Las actividades de paro y protestas afectarán al menos a 110 escuelas de Montevideo. | Foto: drudigital
Las actividades de paro y protestas afectarán al menos a 110 escuelas de Montevideo. | Foto: drudigital
El gremio de maestros Uruguay inició este martes un paro laboral que se extenderá por tres días seguidos en las escuelas de Montevideo (capital), por el reclamo del presupuesto del magisterio y la precariedad del sector.
Para la jornada de este martes el paro se convocó en las escuelas públicas de la zona oeste de Montevideo, el miércoles 6 será en las escuelas del centro y el jueves 7 en las del este.
Las actividades de paro y protestas afectarán al menos a 110 escuelas de la capital uruguaya.
En este sentido, las autoridades de educación Inicial y Primaria situaron determinados centros escolares base para repartir la alimentación de los niños de las escuelas que se mantengan cerradas o sin clases por los paros.
De igual manera, se adiciona que el viernes 8, Día Internacional de la Mujer, el Plenario Inter sindical de Trabajadores – Convención Nacional de Trabajadores de Uruguay(PIT-CNT) convocó a un paro nacional de mujeres, y en el caso del sindicato de maestros (Federación Uruguaya de Magisterio), los hombres adhieren al paro.
La situación del presupuesto y de precariedad genera una caída en la calidad del servicio docente por la falta de personal para atender los comedores escolares y atrasos en las partidas para garantizar en fecha el pago a proveedores de los comedores de las escuelas.
El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán. | JONAS ROOSENS/ANP/Sipa USA
El dominio de Occidente en el mundo se acabó y ahora surge un nuevo orden mundial, declaró este martes el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en u na reunión anual de embajadores de su país.
«La hegemonía de Occidente ha llegado a su fin, nadie lo pone en duda actualmente, los datos lo confirman. Está surgiendo un nuevo orden mundial. La situación debe evaluarse y analizarse constantemente», dijo Orbán, citado por su portavoz, Bertalan Havasi.
Según sus palabras, «es evidente que la economía mundial se está dividiendo en bloques geopolíticos y que se está ejerciendo una enorme presión sobre los Estados que adoptan una postura soberanista», como Hungría.
En este contexto, el líder húngaro señaló que aunque a su país le interesa ser miembro de la UE y de la OTAN, no quiere formar parte de un bloque, por lo que Budapest reforzará su cooperación con otros países soberanos. «La misión de los embajadores húngaros es mostrar al mundo, con hechos económicos indiscutibles, lo que hace exitosa a Hungría; no explicar nuestras diferencias políticas», subrayó.
En Guantánamo, al igual que en toda Cuba, la atención a la Primera Infancia es tarea priorizada. En los territorios ubicados en el Plan Turquino se materializa esa labor a través de Proyectos de Desarrollo Local como es el caso del denominado Mundo Maravilloso y de Fantasías en el municipio de Yateras.
Más de 100 delegados cubanos alzaron sus voces junto a representantes de América Latina y el Caribe en el Festival de la Juventud que se desarrolla en la ciudad rusa de Sochi, para exigir el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a la isla desde hace más de seis décadas.
El espectro del Armagedón se ha planteado con tanta frecuencia durante los dos años de la guerra en Ucrania que la referencia a él en el discurso sobre el estado de la unión del presidente ruso Vladimir Putin el jueves tenía un tono familiar. Aquí radica un riesgo: que el público occidental juzgue erróneamente que Putin sólo estaba “asustando con que viene el lobo”.
Hay que señalar tres cosas desde el principio. En primer lugar, Putin ha sido explícito y directo. Está avisando con antelación de que está obligado a responder con capacidad nuclear si el Estado ruso se ve amenazado. Evitando insinuaciones o alusiones oscuras, Putin en realidad hizo una declaración sombría de importancia trascendental.
En segundo lugar, Putin se dirigía a la Asamblea Federal , a la crème de la crème de la elite rusa, y su discurso con seriedad a toda la nación que el país podría verse empujado a una guerra nuclear para su autopreservación.
