CC.OO. y UGT: del silencio sospechoso al ruido mediático

Extrañan sobremanera tales declaraciones extemporáneas de alto nivel tomando partido tan claramente por una opción concreta, la que alientan y defienden los defensores a ultranza del orden establecido en la transición posfranquista. Solo faltaría ahora que ambos sindicatos se manifestaran proclives a una gran coalición entre PP y PSOE como salvaguardia de los valores patrios y tradicionales de España. Cosas veredes, como dijera Alonso Quijano a Sancho Panza, que te causarán honda impresión querido escudero del pueblo llano.

CC.OO. ha sido desde su nacimiento una fuerza sindical de clase, de izquierdas y de carácter sociopolítico. UGT, con el advenimiento del sistema parlamentario, siempre ha ido a la estela del citado sirviendo de apagafuegos institucional de la clase trabajadora para orientar sus reivindicaciones sociales en torno a las políticas contemporizadoras y más que moderadas del PSOE. Pero desde la asunción estratégica de la manida unidad de acción, las tesis ugetistas modulan a la baja el discurso real de las dos cúpulas sindicales.

Con la precariedad laboral segando el terreno reivindicativo y el paso a trote neoliberal de las ideas retrógradas de Fidalgo y los suyos por la secretaría general de CC.OO., esta formación ha perdido bastante fuelle ideológico, sindical y político. Su discurso de vaivén se construye sin modelo alternativo de sociedad, a impulsos de la coyuntura, instalándose en el mal menor de las negociaciones por arriba, estériles, inocuas o intrascendentes en la mayoría de las ocasiones, reservando sus antiguas energías de clase para luchas puntuales en empresas importantes en crisis del sector industrial o del sector servicios.

Con la precariedad laboral y los derechos sindicales en mínimos históricos, CC.OO. se ha convertido de facto en un laboratorio de bellos documentos sociológicos más o menos acertados en sus análisis y en un bufete gigantesco de abogados laboralistas para salvar los muebles a posteriori de los trabajadores y trabajadoras despedidos o con contenciosos particulares en sus empresas.

El campo sindical se ha cerrado de una manera evidente. Hacer sindicalismo a la ofensiva, sabiendo que existe un horizonte distinto al capitalismo, transformado en economía social de mercado por mor de la posmodernidad ideológica, es una quimera solo al alcance de devotos francotiradores locos condenados a fracasar por obligación.

Sin embargo, lo peor de todo es que da la triste sensación de que la deriva de CC.OO. no es un resfriado de poca monta, sino una enfermedad tóxica que precisará remedios de mayor enjundia para sanar por completo y restablecer los fundamentos de un auténtico sindicato de clase al servicio de la clase trabajadora y de un futuro diferente al de la presunta gestión de izquierdas del neoliberalismo, tan en boga en la actualidad, como tope máximo de las expectativas de la socialdemocracia clásica en sus distintas advocaciones: Syriza, PSOE, IU en sus recurrentes nuevas izquierdas en disputa semántica permanente, ¿Podemos?…

La salida de pata de banco última a la que nos referíamos al principio, la adhesión amable al nacionalismo español y contra la independencia catalana, tiene trampa, una treta aviesa basada en la premisa de que la clase trabajadora no tiene fronteras y es la misma en todo el mundo. Muy izquierdista y rompedora en su planteamiento, pero falsa en su desarrollo posterior y en su conclusión final.

Lo más que deberían haber expresado CC.OO. y UGT es que la resolución del conflicto catalán debe pasar inexcusablemente por un referéndum popular para que la gente, con su voto democrático, tenga la última palabra al respecto, añadiendo que tanto CDC como el PP utilizan la confrontación nacionalista para tapar sus vergüenzas propias de recortes salvajes en cuestiones sociales, económicas y laborales. También podrían haber agregado que el plebiscito encubierto de estas elecciones autonómicas no servirá para abrir nuevos espacios a políticas de izquierda coherentes que den la batalla a la troika y ofrezcan soluciones reales a las necesidades imperiosas de la clase trabajadora.

Ese hubiera sido un discurso ajustado. Pero no, han optado por aparecer como acólitos o cómplices del poder institucional. La vía fácil, el camino de meras comparsas sociales de la realidad conservadora instalada en el bipartidismo que domina la escena política desde la muerte del dictador Franco.

El desprestigio de CC.OO. y UGT, además del acoso del neoliberalismo y de su ideología antisindical, se lo han ganado a pulso en las últimas décadas. Sus cúpulas se han anquilosado en verlas venir desde despachos con ventanas cerradas a cal y canto donde no entraban las contradicciones sociales y políticas de la calle, la fábrica y el régimen capitalista en su conjunto.

Tal vez sin pretenderlo, solo quizá por la inercia de la desidia y el no contacto con la realidad diaria, CC.OO. y UGT, a través de un proceso sordo de adaptación al medio ambiente dictado por el statu quo, del apego prolongado al cargo casi vitalicio y a la caza de subvenciones imprescindibles para soportar sus organizaciones intelectuales y físicas, se han convertido de hecho en únicos y exclusivos representantes de la clase trabajadora que aún mantiene empleos más o menos estables. La precariedad laboral, un vasto territorio ocupado eventualmente y en condiciones lamentables por dos de cada tres personas, no puede ser representado por nadie en razón de la imposibilidad de defender sus derechos ante la espada de Damocles de renovar sus contratos a cambio de silencio y resignación social y política.

CC.OO. y UGT han abandonado a su suerte a la clase trabajadora en precario. Su acción sindical resulta inoperante, subsidiaria, puntual, no representativa. Recuperar ese océano de marginalidad absoluta requerirá un esfuerzo sindical mayúsculo, de sutil inteligencia política y de la elaboración colectiva de un discurso que vaya al tajo y que no espere pasivamente que la conciencia de clase surja por arte de magia individual.

Ver a CC.OO., y en menor medida a UGT, al rebufo del rancio nacionalismo español provoca pensamientos amargos. Claro que las fronteras existen para dividir a la clase trabajadora pero ahora tocaba un análisis más profundo y ponderado de la realidad. Mas, Rajoy y Sánchez son portadores del mismo virus: el neoliberalismo y sus secuelas de recortes sociales y derechos políticos.

Cataluña lleva tiempo solicitando un referéndum sobre su posible independencia. Luchemos por ello para que se abran caminos en los que los nacionalismos emocionales desparezcan por completo. Ahora, tanto Mas como Rajoy se escudan en esas tapaderas formidables para llevar a cabo sus políticas derechistas contra lo público. Políticas similares que precisan de la oposición estética para que el pueblo pierda la referencia de lo verdaderamente importante: el empleo, la vivienda, la sanidad, la educación, el transporte y el sistema capitalista que tiene secuestradas las ideas de izquierda y otro modelo de sociedad en común más justo, igualitario, democrático y razonable.

Que CC.OO. volviera por sus fueros por donde solía sería una noticia de enorme resonancia para el futuro de España. Y de Cataluña. A veces, las fronteras mentales son más gruesas o cierran más puertas que las físicas o territoriales.

