Aviones rusos y sirios bombardean posiciones del EI en Deir Ezzor mientras el Ejército se acerca a la ciudad

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El Ejército sirio continúa avanzando hacia Deir Ezzor y más pueblos y localidades están siendo liberados a lo largo del camino en medio de una fuerte campaña aérea siria y rusa y un masivo colapso del EI.

Las Fuerzas de Élite del Tigre, apoyadas por combatientes tribales, tomaron el martes control de la ciudad de Huwaiyat Shinan, situada al este de Dalha, a lo largo de la orilla occidental del Éufrates.

Mientras tanto, fuertes combates han estallado entre tropas sirias y terroristas del EI en Nuzaizah y Raym al Sulaiman, ambas situadas al este de Salam Alaikum, que fue capturada el lunes.

Mientras tanto, la actividad aérea fue la protagonista este martes y los aviones rusos y sirios llevaron a cabo 15 misiones de combate en Deir Ezzor bombardeando las posiciones del EI cerca del área de Panorama y en el distrito de Al Hawiqah y otros del este de la ciudad. También bombardearon reductos del EI en el pueblo de Al Yafra, situado cerca de la base militar cercada, que está en manos del Ejército sirio.

Los aviones destruyeron también un campo de entrenamiento y un depósito de municiones cerca del distrito de Al Baguiliyah.

Decenas de terroristas han muerto en estos bombardeos, que allanarán el camino al Ejército sirio para un rápido avance hacia Deir Ezzor.

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Miguel Hernández… «Y nuestro odio no es el tigre que devasta: es el martillo que construye.»

«Ya sabéis, compañeros en penas, fatigas y anhelos, que la palabra homenaje huele a estatua de plaza pública y a vanidad burguesa. No creo que nadie entre nosotros haya tratado de homenajear a nadie de nosotros hoy, al reunirnos, en la sabrosa satisfacción de comer como en familia. Se trata de otra cosa. Y yo quiero que esta comida no dé motivo para pronunciar palabras de significación extraña de nuestro modo de ser revolucionario. Esta comida es justo premio a los muchos merecimientos hechos en su vida de espectro por uno de nosotros, durante los veinticinco días que ha conllevado consigo mismo, con la paciencia de un muerto efectivo, allá, en la ultratumba de esta cárcel. El hambre que he traído de aquella trasvida fantasmal a esta otra vida real de preso: el hambre que he traído, y que no se me va de mi naturaleza, bien merece el recibimiento del tamaño de una vaca: Eso sí; como poeta, he advertido la ausencia del laurel… en los condimentos. Por lo demás, el detalle del laurel no importa, ya que para mis sienes siempre preferiré unas nobles canas. Quedamos, pues, en que hoy me ha correspondido a mí ser pretexto para afirmar, sobre una sólida base alimenticia, nuestra necesidad de colaboración fraterna en todos los aspectos y desde todos los planos y arideces de nuestra vida. Hoy que pasa el pueblo, quien puede pasar, por el trance más delicado y difícil de su existencia, aunque también el más aleccionador y probatorio de su temple, quiero brindar con vosotros. Vamos a brindar por la felicidad de este pueblo: por aquello que más se aproxima a una felicidad colectiva. Ya sabéis. Es preciso que brindemos. Y no tenemos ni vino ni vaso. Pero, ahora, en este mismo instante, podemos levantar el puño, mentalmente, clandestinamente, y entrechocarlo. No hay vaso que pueda contener sin romperse la sola bebida que cabe en un puño: el odio. El odio desbordante que sentimos ante estos muros representantes de tanta injusticia: el odio que se derrama desde nuestros puños sobre estos muros: que se derramará. El odio que ilumina con su enérgica fuerza vital la frente y la mirada y los horizontes del trabajador. Pero, severamente, cuidaremos en nosotros que este odio no sea el del instinto y la pasión irrefrenada. Ese odio primigenio sólo conduce a la selva. Y nuestro odio no es el tigre que devasta: es el martillo que construye. Vamos, pues, a brindar». Miguel Hernández

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