En tercer lugar, sus palabras aparecen un contexto que ha sido provocado por estadistas occidentales imprudentes e impetuosos que están desesperados por evitar una inminente derrota en una guerra, que comenzaron con la intención declarada de destruir la economía de Rusia y crear tal nivel de inestabilidad que “ lograria un cambio de régimen en el Kremlin”.
En realidad, el pronóstico del secretario estadounidense Lloyd Austin, el jueves en una audiencia en el Congreso en Washington, que “la OTAN se enfrentará a Rusia” si Ucrania era derrotada es la manifestación de una situación a la que se enfrenta la Administración Biden después de haber llevado a Europa al borde de una derrota abismal en Ucrania. Una Europa que ahora tiene graves incertidumbres sobre su recuperación económica como consecuencia de su desindustrialización y del estrepitoso fracaso de las sanciones contra Rusia.
Dicho claramente, lo que Austin expresó es que si Ucrania pierde, la OTAN tendrá que ir contra Rusia, ya que de lo contrario la credibilidad futura de la alianza occidental estará en peligro. Es un llamado a Europa a unirse para una guerra continental.
Lo que el presidente francés Emmanuel Macron declaró a principios de la semana pasada también fue una expresión de esa misma mentalidad, pero esta vez provocó una tormenta al insinuar el envío de tropas terrestres para ayudar a Kiev.
Para citar a Macron: “Hoy no hay consenso para enviar tropas terrestres oficialmente pero… no se descarta nada. Haremos todo lo que sea necesario para garantizar que Rusia no pueda ganar esta guerra. La derrota de Rusia es indispensable para la seguridad y la estabilidad de Europa”.
Macron habló después de una cumbre de 20 países europeos en París, donde un «documento restringido» en discusión implicaba «que varios estados miembros de la OTAN y la UE estaban considerando enviar tropas a Ucrania de forma bilateral», según declaraciones del primer ministro eslovaco, Robert. Fico.
R. Fico dijo que el documento «produce escalofríos», ya que implica que «varios estados miembros de la OTAN y la UE están considerando enviar tropas a Ucrania de forma bilateral».
La revelación de Fico no habría sido una sorpresa para Moscú, que ahora ha hecho pública la transcripción de una conversación confidencial entre dos generales alemanes, el pasado 19 de febrero, en la que se discutía un posible ataque al puente de Crimea con misiles Taurus y un posible despliegue de tropas alemanas en Ucrania. Esta revelación conocida hace dos días viene a contradecir todos los desmentidos públicos del Canciller Olaf Scholz.
Muy acertadamente, el Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergey Lavrov, calificó la transcripción como «una revelación escandalosa». Curiosamente, la transcripción revela que militares estadounidenses y británicos ya están desplegados en Ucrania (algo que Moscú ha estado alegando durante meses) y también otros detalles altamente preocupantes.
Este es el momento de la verdad para Rusia. Después de aprender a vivir con el envío constante del armamento occidental suministrado a Ucrania (que ahora incluye misiles Patriot y aviones de combate F-16); después de haber señalado en vano que cualquier ataque a Crimea o a cualquier territorio ruso seria traspasar una línea roja; después de ingnorar por cautela la participación de Estados Unidos y el Reino Unido en operaciones para llevar la guerra a territorio ruso, la declaración beligerante de Macron la semana pasada ha sido la gota que colmó el vaso para el Kremlin.
En dos líneas lo que dijo Macron fue anunciar un futuro despliegue de tropas occidentales para luchar y matar a soldados rusos y conquistar territorios en nombre de Kiev.
La respuesta de Putin
En el discurso del jueves, que estuvo dedicado casi en su totalidad a una hoja de ruta enormemente ambiciosa para abordar los problemas sociales y económicos bajo la nueva normalidad que Rusia ha logrado incluso bajo condiciones de sanciones occidentales, Putin lanzó una advertencia a todo Occidente. poniendo armas nucleares sobre la mesa.
Putin subrayó que cualquier (mayor) transgresión de las reglas básicas no escritas sería inaceptable: que si bien Estados Unidos y sus aliados de la OTAN brindan asistencia militar a Ucrania no atacan por el momento el suelo ruso y no participan directamente en combates; En este escenario Rusia se ha limitado a utilizar armas convencionales.
Básicamente, la idea central de los comentarios de Putin reside en su negativa a aceptar un destino para Rusia, en términos existenciales, impuesto por Occidente. El pensamiento detrás de este principio no es difícil de comprender.
En pocas palabras, Rusia no permitirá ningún intento por parte de Estados Unidos y sus aliados de remodelar la actual situación del frente con personal militar de la OTAN respaldado por armamento avanzado y capacidades satelitales.
Putin ha puesto la pelota firmemente en el tejado occidental para decidir si la OTAN se arriesgará a una confrontación nuclear, lo que por supuesto no es la elección de Rusia.
El contexto en el que se está desarrollando todo esto ha sido planteado concisamente por el líder de un país de la OTAN, el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, mientras se dirigía a un foro de altos diplomáticos en Antalya el fin de semana: “los europeos, junto con con los ucranianos están perdiendo la guerra y no tienen idea de cómo encontrar una salida a esta situación”.
Orban dijo: «Nosotros, los europeos, estamos ahora en una posición difícil», y agregó que países europeos han tomado el conflicto en Ucrania «como su propia guerra» y se han dado cuenta tardíamente que el tiempo no está del lado de Ucrania. “El tiempo está del lado de Rusia. Por eso es necesario detener las hostilidades de inmediato”.
Y el premier de Hungría agregó : “Si crees que esta es tu guerra, pero el enemigo es más fuerte que tú y tiene ventajas en la batalla, en este caso estás en el campo de los perdedores y no será una tarea fácil encontrar una salida a esta situación. Ahora nosotros, los europeos, junto con los ucranianos, estamos perdiendo la guerra y no tenemos idea de cómo encontrar una salida a esta situación. Este es un problema muy serio.»
Éste es el quid de la cuestión. En estas circunstancias, la conclusión es que sería un engaño catastrófico por parte de los dirigentes occidentales (y también de la opinión pública) no captar toda la importancia de la severa advertencia de Putin. Miremos con cuidado , Moscú quiere decir lo que ha estado diciendo, es decir, que considerará el despliegue de tropas occidentales en Ucrania por parte de los países de la OTAN como un acto de guerra.
Sin duda, si Rusia tuviera una derrota militar en Ucrania a manos de las fuerzas de la OTAN, las regiones de Donbass y Novorossiya corren el riesgo de ser subyugadas una vez más, y eso amenazaría la estabilidad y la integridad del Estado ruso, y desafiaría la legitimidad de los propios dirigentes del Kremlin, donde la cuestión del uso de armas nucleares puede volverse una alternativa.
Para dejar claro este punto, Putin echó un vistazo al inventario ruso que confirma su superioridad nuclear y que Estados Unidos no puede igualar. Y además desclasificó información ultrasecreta: “Continúan los esfuerzos para desarrollar nuevos sistemas de armas, y esperamos escuchar aún más sobre los logros de nuestros investigadores y fabricantes de armas”
Hace ya tiempo que los servicios secretos dejaron de ser secretos y se convirtieron en su contrario. Por eso es cada vez más complicado diferenciar a un periodista de un espía. Las redacciones se han llenado de agentes (tapados y destapados) dedicados a la intoxicación.
Es el caso del New York Times, que ha publicado la presencia de la CIA en Ucrania. Si el redactor de la noticia hubiera sido Julian Assange, sería un delito de traición, o de espionaje, o algo parecido.
Pero en este caso quien escribe el texto es la propia CIA, es decir, que a la CIA le interesa que conozcamos sus actividades en Ucrania. Dejan de ser secretas. En realidad, eran cosas que ya se sabían desde 2014, pero sólo los conspiranoicos las difundían. Ahora pasan a ser noticias verídicas porque el New York Times les ha puesto el marchamo de la honorabilidad.
Como era de esperar, las actividades de la CIA en Ucrania llevan un nombre apasionantemente cautivador, Operación Goldfish, y los redactores del periódico no ahorran detalles para describir las estaciones subterráneas de comunicaciones y vigilancia que construyeron al borde de la frontera con Rusia.