Gran parte de lo somos se lo debemos a las luchas antifranquistas de CC.OO. En su alma guarda un tesoro histórico de izquierdas y combativo que, de momento, nadie sabe dónde está. Muchas personas más que válidas y de trayectoria impecable anidan en su seno pero, hoy por hoy, sus silencios elocuentes y su deriva dejándose llevar por la corriente de los mercados y del orden establecido las está convirtiendo en una referencia baldía, dudosa cuando menos, para enfrentar los retos sociales y políticos del siglo XXI y liderar al tiempo a la fragmentada clase trabajadora. O CC.OO. gira a la izquierda en su práctica cotidiana y en su discurso sociopolítico o será un mero apoyo ortopédico del gobierno de turno, al albur de un existencialismo oportunista sin personalidad propia.

Por desgracia para Occidente, Rusia es un pueblo con memoria

Según el sitio israelí Debka.com, vehículos rusos de vigilancia electrónica R-166-0.5 (ultra) que emiten señales de alta frecuencia (HF/VHF) fueron detectados en la Autopista siria 4, que enlaza Homs con Alepo, el pasado 16 de Septiembre acompañados de vehículos blindados de transporte de infantería BTR-82, que transportaban a marines rusos.

El R-166-0.5 permite comunicaciones localizadas en los campos de batalla, que se hallan a una distancia de unos 1.000 kms utilizando señales de frecuencias alta y ultra-alta.

Los sistemas de comunicaciones son resistentes a las acciones perturbadoras electromagnéticas y su utilización puede servir a los mandos sirios o los consejeros rusos que se encuentran en Siria para averiguar informaciones acerca de los grupos armados, recabar datos de inteligencia y transmitir órdenes de forma rápida y a larga distancia.

El vehículo R-166-0.5 es parte integral de las operaciones del campo de batalla y dota a las tropas de una ventaja en la guerra electrónica y de inteligencia.

En los últimos meses, los terroristas del EI han intentado infiltrarse en la autopista entre Homs y Alepo, aunque han sido expulsados a las pocas horas. Sin embargo, estos movimientos ponen de manifiesto el deseo de los terroristas de intentar cortar esta autopista entre Alepo y Homs con el fin intentar cercar a la primera. La aparición de estos vehículos pone de manifiesto que Siria y sus aliados están preparándose para evitar cualquier escenario de ese tipo.

Rusia ha comenzado también a dirigir aviones espía y de reconocimiento para detectar posiciones del EI y del grupo terrorista Frente al Nusra. Estos vuelos se han desarrollado en las provincia de Idleb y al este de provincia de Homs, donde se concentran gran número de terroristas.

Recientemente, se ha señalado también que Rusia ha proporcionado datos obtenidos por sus satélites a Siria, lo que explicaría las últimas acciones exitosas de la aviación y la artillería sirias contra los cuarteles generales de los grupos armados sirios.

Al Manar

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Felipe siempre tuvo una doble vida

La doble vida de Felipe González

Pocos españoles llevan una doble vida de manera tan definida como Felipe González. El ex presidente es un hombre obsesionado por el dinero y la alta sociedad. También es un hombre satisfecho, pues ha cumplido sus objetivos de hacerse rico y relacionarse casi exclusivamente con las grandes fortunas del planeta. Cuando está en España, a Felipe le gusta vestirse como un modesto profesor de instituto jubilado algo intelectual y dar la apariencia de que acaba de bajarse de un coche de línea tras un cansado viaje. A sus hooligans dentro y fuera del PSOE les encanta creerse este espejismo que ha confeccionado él mismo. Cuando viaja fuera de nuestro país – se desplaza frecuentemente en avión privado- Felipe aprovecha para hacer todo aquello que por discreción no le gusta hacer en España.

El expresidente pasa la mitad del año en Iberoamérica, siendo una figura habitual en las lujosas villas que sus riquísimas amistades tienen esparcidas por el continente. A Felipe se le ha visto en la reserva natural que en Carabobo tiene el magnate venezolano Gustavo Cisneros, empresario al que su gobierno vendió Galerías Preciados tras la expropiación de Rumasa. Cisneros hace gustoso de anfitrión, pues compró la empresa en 1984 por 1.500 millones de pesetas y la revendió a los tres años por 30.000 millones. Los contribuyentes perdimos 28.500 millones en la operación, pero entre ellos nació una bonita amistad que aún perdura. Felipe conoce también el palacio que la poderosa familia colombiana Santo Domingo tiene en la isla de Barú. A esta casa en el Caribe acudió invitado en marzo de 2009, cuando se representó a sí mismo en un cónclave de magnates iberoamericanos donde no faltó su otra mitad, Carlos Slim, el hombre más rico del mundo.

A Felipe le gusta vestir en España como un pensionista que no llega a fin de mes, pero tiene en Tánger una exclusiva finca con playa privada contigua a la del rey Mohamed VI. Y la tiene por concesión afectiva del sátrapa magrebí hacia su persona, ya que el sevillano mantuvo una relación envidiable con su padre. La excelente sintonía de Felipe con Hasan II la facilitó la intermediación del rey Juan Carlos y, sobre todo, la lluvia de miles de millones de dinero público que, en la forma de créditos para la compra de material militar español, dejó caer España sobre Marruecos cuando Felipe mandaba. Desconocemos si se inspiraron en el Palau de la Música y la familia Pujol para manejar estos dineros, pero es bien conocido su gusto por la lírica catalana. El rey Juan Carlos y Felipe González se apoyaron continuamente en los años ochenta y noventa ayudándose en la consecución de sus objetivos, facilitando siempre el uno la labor del otro. También colaboraron en tareas de Estado y de Gobierno.

De tanto tratar con grandes fortunas internacionales, a Felipe se le han pegado sus costumbres. Los hijos de los muy ricos no trabajan, y ninguno de los hijos varones del ex presidente -cuarentones con familia- tiene oficio conocido. Lo mismo le pasa al hijo de José Bono, otro ni-ni de postín. A Felipe también se le ha pegado el deseo por crear un fondo de capital riesgo, una controvertida forma de inversión con muchos detractores dada la facilidad con la que permite aflorar capital revestido de éxito empresarial. El fondo de Felipe se llama Tagua Capital.

Felipe es hoy el único dinosaurio de la política capaz de, en menos de 24 horas, pasar de ser besuqueado por amas de casa y receptores PER en los feudos del PSOE en la Andalucía rural más castigada por el paro y la corrupción de su partido, a bailar en la República Dominicana bachata con una multimillonaria en un palacio próximo a la mansión de Carmen Chacón bajo la mirada de Óscar de la Renta. Entre grandes billonarios es donde se encuentra verdaderamente cómodo, a la gente humilde que le aclama en los mítines como una estrella del rock siempre la despreció. En lo que a gestión de imagen publica se refiere, Felipe González es un estafador profesional.

laverdadofende.wordpress.com

Ah, pero ¿en el PSOE hay un «ala izquierda?

Sus declaraciones afirmando que “Pinochet respetaba mucho más los derechos humanos que Maduro” han levantado muchas ampollas, hasta en el ala más a la izquierda del propio PSOE, que no las aplaude.

Quien fuera portavoz de la corriente Izquierda Socialista, José Antonio Barrio de Penagos, declaró a Público que dichas palabras eran “una barbaridad”, y que no se puede comparar nunca una democracia con una dictadura sangrienta.

(Y ahora viene el pedir disculpas por lo dicho, no vaya a ser que le quiten la «buchaca». Estos «izquierditas»…)

El dirigente del ala izquierda del PSOE indicó que eso no quiere decir que esté de acuerdo con la condena al opositor venezolano, pero sí discrepó con una comparación que le pareció excesiva y poco afortunada. “Como con el artículo sobre Cataluña, con el que básicamente estaba de acuerdo, González siempre tiende a excederse en algunos comentarios”, dijo.

publico.es

Excederse dice el caradura este. Todo el PSOE al completo es, de un buitre neofranquista, las dos alas.

El sueño imposible de Francisco

El caprichoso y cíclico devenir de la Historia, podría hacer que dos Papas de la Iglesia Católica, separados en el tiempo y en la distancia por 35 años y un océano, queden hermanados por la brevedad de su mandato y la imagen de descrédito de la Iglesia que recibirán como herencia . Así, Juan Pablo I y Francisco pasarán a la Historia por su lucha contra el establishment vaticano, su innegable carisma personal y un estilo revolucionario plasmado en un estilo apologético propio basado en el desapego de las formalidades y en su don de gentes , quedando sus elecciones como hitos del finiquito de la concepción eurocéntrica de la Iglesia Romana y la irrupción de la Iglesia centrífuga.

Así, en los albores del siglo XXI, Francisco comenzó su Papado bajo el signo de la «Franciscomanía”, fenómeno sociológico que logrará que una persona sin conocimiento previo de los entresijos del Poder Vaticano se convierta en icono de la juventud, insufle vientos de cambios y devuelva la ilusión y la esperanza a unos fieles sumidos en la perplejidad y la desilusión tras la significativa erosión de la imagen de la Iglesia Católica debido a los lacerantes episodios de acusaciones de pederastia, ilegalidades en la Banca Vaticana e intrigas palaciegas de la Curia Romana (trama de filtraciones conocida como “Vatileaks” ),que hicieron retrotraer a la Iglesia Católica a escenarios del siglo XIII y a la vigencia de las ideas de Francisco de Asís.

Estilo apologético propio

Ambos compartirán un estilo apologético diametralmente opuesto al de sus predecesores al humanizar la dignidad del Pontificado con su aspecto bondadoso y sus gestos de amistad y cercanía, imagen que se extendió a todo el orbe cristiano tras su primera aparición en el balcón de la Plaza de San Pedro tras su elección y que sería fruto del bagaje adquirido en el ejercicio de su misión pastoral como Patriarca de Venecia y Cardenal Emérito de Buenos Aires respectivamente, despojándose en suma de la máscara hierática que hasta entonces había simbolizado la figura Papal.

Así, Juan Pablo I eligió como lema de su papado la expresión latina Humilitas («humildad»), plasmado en la ceremonia de entronización, sustituyéndola por una simple investidura en contra de lo prescrito por la Constitución Apostólica “Romano Pontifici Eligendo” promulgada por Pablo VI en 1.975. Recordar que fue el primer Papa que eligió un nombre compuesto en honor de sus dos antecesores ( Juan XIII y Pablo VI) y como muestra de su voluntad inequívoca de desarrollar los postulados del Concilio Vaticano II y asimismo el primer papa moderno en descartar el plural mayestático en sus intervenciones. Por su parte, Bergoglio, adoptó el nombre papal de su admirado Francisco de Asís (il poverello d’Assis) y nada más ser elegido Papa, exclamó: “Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres”, frase que sería un guiño al espíritu de pobreza de los primeros cristianos y a los ideales de justicia social de Monseñor Romero, quien hace tres décadas decía: “La misión de la Iglesia es identificarse con los pobres” , así como un mensaje de esperanza para los que todavía sueñan con hacer factible dicha utopía en América Latina.

Juan Pabo I y Francisco, rehenes del establishment vaticano

Parafraseando a Wright Mills en su libro “The Power Elite” (1.956), el establishment vaticano sería “el grupo élite formado por la unión del lobby eurocentrista, el lobby curial, el lobby masón y el lobby gay”, grupos de presión que serían los verdaderos detentores del poder en la sombra y del que serían rehenes los últimos Pontífices tras el golpe de Estado virtual urdido en los sótanos del Vaticano y que concluyó con la misteriosa muerte de Juan Pablo I apenas 33 días después de haber sido electo, en lo que fue el segundo papado más breve de la historia desde León XI. En la actualidad, estaríamos asistiendo a una lucha soterrada entre Francisco y el establishment vaticano en la cruzada personal que dirige el actual Pontífice para desinfectar las actuales estructuras de la Iglesia de los virus patógenos inoculados por dichos grupos de presión (lobbys de sotana) y proseguir con el desarrollo de los postulados del Concilio Vaticano II. Una de las claves de esa reforma es que las iglesias nacionales, los laicos y las mujeres adquieran un protagonismo creciente en la conducción de los asuntos generales para lo que resulta imprescindible que el otrora poder omnímodo de la curia romana se vaya diluyendo y delegando en las estructuras de base, lo que supondría un auténtico “golpe de mano” de Francisco contra el endémico establishment vaticano por lo que el proceso encontrará resistencias crecientes por parte de los grupos de presión, no siendo descartable la gestación de una trama endógena que mediante métodos expeditivos intente reconducir a la Iglesia Romana a la senda de los pontificados tutelados por el verdadero poder en la sombra (establishment vaticano).

El Banco Vaticano

El Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como Banco Vaticano fue fundado en 1942 por Pío XII para “custodiar los bienes de la iglesia, destinados a obras de religión o de caridad”, una especie de Caja de Ahorros y Monte de Piedad sin ánimo de lucro ni potestad para realizar préstamos o inversiones directas que pronto derivó hacia la opacidad y quedó envuelto por las sospechas de lavado de dinero. Recordar que en enero del 2013, el diario británico ‘The Guardian’ realizó una investigación que reveló que la Santa Sede construyó un imperio inmobiliario secreto con propiedades en el Reino Unido, Francia y Suiza con millones recibidos de Mussolini y que según el diario La Repubblica el IOR operaría como “pantalla para ocultar dinero de clientes que quieren evadir los controles fiscales italianos» .

Recién asumido su apostolado, Juan Pablo I decidió que la Iglesia no debía entrometerse en asuntos políticos y pretendió desligar la Banca Vaticana de la trama del dinero negro que ingresaba por medio de los partidos políticos, (en especial de la democracia cristiana que siempre contó con las bendiciones del Vaticano para acceder al Gobierno dentro de la estrategia de la CIA de evitar la llegada al poder del Partido Comunista Italiano), pero sus nobles ideales nunca llegaron a hacerse realidad ya que murió el 28 de septiembre de 1978, apenas 33 días después de haber sido electo, en lo que fue el segundo papado más breve de la historia desde León XI.

Por su parte, Bergoglio, a pesar de tener un corazón franciscano y un cerebro jesuítico, habría desoído la máxima del fundador de la Compañía de Jesús, el vasco Ignacio de Loyola: » En tiempos de crisis, malo es hacer mudanza» y habría adoptado como suya la frase atribuida al frailecillo de Asís: “Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible”. Así, tras la detención de monseñor Nunzio Scarano por orden de la Fiscalía de Roma bajo la acusación de fraude y corrupción, Bergoglio habría iniciado el proceso de descabezar el Banco Vaticano y ponerlo bajo sus órdenes directas y en aras de dotar a la Institución bancaria de una mayor transparencia, la Autoridad de Información Financiera del Vaticano habría firmado un acuerdo con el Banco de Italia para el intercambio de información en un intento de reforzar el control y la supervisión de los flujos de activos.

Geopolítica de sus Pontificados

El Pontificado de ambos Papas quedará hermanado por el retorno a escenarios de Guerra Fría EEUU-Rusia y sus efectos colaterales en América Latina. Así, la apertura de la Iglesia hacia su «izquierda renovadora» tras los los pontificados de Juan XXIII y de Pablo VI amenazaba su continuidad expansiva con Juan Pablo I, apostolado que chocaba con los intereses del establishment vaticano de los cuales se valía la CIA para irradiar sus estrategias de expansión en el seno de la Iglesia Católica Latinoamericana.

Así, según el periodista italiano Ennio Remondino, los fondos secretos del Banco Vaticano cuyo origen sería eran el tráfico de drogas y de armas controlado por la CIA, sería utilizado para financiar operaciones especiales con el objetivo de desestabilizar o a derrocar a gobiernos «pro-comunistas» u hostiles a Washington » en el llamado patio trasero latinoamericano (Operaciones del «Contra-Gate» ). La muerte de Luciani, se produjo pues en un contexto latinoamericano donde la Teología de la Liberación se expandía como la pólvora entre las clases humildes mientras las dictaduras militares anticomunistas surgidas al amparo de la CIA desarrollaban su «guerra antisubversiva» con las bendiciones de la ultraderecha católica.

Respecto a Bergoglio, habría participado discretamente en la secreta negociación llevada a cabo entre Cuba y EEUU para romper el deshielo entre ambos países mediante el intercambio de Alan Gross y un oficial estadounidense por tres miembros de “Los 5”, seguido de la desaparición de Cuba de la lista estadounidense de Países Terroristas y de la reciente apertura de Embajadas. Las medidas cosméticas tomadas por la Administración Obama siguiendo la estela de la Administración Clinton (relajación de las comunicaciones y el aumento del envío de remesas a la isla así como el inicio de una ronda de conversaciones sobre temas de inmigración), dejaban intacto al bloqueo y no cambian sustancialmente la política de Washington, aunque reflejaban el consenso de amplios sectores del pueblo norteamericano a favor de un cambio de política hacia la Isla auspiciado por la decisión del régimen cubano de terminar con el paternalismo estatal y permitir la libre iniciativa y el trabajo por cuenta propia. Sin embargo, la renovación automática por parte de EEUU por un año más del embargo comercial a la isla atentarían contra el vigente sistema financiero y político internacional y podrían suponer para Cuba pérdidas estimadas en cerca de 50.000 millones de $, abocando al régimen de Raúl Castro a la asfixia económica por lo que la Administración Obama habría empezado a moverse entre bambalinas para lograr instaurar las bases de una nueva doctrina “interpares” en las relaciones bilaterales EEUU-Cuba.

Por su parte, Obama habría encontrado en el Papa Francisco un estrecho colaborador en su ardua tarea de sustituir la diplomacia de las armas por el diálogo y el consenso. y no ha ocultado el afecto que siente por el Papa y le ha llamado un «líder transformador» cuya influencia ha trascendido a la comunidad católica. Así, el Papa ha adoptado muchas de los temas que Obama ha tratado de avanzar, incluyendo el calentamiento global, la pobreza y el enfoque diplomático con Cuba, Sira e Irán. El Papa cuenta con la simpatía del 87% de los católicos estadounidenses y del 66% de los ciudadanos de este país según un sondeo pero algunos obispos estadounidenses cercanos al Opus Dei lamentan su falta de apoyo en su línea dura contra la administración Obama a propósito del aborto, la anticoncepción y el matrimonio homosexual. Asimismo, los sectores ultraconservadores de Estados Unidos lo ven como un «marxista», por su encíclica «Laudato si» sobre la defensa del medioambiente y sus discursos virulentos en su reciente gira sudamericana contra el ultraliberalismo económico, la finanza ciega y la explotación desenfrenada de los recursos naturales por parte de las multinacionales. A pesar de estos preámbulos, Francisco será el primer Papa en expresarse ante el Congreso de Estados Unidos donde se espera que haga un alegato firme sobre la responsabilidad de Washington para limitar la contaminación y en favor de una transición de las energías fósiles a las energías renovables mientras en la ONU, tendrá la ocasión de desarrollar todo su programa social y ecológico contra «la cultura del descarte» y la «globalización de la indiferencia».

GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ-Analista

El oportunismo italiano traficando con la cuestión de la Patria

«En el caso italiano esta desviación nacionalista se traducía en el siguiente problema para sus mismos intereses: y es que bajo la excusa de «no romper la unidad del país» se daban directrices de frenar los avances cualitativos más importantes en el norte de Italia desarrollados en la lucha contra el fascismo como eran la creación del nuevo poder y del nuevo ejército. Esta excusa era pueril, pues los bolcheviques podrían haber comprado tal argumento de autocomplacencia para no lanzarse a la revolución con la excusa de que «existían zonas menos revolucionarias que aún creían en los mencheviques y eseristas, incluso en los zaristas, y que hacer la revolución era producir una división nacional», pero por suerte para el proletariado ruso los bolcheviques no eran charlatanes como los revisionistas italianos. ¿Y es que acaso los presuntos «marxista-leninistas italianos» imaginaban que a la hora de hacer su revolución idílica contaría con el apoyo completo de todo del país –inclusive para Togliatti a gran parte de la burguesía y la iglesia italiana como teorizaría abiertamente después–? ¿No es acaso la revolución la expresión máxima de la lucha de clases recrudecida hasta el punto de guerra civil –más o menos larga– que divide la nación entre explotados y explotadores, entre la disyuntiva de revolución o contrarrevolución? ¿Donde se ha visto históricamente una revolución que triunfe en todos los elementos explotados y explotadores y en todas las zonas el país? Eso solo cabe imaginar en la mente de un necio, ni eso, porque nadie imagina tal cosa, ya que esta teorización es una mera excusa cobarde que pretende no rebasar la legalidad burguesa y busca evitar crear el poder proletariado, su ejército y el establecimiento de su dictadura:

