La Aviación rusa ha tenido que aumentar sus vuelos de vigilancia cerca de Crimea debido al aumento de la actividad de los drones de la OTAN en la zona.
“Las salidas aéreas de aviones interceptores de la base aérea de Belbek se han hecho más frecuentes en los últimos 10 días debido a la intensificación de la actividad de las aeronaves de pilotación remota de la OTAN cerca de la frontera aérea de Crimea”, ha indicado este jueves una fuente de seguridad a la agencia rusa Sputnik.
La fuente ha especificado que los cazas polivalentes Sujoi Su-30SM y Su-27SM estacionados en Crimea están constantemente de servicio y en alerta máxima.
Además, los drones de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), principalmente vehículos aéreos no tripulados Poseidón y Global Hawk, son controlados por operadores estacionados en países mediterráneos y realizan vuelos de reconocimiento y de radar cerca de la frontera aérea de la península de Crimea, agrega la fuente.
La agencia de noticias rusa asegura que uno de sus corresponsales también ha sido testigo en varias ocasiones de cómo despegaban los aviones interceptores en dirección al mar desde la base de Belbek, situada en la península.
La vigilancia rusa, no obstante, es consciente, según la fuente, de que las tecnologías furtivas no son efectivas contra las defensas aéreas rusas.
La unión de Crimea a Rusia en 2014 (se escindió de Ucrania mediante un referendo no reconocido por Kiev) ha sido uno de los motivos del deterioro de las relaciones entre Rusia y países occidentales, que tampoco reconocen la península como parte de la Federeación rusa.
Desde el aumento de tensiones con Rusia hace unos años, la OTAN ha incrementado su presencia militar en Europa del este. Moscú, por su parte, ha criticado en repetidas ocasiones la creciente presencia de la Alianza Atlántica cerca de la frontera con Rusia y ha aumentado sus defensas en Crimea ante lo que denuncia como ‘provocaciones’ de Ucrania en la zona.