Cualquiera diría que los periodistas habían estado allá, pero no es el caso. No hubo ninguna investigación, como pretende el New York Times. Los periodistas no se movieron de Washington. La CIA les proporcionó todo lo que necesitaban saber. Ni un ápice más. La CIA también les proporcionó los contactos, a los que califican de “fuentes”, aunque tampoco hubo tales. Todos eran miembros y colaboradores de la central de espionaje.
Por lo tanto, en el reportaje no hay más que una única fuente: la propia CIA hablando de sí misma y de sus actividades en Ucrania.
La intoxicación se produce en un momento en el que Biden no logra aprobar un paquete de ayuda a Ucrania de 61.000 millones de dólares. El New York Times quiere convencer a los congresistas reticentes de que voten favorablemente porque de lo contrario la CIA quedaría privada de una valiosa información sobre Rusia.
A través del New York Times, la CIA quiere dar a entender que a los sicarios ucranianos no se les puede dejar abandonados y que todo depende de los fondos que el Congreso se niega a aprobar. Pero eso también es falso, porque la CIA administra sus propios fondos, que son gigantescos y completamente independientes de lo que vote el Congreso.
Eso es lo que les explicó William Burns, el director, cuando viajó a Kiev hace dos semanas. El compromiso de Estados Unidos con Ucrania sigue en pie, dijo. Eso se traduce de la siguiente manera: el compromiso de la CIA con Ucrania sigue en pie.
«Nadie puede decir cuánto tiempo podrá aguantar el Gobierno de Zelenski en Kiev. Con el constante avance militar ruso y la creciente agitación interna, la negativa a celebrar elecciones, el encarcelamiento de personas opuestas a Zelenski y una serie de medidas impopulares, el control del poder por parte de Zelenski está entrando en la zona de la desesperación», destacó Stephen Brien en un artículo de Weapons and Strategy.
En sus palabras, el mandatario ucraniano está demasiado empeñado «en expulsar hasta el último ruso del territorio» de su país y exigir juicios por crímenes de guerra, como también pide que nunca se trate con el presidente ruso, Vladímir Putin. Así, continuó, la situación de seguridad del jefe de Estado ucraniano en Kiev «podría quedar rápidamente bajo una sombra terminal».
«En estas circunstancias, el Pentágono podría rescatar a Zelenski y trasladarlo a otro lugar, siendo Leópolis (…) Si alguien de la calidad de [el extitular de Defensa de Ucrania] Valeri Zaluzhni tomara el mando en Kiev, podría significar que la estancia de Zelenski en Leópolis sería breve y pasaría a retirarse en otro lugar», subrayó.
El ejemplo nazi liberando a Mussolini y la división de Italia en dos partes podría servir de modelo para los planes del Pentágono de rescatar a Zelenski en caso de que se derrumbe su Gobierno en Kiev, añadió Brien.
En su opinión, este proceso podría llevar algún tiempo, «quizá incluso un año», lo que permitiría al mandatario de EEUU, Joe Biden, aguantar hasta las presidenciales de su país de 2024.
«No hay muchas buenas opciones para la OTAN ni para Washington. Biden no puede permitirse otra debacle en Afganistán, pero una se está acercando rápidamente en su dirección gracias a las victorias militares rusas y al desmoronamiento de las defensas de Ucrania», afirmó.
El 1 de marzo, las FFAA de Rusia liberaron las localidades de Lástochkino, Sévernoye y Petróvskoye. La liberación de nuevos asentamientos por tropas rusas se produce casi todos los días tras el anuncio del comandante en jefe de las fuerzas de Ucrania, Olexandr Sirski, de retirar sus tropas de la ciudad de Avdéyevka.
Tal y como ocurrió en otras ocasiones, incluidas las revelaciones hechas en su momento por el australiano Julian Assange en su página de Wikileaks, Occidente intenta borrar de la opinión pública el contenido de la información y su importancia, para centrarse en cómo se filtró.
Para ello, la prensa occidental arremete contra los responsables de permitir que se supiera la verdad del tema manejado por los oficiales germanos, sobre planes para atacar a una nación soberana, cuando su gobierno niega en público alguna intención de agredirla.