«Uso especial se hizo en el Partido Comunista Italiano de la consigna de la defensa de la «unidad de la nación». Sabemos que el Norte de Italia es mucho más progresista en el desarrollo y espíritu de lucha de su movimiento obrero que el Sur. Los camaradas italianos se autoasignaron la tarea de frenar el desarrollo revolucionario del Norte de Italia para que el sur no se quedara rezagado, y que de este modo la «unidad nacional» de Italia no se debilitara. Tales errores oportunistas por parte del PCI se conectaron con los graves errores cometidos por los dirigentes del PCI durante la guerra. El PCI tuvo a partir de 1943, buenas condiciones para desarrollar la lucha armada contra los alemanes y a través de esta lucha armada, la creación de las grandes fuerzas armadas de la revolución. Pero los camaradas italianos fueron incapaces de realizar esta conexión y explotar estas condiciones favorables, no lograron preparar una base y una fuerza armada que, después de la guerra, podría haber sido utilizada en una lucha por las posiciones decisivas en el poder del Estado. (…) Después de la guerra ellos perdieron también, debido a sus tácticas legalistas y concesiones a sus aliados de la coalición de partidos. Por último se dejaron desarmar, dejaron el poder que con más o menos precisión el PCI había sostenido, ellos mismos decidieron renunciar a sus firmes posiciones entre las masas del Norte de Italia por débiles posiciones en coaliciones políticas». (Edvard Kardelj; Informe en la Iº Conferencia de la Kominform, 26 de septiembre de 1947)

El delegado yugoslavo no entendía pues: la forma en que se desperdiciaron unas condiciones tan propicias para asegurar la hegemonía del partido comunista tras el fin de la ocupación alemana. En particular creía que los comunistas italianos habían disfrutado de mejores condiciones que las de los comunistas franceses y que el proletariado italiano demostró ser de hecho el más combativo de Europa Occidental:

«Solo quiere hacer hincapié en que las condiciones en el Norte de Italia fueron tal vez, incluso mejor que las condiciones en que los camaradas franceses estuvieron luchando. Por lo cual, los camaradas italianos tenían en el Norte detrás de sí un proletario, que con su conciencia y espíritu de lucha fue seguramente el más importante de todos los países ocupados de Europa Occidental. En vista de ello, se concluye que los errores cometidos por el PCI durante la guerra fueron aún más graves que los cometidos por los camaradas franceses». (Edvard Kardelj; Informe en la Iº Conferencia de la Kominform, 26 de septiembre de 1947) (Equipo de Bitácora (M-L); La crítica al revisionismo en la Iº Conferencia de la Kominform de 1947, 13 de agosto de 2015)

La realidad no tiene escapatoria

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Resulta complejo definir lo que es la realidad. De forma intuitiva, todos tenemos nuestra percepción personal de ella. Podríamos atrevernos a decir, no obstante, que realidad es todo lo que ofrece resistencia a nuestra existencia vital: lo intangible y lo espiritual, las ideas y los hechos, las acciones y las omisiones, el silencio y el grito, pensar y hacer, tomar partido o huir hacia ninguna parte.

Por tanto, la realidad siempre es producida por el conflicto de resistirse a los efectos directos de lo real o práctico o la voluntad consciente de transformarla, de ir, hablar o criticar los fundamentos de esa oposición inefable. Pero en cualquier caso, la realidad es un todo omnipresente del que no podemos escapar jamás.

Incluso las vías esotéricas de huída trascendente de la realidad viven en ella aunque pretendiendo burlar su fortaleza rocosa construyendo ad hoc un ambiente paralelo que calme la ansiedad de sus fieles creyentes. La locura en sentido amplio y no patológico, vista así las cosas, no es más que adaptaciones sui géneris a la realidad para conjurar su poder omnímodo y hacerla más llevadera y amistosa.

Luego se desprende de lo antedicho que la realidad forma sus propias alteridades y ficciones sin afectar a su esencia constitutiva. Es la lucha histórica del ser humano por dotar de sentido a su existencia. Esa es su realidad primera y última, su hogar insoslayable.

Realidad y lucha son los ingredientes primordiales del ser humano en el mundo, teniendo en cuenta que él mismo es plena realidad y conflicto consigo mismo y con el medio en que habita. Desde esta perspectiva, la libertad es una condena existencial, una especie de paradoja sin solución final. El más allá también es realidad. Y los deseos. Y el hambre y la sed. Y las emociones. Y la razón.

A toda esta algarabía y exuberancia de conceptos y relaciones complejas, la razón le otorga un sentido profundo, un lenguaje provisional y siempre en construcción que desvela los entresijos de sus partes y el funcionamiento imprevisible del todo.

Como la realidad es producida y no innata, dejando en un aparte las catástrofes naturales que también pueden ser explicadas por la ciencia a posteriori y hoy en día asimismo a priori en situaciones muy concretas, la razón es el mejor instrumento para conocer lo que somos, las causas de lo que producimos y los efectos de las acciones humanas.

Eso sí, sin olvidar nunca que todo lo que puede hacer la razón está contaminado por el punto de vista del ser humano, a la vez realidad tejida de emociones, prejuicios e intereses dispares y contradictorios.

No existe ningún humano que pueda salirse de la realidad y darnos noticias completamente objetivas de ella. Esa magia está reservada a los dioses, categorías míticas creadas por la perplejidad o desidia del ser humano concreto e histórico ante la resistencia numantina que ofrece la realidad contextual en la que vive cada día.

Por ello, la razón debe ser una herramienta polifacética que en su análisis incluya los intereses particulares y sociales, los sentimientos propios y ajenos y los mitos o tradiciones que conforman una realidad dada. Si no se contemplan las complejidades culturales que acompañan cada hecho concreto, la mera razón se quedaría paralizada en un idealismo estéril, sectario e improductivo.

Todo es movimiento; el mundo nunca se toma un respiro y recapitula sobre su mismisidad singular. La realidad siempre viaja con todo su bagaje existencial, de nada se desprende o deja en la cuneta como trasto viejo o inservible. Aunque en la evolución darwiniana algunas adaptaciones al medio hayan tenido mayor éxito, nada se desecha ni cae totalmente en el olvido: en el gen biológico o meme cultural más insignificante va escrita nuestra historia al detalle desde nuestra contingencia humana como seres potenciales en el ser vivo primigenio.

El rendimiento político de lo hasta aquí reflejado a vuelapluma hay que entenderlo como una realidad compleja sin dirección conocida ni progreso indefinido. Todo es posible, hasta lo muy improbable si se dan los contextos adecuados. Incluso la regresión o el retroceso a hábitats ideológicos, culturales o políticos ya trasnochados o de vejez manifiesta.

En esta lucha sin cuartel ni pausas, hasta las sociedades más equilibradas en apariencia siempre están en ebullición, a veces de manera latente o en modo de baja intensidad. No hay vacunas cien por cien efectivas para prevenir desajustes ni ataques al orden establecido.

El orden establecido también es un mito funcional de las sociedades actuales de la opulencia, el despilfarro de energía y el consumismo a ultranza. Siempre que se esgrime como un bien supremo hay que preguntarse a quien o quienes beneficia en última instancia.

En verdad, esa pregunta es la pregunta por excelencia de la razón crítica: ¿qué intereses hay detrás de cada acción o hecho concreto de la vida cotidiana? Por ende cabe señalar que el orden establecido va contra la evidencia insoslayable de que todo es movimiento, pugna de contrarios, resistencias a lo nuevo y voluntades transformadoras en conflicto con la realidad como punto de llegada y fin de la historia humana.

La realidad, por tanto, no puede encerrarse en fórmulas magistrales ni bellas ecuaciones matemáticas. Tampoco en la superficialidad de las emociones a flor de piel o de las tradiciones laicas o de carácter religioso.

Sin embargo, lo políticamente correcto quiere hacernos pensar mediante categorías o conceptos acabados e inamovibles que restringen la realidad a unos ideales abstractos inoperantes para el pensamiento racional o científico: libertad, democracia e igualdad, tres sonoras palabras que las hacemos nuestras sin rigor ni espíritu crítico, como dioses laicos de un mundo que solo puede y debe ser mejorado en detalles nimios, la mar de las veces intrascendentes en la vida cotidiana.

Esas hermosas palabras están dotadas de una capacidad impresionante para manipular nuestras mentes biempensantes. Atesoran una fuerza evocadora insustancial pero irresistible. Son significantes sin significado, laxos fantasmas de un mundo ideal en el que los conflictos cesan de repente.

No hay estación alguna en la historia del ser humano que atienda al nombre de libertad o democracia o igualdad. El sentido de las tres cobra fuerza si nos sumergimos en la lucha diaria, si las dotamos de contenido resistiendo al orden establecido o la ideología interesada de lo políticamente correcto.

Nunca se alcanzará la libertad total ni la democracia perfecta ni la igualdad estricta. Solo podemos ser libres liberándonos en la lucha, alcanzar la democracia en la expresión real de las contradicciones y conquistar la igualdad en el respeto mutuo sin enaltecer valores absolutos o dogmáticos.

Por tanto, la realidad nunca podrá ser un todo final inabordable. La primera lucha en la que deberemos emplearnos a fondo es en el discurso dominante: jamás hubo realidad sin un lenguaje específico que diera cuenta cabal de ella, de sus intereses solapados y de sus mitos y leyendas para conseguir el asentimiento más o menos pacífico de la mayoría silenciosa.

Nada es, todo cambia, dejó dicho el filósofo materialista heleno Heráclito. En ese escueto aforismo queda reflejada toda la potencia creativa e histórica del ser humano. De los esclavos. De los oprimidos. De los marginados. De los explotados. Nada, pues, está escrito para siempre.

Pero hemos de ser plenamente conscientes que las huidas o escapatorias hacia ninguna parte o el individualismo exacerbado también forman parte de la realidad, realidad pasiva que juega a favor del orden establecido y del satu quo. Cuando nos evadimos a esferas de la irrealidad psicológica o cultural, otros percuten en la realidad con acciones en su propio beneficio. La realidad se deja moldear o querer a placer por aquellas castas, clanes o intereses que más tienen que perder si el conflicto se expresa de modo patente.

Todos tenemos una responsabilidad directa en la producción efectiva de la realidad sociopolítica. La libertad, la democracia y la igualdad nunca han llovido de ningún cielo natural, mítico o religioso.

Las críticas del soviético Andréi Zhdánov a las desviaciones de los partidos comunistas en los años 40

«En la quinta sesión József Révai en nombre del Partido Comunista Húngaro presentó su informe sobre la situación del partido y el país; y a continuación, en la sexta sesión, se produjo el histórico informe de Andréi Zhdánov llamado: «Sobre la situación internacional». Allí, como ya se veía en el borrador de Zhdánov elaborado en la Unión Soviética antes de partir para la conferencia, se tenía la intención de «criticar los errores cometidos por ciertos partidos comunistas, especialmente los errores del partido francés e italiano»; y así procedería el representante soviético en el IV capítulo titulado: «El rol de liderazgo de los partidos comunistas en sus esfuerzos por unir a los elementos democráticos, antifascistas, y amantes de la paz, en la lucha contra los nuevos planes de guerra y agresión».

Zhdánov empezaría hablando sobre las repercusiones positivas y negativas de la disolución de la Komintern:

«La disolución de la Komintern tuvo un papel positivo y fue realizado de conformidad con las necesidades del desarrollo del movimiento obrero en la nueva situación histórica. La disolución de la Komintern puso fin a las calumnias de los enemigos del comunismo y del movimiento obrero, que alegaban que Moscú interfería en los asuntos internos de otros países y que los partidos comunistas actuaban bajo órdenes del exterior en contra de los intereses de sus propios pueblos. (…) Pero la situación actual de los partidos comunistas tiene sus deficiencias. Algunos camaradas entendieron la disolución de la Komintern como la eliminación de todos los vínculos y contactos entre los partidos comunistas hermanos. Sin embargo, la experiencia ha demostrado que el aislamiento entre los partidos comunistas es equivocado, nocivo y, de hecho, antinatural. El movimiento comunista se desarrolla dentro de marcos nacionales, pero los partidos de todos los países tienen tareas e intereses comunes. Tenemos ante nosotros un curioso cuadro: los socialistas, que no se detuvieron ante nada para demostrar que la Komintern dictaba directivas desde Moscú a los comunistas de todos los países, ha restaurado su Internacional; mientras que los comunistas todavía se abstienen de reunirse unos con otros, y, menos aún, se consultan entre sí sobre cuestiones de interés mutuo, por temor a las calumnias de sus enemigos en relación con la «mano de Moscú». Los representantes de los más diversos campos de actividad –científicos, cooperativistas, sindicalistas, juventudes, estudiantes– consideran factible mantener contactos internacionales, intercambiar experiencias y celebrar consultas sobre cuestiones relativas a su trabajo, y organizar congresos y conferencias internacionales; mientras que los comunistas, aún los que están unidos como aliados, vacilan en establecer lazos de amistad entre ellos. No hay duda de que si esta situación persiste puede tener graves consecuencias para el desarrollo del trabajo de los partidos hermanos. La necesidad de consulta mutua y coordinación voluntaria de la acción entre los partidos individuales se ha hecho especialmente urgente en la actual coyuntura, en que la persistencia en el aislamiento puede conducir a un debilitamiento del entendimiento mutuo y, a veces, incluso a errores graves. La ausencia de enlaces, resulta en un mutuo aislamiento que debilitan nuestras fuerzas». (Andréi Zhdánov; Sobre la situación internacional; Informe en la Iº Conferencia de la Kominform, 22 de septiembre de 1947)

Al cometer ciertos partidos ciertos errores y al no estar en comunicación con otros partidos hermanos, estos últimos no estaban en buen conocimiento ni tenían la posibilidad de debatir y comunicarle correctamente sus errores. Explicado este contexto, Zhdánov comenzó a relatar los errores cometidos por los partidos comunistas francés e italiano: empezando por el Partido Comunista Francés (PCF) al cual crítico no explicar al pueblo trabajador francés que suponía el Plan Marshall, ni su reacción ante su expulsión del gobierno pese a ser la fuerza más votada del parlamento, expulsión que precisamente era a causa de la demanda estadounidense de eliminar a los comunistas del gobierno como condición para extender los créditos al gobierno francés:

