Hay ingenuos que creen que las criptomonedas son la Sodoma y Gomorra de la posmodernidad y que, además, todo permanece en el más absoluto secreto, por lo que el dinero virtual se habría convertido en el mayor refugio de los chorizos, algo similar a la cueva de Alí Babá y los 40 ladrones. No es así. La mayor plataforma de intercambio de criptodivisas de Estados Unidos, Coinbase, vende la información de los usuarios y de las transacciones al Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE).