmtg
Héroes jóvenes
Más tarde se informó que otros jóvenes que trabajaban en el guardarropa de la sala de conciertos ayudaron a acompañar a la gente a la salida junto con Islam. Así, Artyom Donskov, de 14 años, dijo que había aceptado un trabajo allí con el fin de ahorrar para un regalo para su madre.
En el momento del atentado, se encontraba cerca de la puerta, pero corrió, junto con otros adolescentes, hacia el callejón sin salida, siguiendo a la multitud, para dirigir a la gente hacia un pasillo seguro.
«No sentí gran cosa, solo hacía mi trabajo.»
A su vez, otro joven, Nikita, de 17 años, contó a RT su historia. «Estaban Islam y Artyom, que también dieron entrevistas, y otro chico, Ilya, que tenía una radio. Y por esa radio nos decían qué hacer, adónde llevar a la gente», reveló.
También añadió que, tras acompañar a las personas fuera del edificio, les explicaron cómo llegar a la estación de metro y dirigirse a Moscú.
Las Brigadas Al-Quds, el brazo militar del movimiento Yihad Islámico, anunciaron el miércoles que, en colaboración con las Brigadas Al-Qassam, el brazo militar de Hamas, atacaron con morteros pesados a soldados y vehículos israelíes al norte de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza.
Tony Blair llegó al poder en 1997 con una victoria aplastante: llevó al Partido Laborista a uno de sus mayores triunfos electorales y se convirtió en el primer ministro más joven del Reino Unido desde 1812. Durante una década gobernó con mayoría absoluta y una imagen de modernizador que parecía destinada a cambiar la política británica para siempre.
El Times of Israel informó el martes que Reebok, fabricante mundial de ropa y equipamiento deportivo, solicitó a la selección nacional de fútbol de “Israel” que eliminara el logotipo de la compañía de sus uniformes.
“La disposición al diálogo será firme y serena, basada en datos concretos y fidedignos, sin provocaciones estériles y siempre en beneficio de ambos lados”, afirmó el Canciller brasileño.