«En particular, cuando hablamos de errores, debemos referirnos a los errores cometidos por los líderes del Partido Comunista Francés y el Partido Comunista Italiano en conexión con la nueva campaña del imperialismo estadounidense contra la clase obrera. El liderazgo del PCF no ha expuesto y no expone adecuadamente ante las masas del pueblo en su país el plan Marshall-Truman, el plan estadounidense para esclavizar Europa, y Francia en particular. La expulsión de los comunistas del gobierno de Ramadier ha sido tratada por el Partido Comunista Francés como un evento doméstico, mientras la verdadera razón de la expulsión de los comunistas había sido la demanda de ello de los estadounidenses. Ahora se ha vuelto evidente que la expulsión de los comunistas del gobierno era una condición preliminar para que Francia recibiera créditos estadounidenses. Un crédito estadounidense de 250 millones de dólares fue el módico precio que se pagó para la renuncia de la soberanía nacional de Francia. ¿Cómo reacciono el Partido Comunista Francés ante este acto vergonzoso de los círculos del poder de Francia que vendían la soberanía nacional del país? En vez de mantenerse firme, denunciando tal vergüenza, como una traición al honor patrio y a la intendencia, el papel de los otros partidos, incluido el Partido Socialista Francés, el PCF redujo el asunto a quejas de una violación de la práctica democrática que había teniendo lugar, expresado en la usurpación de los derechos del partido más numeroso en el parlamento francés, mientras que la violación de tradición parlamentaria era, en este caso, simplemente la ocasión y no la causa. Este silencio de las verdaderas razones de por qué los comunistas fueron retirados del gobierno constituye, sin duda, un grave error por parte de la dirección del PCF, y lo fue, ya fuera por su incomprensión de la situación, que es algo difícil de suponer, o bien porque los comunistas franceses se dejaran intimidar por los argumentos sobre los intereses «nacionales» de Francia». (Andréi Zhdánov; Sobre la situación internacional; Informe en la Iº Conferencia de la Kominform, 22 de septiembre de 1947)

Explicando sobre la influencia que pudo tener esta última teoría «sobre los intereses «nacionales» de Francia», comenta:

«Al parecer los comunistas temían ser acusados de constituir un obstáculo para la concesión de los créditos de los Estados Unidos a Francia, y con ello, supuestamente estarían perjudicando los intereses de su país. De esta manera, los comunistas se dejaron chantajear por medio de reclamaciones de que no eran suficientemente «patrióticos», mientras que la única fuerza realmente patriótica en Francia habría sido el Partido Comunista Francés, quién tenía que exponer el significado real del crédito estadounidense, que fue condicionado a cambio de una remodelación en la composición de gobierno a través de la eliminación de los comunistas, lo que debilitaba la soberanía misma de Francia. En esta ocasión, el PCF cedió a la presión, a pesar de que sabía que esta presión fue dictada por las fuerzas imperialistas hostiles al pueblo francés. Los comunistas franceses debían haber salido audazmente ante el pueblo, dejando al descubierto el papel del imperialismo estadounidense que había ordenador a Francia que eliminara a los comunistas del gobierno del país y explicarle que esto no era otra «crisis de gobierno», que no era una mera infracción de las tradiciones parlamentarias –aunque también es importante como característica de la crisis de la democracia burguesa–, sino que era un caso de interferencia extranjera en los asuntos franceses, una abrogación de la independencia política de Francia, una traición de la soberanía nacional de los socialistas franceses. Es lamentable que los líderes responsables de los comunistas franceses hayan fracasado hasta ahora en explicar al pueblo francés, y a la opinión pública mundial en su conjunto, la causa subyacente de estos eventos que han tenido lugar en Francia y el vergonzoso papel jugado en este asunto por los socialistas franceses». (Andréi Zhdánov; Sobre la situación internacional; Informe en la Iº Conferencia de la Kominform, 22 de septiembre de 1947)

Justamente las concepciones del Partido Comunista Francés sobre los socialdemócratas del Partido Socialista Francés, y sobre este tema concreto de la expulsión del gobierno de los comunistas, eran otra cuestión donde Zhdánov tenía otra reclamación para los delegados franceses:

«Los comunistas franceses acusaron a los socialistas de «deslizamiento hacia la derecha». ¿Pero que «deslizamiento a la derecha» puede haber aquí? ¿Acaso León Blum «ha estado más a la izquierda» alguna vez? Sabemos que Blum nunca ha estado ni más a la derecha ni más a la izquierda, que siempre ha sido, es y seguirá siendo un fiel sirviente de la burguesía, un transmisor de su influencia en el movimiento obrero. Consecuentemente no hay lugar para ese «deslizamiento», y los camaradas franceses no han podido ver con claridad a través de las maniobras de los líderes socialistas». (Andréi Zhdánov; Sobre la situación internacional; Informe en la Iº Conferencia de la Kominform, 22 de septiembre de 1947)

Una de las conclusiones a sacar tanto en Francia como en Italia era que los partidos comunistas habían sobreestimado las fuerzas de la reacción e infravaloraron las suyas y las de las masas populares que incluso tomaban la iniciativa antes que los mismos partidos comunistas:

«La conclusión que debe extraerse, es que en Italia como en Francia, a través de la sobrestimación de las fuerzas de las reacción, los comunistas cayeron víctimas de la intimidación y el chantaje imperialista. Ellos subestimaron sus propias fuerzas, las fuerzas de la democracia, la voluntad de las masas para defender los derechos fundamentales e intereses de sus países. Esto es tanto más decepcionante en tanto que los partidos franceses e italianos habían demostrado, en condiciones difíciles, sus capacidades para reunir en torno a la bandera comunista a las masas de la clase obrera, los campesinos y la intelectualidad». (Andréi Zhdánov; Sobre la situación internacional; Informe en la Iº Conferencia de la Kominform, 22 de septiembre de 1947)

Ante el hecho una vez corroborado de que la socialdemocracia actuaba como muleta del gran capital, y como ideología burguesa degeneradora en el seno de la clase obrera, a los comunistas se le corroboraba también una vez más su papel central en el antiimperialismo nacional:

«Dado que la mayoría de líderes de los partidos socialistas –especialmente los británicos y socialistas franceses– están actuando como agentes de los círculos imperialistas estadounidenses, los comunistas están llamados a jugar un rol histórico especial para encabezar la resistencia a la planificación estadounidense para esclavizar Europa, para exponer con valentía todos los cómplices internos del imperialismos. Al mismo tiempo, los comunistas deben apoyar a todos los elementos verdaderamente patrióticos que no quieren que su país sea deshonrando, y que quieren luchar contra la esclavitud de su patria por el capital extranjero, y por su soberanía nacional. Los comunistas deben ser la fuerza motriz en la conducción de los elementos antifascistas, amantes de la libertad, en la lucha contra los nuevos planes expansionistas estadounidenses para subyugar Europa». (Andréi Zhdánov; Sobre la situación internacional; Informe en la Iº Conferencia de la Kominform, 22 de septiembre de 1947)