La verdad duele, pero para Occidente solo a veces, ahora lo crucial es sacar a toda costa de la escena el contenido de la discusión de cuántos misiles cruceros Taurus se necesitarían para destruir el puente de Crimea, consideran expertos, citados por Junge Welt.
El ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, parece estar centrado en ello al justificar ante la prensa las causas de que se pudiera grabar la incómoda conversación de 38 minutos, aparecida en un primer momento en la prensa rusa.
Para Pistorius, el incidente ocurrió porque uno de los oficiales participaba en un festival aéreo e incumplió las normas establecidas para una conexión segura, lo cual indicaría que otras pláticas entre militares pueden haber tenido lugar antes y con temas similares.
El ministro de Defensa aclaró que con la filtración para nada se pone en duda la confianza de los socios de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en clara referencia a las aseguraciones de que militares estadounidenses y británicos estaban en Ucrania.
De hecho, la jefa de la diplomacia germana, Annalena Boebick, prometió una investigación sobre las circunstancias de la filtración que recalcó era un delito, para luego intentar justificar el tema tratado por los militares, al culpar de ello a Rusia.
Boebick, conocida en su momento por declaraciones fuera de lugar como el cambio de la política de su país en 360 grados, estimó que Moscú no era la víctima en este caso, aún cuando se hablaba de atacar un puente de otra nación de forma furtiva.
Llama la atención en la conversación filtrada a la prensa el afán de los altos oficiales de la fuerza aérea alemana por realizar la operación sin dejar rastros de su responsabilidad en el hecho, con un intento de involucrar a cazas británicos en la operación.
Mientras varias naciones europeas y hasta la dirección de la OTAN rechazaba la posibilidad admitida por el presidente francés, Emmanuel Macron, de enviar tropas al conflicto ucraniano, los militares germanos discutían como destruir el referido puente.
De hecho, otro asunto chocante en este escándalo es el hecho de que hasta el momento el canciller federal germano, Olaf Scholz, se negaba, al menos en público, a entregar a Kiev los cruceros Taurus, con un alcance de hasta 500 kilómetros.
Scholz consideraba que el suministro de los referidos cohetes significaría una nueva escalada en la confrontación ucraniana, en la cual, según algunos testigos citados por la prensa rusa, ya participan comandos de países occidentales, bajo el manto de grupos mercenarios.
La grabación, a todas luces, pone al descubierto una incómoda realidad: Berlín podrían estar pensando en enviar realmente los Taurus a Ucrania y el hecho de que en ese país ya operan, al menos, efectivos estadounidenses y británicos, comenta la publicación digital Vzgliad.
El diario Bild y la televisora Deutsche Welle reconocieron que las grabaciones denunciadas por la editora principal del conglomerado Rossia Sevodnia, Margarita Simonian, eran auténticas, por lo que su contenido abría un nuevo escándalo de hipocresía occidental.
La cuestión ahora, al parecer, radica en desterrar esa cruda realidad del espacio mediático, para centrarse, poco a poco, en los responsables de que eso ocurriera, y dejar sepultado en lo posible lo discutido por los oficiales alemanes. Ya lo hicieron con Assange.
John Miles (Sputnik).— El retiro de los países occidentales que investigaron los ataques al gasoducto Nord Stream «es una absoluta farsa», declaró Dan Lazare, que también es periodista. «No sé cuánto tiempo más puede durar esto. Es decir, Dinamarca investigó, llegó a una conclusión y todo el mundo sabe que obviamente fue un sabotaje, eso era obvio desde el principio. Y [Dinamarca] se abstiene de señalar a un probable culpable», señaló.
«Y la razón, por supuesto, es que el culpable más probable —de hecho, estoy seguro al 100% de que es el culpable— es Estados Unidos. Pero, Dinamarca, Suecia, todo el mundo tiene miedo de mencionarlo. Es extraordinario», afirmó el comentarista político.
El 26 de febrero, Dinamarca se convirtió en el segundo país europeo en cerrar oficialmente su investigación sobre la explosión del gasoducto Nord Stream, al concluir que las explosiones fueron un acto de «sabotaje deliberado». La primera era Suecia, que se negó a continuar su indagación el 7 de febrero, también sin hacer comentarios sobre el responsable del sabotaje.
