La respuesta a la pregunta que hice hace tres meses y que encabezaba el artículo ¿Llegará la hora de la justicia en Kosovo y Metohija? ha resultado ser tan temida como esperada. NO.
La justicia francesa ha rechazado la petición de extradición a Serbia por crímenes de guerra de Ramush Haradinaj, comandante del E.L.K, criminal de guerra confeso, antiguo primer ministro del ente de Kosovo, y actual cabeza visible del partido de oposición Alianza por el futuro de Kosovo. Enfrentado hoy por el poder contra su antiguo compañero de armas y de cártel, Hashim Thaci.
Esta decisión que fue prorrogada dos veces y que fue aceptada tras la recomendación de la Fiscalía francesa para entregarlo a la justicia de Serbia, ha sido refutada por el Tribunal de Apelaciones de Cour.
Mientras en Belgrado, el gobierno serbio se esforzaba en recuperar la antigua y hay quien dice firme alianza entre Serbia y Francia materializada en la restauración una alegoría escultórica y una cripta en el parque de Kalemegdan, Francia daba la espalda o traicionaba una vez más.
Variables estas, según se crea o no esa versión de amistad entre las dos naciones. Aunque al que escribe esto sólo le parece mala literatura de guía de viaje, conociendo mínimamente la historia francesa durante el siglo XX.
Lo triste es que muchísimos serbios creyeron, combatieron y murieron por esa idea.
La corte francesa abundó en el sentido que no había nada en la denuncia presentada por Serbia que no fuera de naturaleza política, negándole también ejercer el derecho de apelación.
Y por si hubiera duda de lo sesgado de la decisión y de la intencionalidad francesa, el otra vez absuelto Haradinaj dejó el país en menos de 24 horas, como así mismo fue estipulado por las autoridades francesas. Un verdadero escándalo. Desgraciadamente sordo. Otro más que glosa la negra historia de Kosovo, en la que por enésima vez el crimen organizado recibe protección, legitimación y apoyo por parte de Europa.
El gobierno serbio reaccionó con una dura nota de protesta que considera la decisión como escandalosa y mal fundada a las autoridades francesas, a las que sumó la llamada del embajador serbio en Paris a consultas. No se escatimaron las muestras del malestar ante la noticia, y se juzgó la decisión como inaceptable, cuando los cargos tratados son de extrema gravedad como los espantosos crímenes de guerra por los que era encausado Ramush Haradinaj. Diferentes, no lo olvidemos de otros por los que también fue absuelto por el Tribunal de la Haya.
Mientras los togados franceses deliberaban su fallo final y a pesar de la orden de la Interpol, y de toda la documentación requerida, enviada por el ministerio de justicia serbia, el dictamen final no podía ser otro, por la eminente naturaleza política de la causa.
El propio hermano del acusado,Daut Haradinaj, miembro de la Asamblea del gobierno Kosovar, llamaba reiteradamente a la limpieza étnica y asesinato de los serbios de Kosovo-Metohija si se llegara a producir la extradición. Por su parte el acusado Ramush Haradinaj, apaciguó a sus partidarios confiado en el triunfo de la justicia.
Uno de los primeros en alegrarse por su liberación fue el primer ministro albanés Edi Rama, que califica a Haradinaj como “un ganador” y no puede dejar de expresar su admiración por el grupo terrorista E.L.K, “del que se siente orgulloso, por su lucha por la libertad contra el régimen de Milosevic”. Extraña manera esta de referirse a civiles desarmados, mujeres y niños.
Y una muestra palpable del espíritu de reconciliación en la región de mano de la estrategia granalbanesa que sube un peldaño más en su escalada de tensión en los Balcanes y que se extiende con la constante amenaza a la existencia de la Antigua República Yugoslava de Macedonia.
El recibimiento de Haradinaj en Prístina fue celebrado con parabienes por parte de todas las fuerzas políticas, del “gobierno” , bienvenida con fuegos artificiales. En definitiva como el regreso de un héroe tras la víctoria, pues ese es el sentir general de la población albano-kosovar que ve al serbio como a un enemigo a batir,nunca como a un vecino.
En su pletórica vuelta a casa, se reafirmó en que Serbia es el pueblo enemigo, que nunca olvidarían lo que pasó( los crímenes que ellos cometieron y su vigente campaña de hostigamiento y persecución no existen, visto el signo de la sentencia que corrobora una vez más la protección occidental al grupo terrorista y enclave criminal kosovar).
Y dejó una afirmación que hizo las delicias de la multitud que lo aclamaba en la capital de Kosovo y Metohija, que también despertaría simpatías en otro “país” ex-yugoslavo:
“Debemos enseñarles a los serbios cual es su lugar. Tuvimos que hacer lo mismo que hicieron los croatas”,
Un veredicto intolerable que además de ensuciar de sangre inocente y de oprobiosa injusticia a Europa, es un paso más hacia la desestabilización y ataque frontal a Serbia y a sus socios potenciales.
El día antes del fallo 27 de Abril, Montenegro votaba su adhesión a la OTAN, se producían disturbios en ARYM, y la ofensiva a favor de George Soros contra el gobierno húngaro ocupaba las páginas de información y opinión internacional.