Relacionando la tendencia de algunos partidos comunistas a igualar la Unión Soviética con otros países capitalistas como los Estados Unidos, hablamos de barbaridades como equipararlos incluso en temas como el rol de sostenedor de la paz y aliados naturales de las clases populares de sus países –englobar a cualquier imperialismo en este saco ya es una herejía teórica–. Se decía que dicha tendencia tenía conexión con el miedo que algunos partidos tenían para decir abiertamente que apoyaban la política exterior soviética, y que esta coincidía con los intereses nacionales. A veces esa política de desconfianza era azuzada en muchos de estos partidos por elementos nacionalistas, que incluso destapaban su vena antisoviética en ciertas ocasiones. Ambas tendencias serían mostradas por el Partido Comunista Italiano en especial, el mismo informe de Luigi Longo en esa primera conferencia de la Kominform daba tal impresión como veremos luego. Zhdánov diría lo siguiente:

«Debido a que la Unión Soviética está a la cabeza de la resistencia a los nuevos intentos de expansión imperialista, los partidos comunistas hermanos deben proceder de la consideración de que, mientras que fuerzan la situación política en su país, al mismo tiempo bajo su mismo interés está el fortalecer el poder de la Unión Soviética como el principal bastión de la democracia y el socialismo. Esta política de apoyo a la Unión Soviética como principal fuerza por la lucha por una sólida y duradera paz, la lucha por la democracia, tiene que ser perseguido por los partidos comunistas hermanos con honestidad y franqueza. Debe ser enfatizado como firme y como posible que los esfuerzos de los partidos comunistas hermanos para fortalecer a la Unión Soviética, coinciden con los intereses vitales de sus propios países. Es imposible aceptar como correcta la constante destacada por determinados dirigentes de los partidos comunistas hermanos de su «independencia» de Moscú. No es una cuestión de «independencia», porque no ha puesto ni quiere poner a nadie en posición de dependencia. La deliberada enfatización de esta «independencia de Moscú», esta «renuncia a Moscú», significa, esencialmente, servilismo, dar arsenal, para todos aquellos para quién Moscú es el enemigo. Los partidos comunistas no deben tener miedo a proclamar en voz alta que apoyan la política de Moscú como amante de la paz y de la política democrática, ellos no deben temer declarar que la política de la Unión Soviética coincide con los intereses de los pueblos amantes de la paz». (Andréi Zhdánov; Sobre la situación internacional; Informe en la Iº Conferencia de la Kominform, 22 de septiembre de 1947)

Este tipo de desviaciones o al menos muy parecidas, no tardarían en verse en los propios yugoslavos, donde la Kominform replicaría de igual forma su actitud nacionalista-burguesa:

«Pero los dirigentes yugoslavos, orientándose mal en la situación internacional e intimidados, por la amenaza chantajista de los imperialistas, estiman que podrían ganarse la benevolencia de los Estados imperialistas mediante concesiones hechas a esos Estados, entenderse con ellos, sobre la independencia de Yugoslavia e inculcar poco a poco sobre el pueblo yugoslavo la orientación hacía esos Estados, es decir, la orientación hacia el capitalismo. Al obrar así, parten tácticamente de una tesis nacionalista burguesa bien conocida, según la cual «los Estado capitalistas presentan un peligro menor que la Unión Soviética para la independencia de Yugoslavia». Los dirigentes yugoslavos por lo visto no comprenden o quizá hacen como que no comprenden, que una tesis nacionalista semejante solo puede conducir a la degeneración de Yugoslavia en una República burguesa ordinaria, a la pérdida de la independencia de Yugoslavia y a su transformación en una colonia de los países imperialistas». (Kominform; Resolución: «Sobre la situación en el Partido Comunista de Yugoslavia»; Kominform, 28 de junio de 1948)

Estas críticas iniciales del delegado soviético a ciertos errores del partido francés e italiano, serían el detonante de una lluvia de críticas de otros partidos sobre estos mismos temas esbozados por el soviético, donde cada uno de ellos aparecen profundizando en los temas comentados por Zhdánov, algunos de ellos por la pasión y efusividad del momento, se enfrascarían en temas concretos, donde las críticas de los distintos delegados y las respuestas de los delegados franceses e italianos bien desmintiendo, matizando o realizando una autocrítica, serían una de las tónicas de la conferencia». (Equipo de Bitácora (M-L); La crítica al revisionismo en la Iº Conferencia de la Kominform de 1947, 13 de agosto de 2015)

Magnífico titular de «El Mundo»

Como dice «miles» y cita «Venezuela» en general, sería cuestión de saber dónde se encontraba su fuente «informativa»

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EL TIMO-ESTAFA DE LA “EJEMPLAR” TRANSICIÓN POLÍTICA ESPAÑOLA

Lucas Leon Simon.- La viví en primera persona, como sindicalista y militante de un partido político clandestino, pero a medida que se sucedían los hechos, internamente, aumentaba mi decepción y una vaga sensación de estar siendo estafado me rodeaba.

Valoremos sino a sus principales actores.  El abrumador peso de los hechos ha dejado al rey Juan Carlos I en el lugar que la propaganda oficial nunca quiso que estuviera: Se sobreentiende todo los demás.

Adolfo Suárez es el que mejor parado sale, pero su obscuro pasado franquista es imposible de borrar.

Felipe González se ha revelado como paradigma del monumental fraude que supuso su partido y su política. Impulsado como referente de la izquierda en un operación a golpe de dólar de la CIA y la socialdemocracia europea, ha dejado atrás en su reaccionaria evolución a los que fueron sus mentores. Cómplice protagonista del atraco-estafa  de las compañías eléctricas a todos los españoles, tiene la “X” del Gal encima, ahora que se dedica a defender a las multinacionales y a los golpistas de la banana.

Santiago Carrillo, el más lúcido de todos, se equivocó gravemente. Literalmente acojonado por los militares, echó por la borda la heroica lucha del PCE durante la dictadura: pactó una indecorosa Monarquía y el acatamiento a unas reglas de juego (Constitución) que esquivaban libertades esenciales y una “ley de punto final” que amnistiaba fundamentalmente a los verdugos de tantos crímenes del franquismo.

Manuel Fraga no engañaba a nadie. Era lo que era: un fascista en ejercicio. Que fundó un partido fascista, ladrón de recursos públicos en beneficio propio –del partido- y de los millones de corruptos que se le agregaron.

El papanatismo infuso ha disfrazado de “transición ejemplar” lo que no fue sino un puro chalaneo entre el ruido de sables y fascismos encubiertos de democracia de arribada.  Esos cuarenta años de nuestra historia, glosados por papagayos y politólogos de ocasión, son en realidad “más de lo mismo”. La puesta al día que la oligarquía financiera tuvo que hacer para hacer el paseíllo en Europa y seguir expoliando a conciencia a un  pueblo. A todo aquel al que no había fusilado, masacrado o enterrado en cunetas.

Pasada la decepción y el desencanto, nos queda la realidad. Odio a ese tiempo y a quien lo glosa y este en que vivimos no es sino el resultado de tanto engaño. Consentido, en buena medida.

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