La ocultación de la verdad beneficia a los partidos de extrema derecha de todo el continente, que son los únicos dispuestos a reconocer abiertamente el papel de Washington en el acto, indica el analista.
«Cualquier persona de a pie sabe perfectamente quién lo hizo, pero los partidos centristas liberales intentan ocultarlo, intentan negar la realidad», expresó Lazare.
Los únicos partidos que hablan de ello son los partidos populistas de extrema derecha, como Alternativa para Alemania (AfD, por sus siglas en alemán), de acuerdo con el periodista. La AfD, de hecho, está abordando este tema «con bastante fuerza», agrega.
«Así que si la AfD está subiendo en las encuestas tienen que agradecérselo a Joe Biden, porque Joe Biden explotó el gasoducto, y todo el mundo tiene miedo de admitirlo», indicó Lazare.
Alternativa para Alemania es una de las fuerzas de derechas que gozan actualmente de mayor apoyo en Occidente, en un contexto de dificultades económicas y de creciente impopularidad del apoyo por establishment político a la guerra subsidiaria de Ucrania contra Rusia.
Pero Lazare insistió en que los partidos políticos liberales no son las únicas instituciones que pueden verse perjudicadas por la explosiva realidad del desastre del Nord Stream. «EEUU cometió un acto de guerra contra otro miembro de la OTAN«, expuso al recordar que se supone que los miembros de la OTAN no entran en guerra unos contra otros.
Si los dirigentes occidentales reconocieran públicamente la responsabilidad de Washington en el sabotaje del Nord Stream, «las consecuencias políticas habrían sido estremecedoras«, subrayó el analista estadounidense.
«Una vez que se admite lo ocurrido, la OTAN se disuelve, porque una alianza no es un plan para que un miembro ataque a otro. Es un pacto de defensa mutua, y EEUU lo violó con creces», afirmó Lazare. El sabotaje contra los Nord Stream es un acontecimiento que resonará durante décadas, agregó.
«Es una explosión del corazón de la alianza occidental, la destruirá completamente. No hay forma de que la OTAN pueda sobrevivir a este golpe una vez que sea demasiado grande para ignorarlo», concluyó.
La OTAN ya ha sufrido varias tensiones a medida que la alianza se ha expandido hacia Europa del Este, la más reciente con Turquía y Hungría, retrasando la adhesión de Suecia al bloque. El primer ministro eslovaco, Robert Fico, también cuestionó la dirección de la alianza en febrero, criticando la sugerencia del presidente francés, Emmanuel Macron, de enviar tropas europeas para ayudar a Ucrania en Donbás.
Pero la OTAN siempre ha estado dominada por Estados Unidos, una realidad demostrada por el hecho de que todos los comandantes supremos aliados del bloque han sido norteamericanos. El presidente nacionalista francés Charles de Gaulle lo reconoció cuando se negó a poner las tropas francesas bajo el mando de la alianza.
La delegación israelí de Benyamin Netanyahu y la delegación ucraniana de Volodimir Zelenski. Entre ellas flota el recuerdo de la alianza fascista entre Zeev Jabotinsky y Dimitro Dontsov.
La delegación israelí de Benyamin Netanyahu y la delegación ucraniana de Volodimir Zelenski. Entre ellas flota el recuerdo de la alianza fascista entre Zeev Jabotinsky y Dimitro Dontsov.
Thierry Meyssan (Red Voltaire).— Generalmente, toda guerra define quiénes somos “nosotros” y quiénes son “ellos”. “Nosotros” somos el Bien y “ellos” son el Mal.
Los dirigentes occidentales, declaran que la guerra en sí misma es mala, pero afirman que hoy es indispensable frente a las agresiones de Rusia y del Hamas. Según los dirigentes occidentales, Rusia, o más bien su presidente, Vladimir Putin, sueña con apoderarse de nuestros bienes y con destruir nuestro sistema político. Dicen que, después de haber invadido Ucrania, invadirá también Moldavia y los países bálticos, y que luego continuará hacia Occidente. El Hamas, por su parte, es presentado como una secta llena de odio que comienza violando y decapitando a los judíos por antisemitismo y que continuará invadiendo Occidente en nombre de su religión.
