«Efectivamente estoy preocupado y espero que esto no conduzca a una escalada del conflicto que ya es dramático», ha declarado este martes el secretario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres.
En declaraciones ofrecidas en una rueda de prensa en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York (EE.UU.), Guterres también llama a EE.UU. y a Rusia a rebajar sus intervenciones militares en suelo sirio para no provocar una nueva escalada de tensiones.
«Confío plenamente en que se rebaje la tensión porque este tipo de incidentes pueden ser muy peligrosos en un conflicto donde hay muchos actores y en el que la situación sobre el terreno es muy compleja», señala Guterres en declaraciones a la prensa.
Con estos comentarios, el presidente de las Naciones Unidas ha intentado reducir las expectativas de un posible avance en la próxima ronda de conversaciones para la paz en Siria, que se iniciará el próximo 10 de julio en Ginebra, Suiza.
La tensión en Siria se agudizó el pasado domingo, cuando la llamada coalición internacional anti-EIIL (Daesh, en árabe), liderada por EE.UU., derribó un avión militar del Ejército sirio en la provincia de Al-Raqa (norte).
Este incidente provocó que Rusia anunciara la cancelación de la coordinación de las operaciones aéreas con Estados Unidos, cuya meta era evitar posibles colisiones entre las aeronaves de ambos países en cielo sirio. Además, amenazó con atacar cualquier aeronave en las zonas que operan sus fuerzas en territorio sirio.
Y el lunes por la noche, un avión de combate estadounidense F-15E derribó un dron del Gobierno sirio cerca de la zona fronteriza de Al-Tanf (sureste de Siria).
Al-Tanf ocupa una posición estratégica y, por ello la llamada coalición anti-EIIL ha establecido una zona de exclusión de 54 kilómetros alrededor de dicho paso, en el que, según dicha coalición, no deben operar ni las fuerzas rusas ni las sirias.
Toda operación estadounidense, sea de forma individual o como parte de la llamada coalición que lidera, es ilegal, de acuerdo con todas las normas internacionales, ya que no cuenta con la debida autorización del Gobierno democráticamente elegido de Damasco.