Hay que observar que tanto Israel como Estados Unidos fueron fundados por sus ejércitos: Haganá y el Ejército Continental. Hoy en día, la gran mayoría de los dirigentes políticos de ambos países hicieron carrera en las fuerzas armadas o en los servicios secretos. Pero los dirigentes de Israel y de Estados Unidos no son los únicos con esas características ya que Xi Jinping es un ex militar y Vladimir Putin proviene de los servicios secretos soviéticos, el KGB.
Habría que preguntarse en qué se basan los delirios y temores del Occidente político y cómo estos le impiden percibir la verdad. Si Francia no invadió Ruanda, Rusia tampoco ha invadido Ucrania. Al igual que París, que interrumpió la masacre desatada contra los tutsis ruandeses, Moscú interrumpió la masacre desatada contra los ucranianos rusoparlantes en Donbass. Al igual que París en Ruanda, Moscú estuvo movido, en Donbass, por su «Responsabilidad de Proteger» [1] y por la necesidad de poner en aplicación las resoluciones adoptadas por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Por su parte, los palestinos no violan ni decapitan gente por placer –aunque algunos sí pertenecen a una secta que lo hace. Si los palestinos luchan contra los israelíes no es por antisemitismo –sólo la corriente “histórica” del Hamas se basa en el odio contra los judíos mientras que la mayoría de los palestinos lucha contra el sistema de apartheid que el Estado hebreo les impone.
La ceguera colectiva tiene probablemente como función primaria la de borrar los crímenes anteriores de Occidente. En efecto, fueron precisamente las “democracias” de Estados Unidos y de los países miembros de la Unión Europea quienes organizaron el derrocamiento del presidente electo ucraniano, Viktor Yanukovich, en 2014. Fueron también los representantes de las “democracias” occidentales de Alemania y Francia quienes firmaron, sin intenciones de aplicarlos –según confesaron después la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Francois Hollande–, los Acuerdos de Minsk, que debían garantizar la paz a los ucranianos del Donbass. Sólo al cabo de años, Merkel y Hollande reconocieron que su verdadero objetivo había sido ganar tiempo para armar a Ucrania. Según los términos consagrados por el Tribunal de Nuremberg esa flagrante violación de los compromisos internacionales contraídos es el más grave de todos los crímenes, el crimen «contra la paz».
Ha sido también la «mayor democracia del Medio Oriente», Israel, quien robó, metro a metro, mediante la ocupación militar y recurriendo a innumerables subterfugios, la mayor parte de los Territorios Palestinos reconocidos como tales en la resolución 181 del Consejo de Seguridad de la ONU, en 1947.
La ceguera colectiva de Occidente probablemente tiene también como función la de permitir que las naciones occidentales cometan nuevos crímenes. Por eso, no debe asombrarnos que Occidente se empeñe en tratar de hundir la economía rusa. Tampoco deben asombrarnos los discursos que llaman a la realización de una limpieza étnica en la Palestina geográfica y que promueven, en definitiva, la expulsión de un millón de palestinos.
Benyamin Netanyahu y Volodimir Zelensk asisten juntos a una ceremonia solemne en Babi Yar, donde 30 000 judíos fueron masacrados por los nazis… y por los colaboradores ucranianos del III Reich. La hipocresía reinante se pone de manifiesto en el hecho que al Memorial de Babi Yar se llega pasando por la avenida que hoy lleva el nombre de Stepan Bandera, el “Guía” (Providnyk) de la Organización de los Nacionalistas [integristas] Ucranianos, colaboradores de los nazis.El objetivo de estos conflictos no es el acaparamiento de recursos, sino la ocupación de territorios. Los nacionalistas integristas ucranianos de Dimitro Dontsov, siempre reclamaron, desde 1917, la posesión de la Novorossiya anarquista de Nestor Makhno, la región de Donbass y la Crimea bolchevique. Es cierto que el ucraniano Nikita Jrushov puso esos territorios bajo la administración de la Ucrania soviética, pero Kiev no puede invocar la historia reciente para reclamarlos.
Idénticamente, los sionistas revisionistas de Zeev Jabotinsky reclaman desde 1920 todo el territorio de Palestina, el Sinaí egipcio, Líbano, Jordania y Siria, o sea todos los territorios que se sitúan entre «el Nilo y el Éufrates». Si bien el antiguo reino de Jerusalén se componía de esa ciudad y sus alrededores, eso no les permite invocar la Historia para justificar sus conquistas contemporáneas.
Suele decirse que la pirámide de edad de la población determina la agresividad de los Estados. Los Estados cuya población se compone mayoritariamente de jóvenes de entre 15 y 30 años serían por naturaleza más propensos a la guerra. Pero Ucrania no está en ese caso, ni tampoco Israel. Por cierto es más bien Palestina, no Israel, quien debería ser más propensa a la guerra, según la teoría de la pirámide de edad de su población.
La cuestión ideológica es probablemente lo más importante. Dimitro Dontsov y su títere criminal, Stepan Bandera, dieron una dimensión épica a los nacionalistas integristas ucranianos, presentándolos como herederos de los vikingos suecos, los Varegos, supuestamente destinados a masacrar a los «moscovitas» para llegar a Valhalla. Actualmente, el «Fuhrer blanco», Andriy Biletsky, dirigió sucesivamente las tropas de la División Azov derrotadas en Mariupol, la 3ª brigada de asalto derrotada en Bajmut/Artemiovosk y, más recientemente, las fuerzas ucranianas derrotadas en Avdiivka. De la misma manera, Benyamin Netanyahu, cuyo padre fue secretario particular de Zeev Jabotinsky, no vacila en comparar a los palestinos con los antiguos amalecitas. Con ello implica que, en cumplimiento de las órdenes de Yahvé, es necesario exterminar a los palestinos, para impedir que esa raza resurja en contra de los hebreos. Al mismo tiempo, el ejército de Israel destruye sistemáticamente todas las universidades y escuelas de la franja de Gaza y ya ha masacrado 30 000 civiles, invocando la «lucha contra el Hamas» como pretexto.
En el pasado, el ucraniano Dimitro Dontsov estableció una alianza con Hitler, desde 1923, o sea antes de que este último alcanzara el poder. Dontsov se convirtió después en uno de los administradores del Instituto Reinhard Heydrich, que se ocupaba de la aplicación de la «Solución Final» a las poblaciones judía y gitana. El judío ucraniano Zeev Jabotinsky, fue aliado de Dontsov desde 1922, y en 1935 fundó la escuela de cuadros del Betar en Civitavecchi (Italia) con ayuda del Duce Benito Mussolini. Fallecido en 1940, Jabotinsky no llegó a desempeñar un gran papel en la Segunda Guerra Mundial. Pero las acciones de Jabotinsky, como las de Dontsov, no dejan lugar a dudas sobre la adhesión de los nacionalistas integristas ucranianos al nazismo ni sobre la adhesión de los sionistas revisionistas al fascismo.
También está presente la lógica territorial de los regímenes fascistas y nazis en el discurso actual del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y en la retórica del primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu. Mientras tanto el presidente ruso, Vladimir Putin, y el presidente palestino, Mahmud Abbas, resaltan la defensa de sus pueblos.
La Juventud Sandinista 19 de Julio, del sureño departamento de Masaya, rindió homenaje al héroe nacional Benjamín Zeledón en ocasión del aniversario 146 de su natalicio.
El presidente de Colombia cuestionó un nuevo operativo estadounidense en el Caribe que dejó cuatro fallecidos y lo tildó de "asesinato", al contrastarlo con los decomisos realizados por su país sin víctimas fatales.
Manifestantes de Sudáfrica, Yemen, Malasia y Pakistán, exigen la liberación de los activistas detenidos y el paso seguro de la ayuda humanitaria a Gaza.
El presidente Gustavo Petro afirmó que la política de paz de Colombia es soberana y que no se subordina a los dictados del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.