Cataluña dinamita el corrompido régimen del 78

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El pasado día 1 de octubre fue una jornada histórica para el pueblo catalán, que salió masivamente a ejercer su derecho a la autodeterminación, a pesar de la enorme represión que ejerció el Estado, que no escatimó esfuerzos en apalear a miles y miles de catalanes cuyo único delito fue expresarse depositando un voto en una urna.

El 1 de octubre el estado español mostró, a ojos de todo el mundo, que lo único que puede ofrecer al pueblo, tanto al catalán como al del resto del estado, es represión y negación de derechos. El día 2 de octubre, la prensa burguesa internacional  se hacía eco de ello y era un clamor reconociendo que el estado español era una vergüenza, quedando desacreditado a nivel mundial.

El proceso de descomposición del Régimen del 78;  de esos acuerdos entre traidores – PSOE y PCE – y fascistas donde se maquilló al estado franquista para perpetuarlo, e integrarlo en la CEE salvaguardando todos los principios del Régimen del asesino Franco; cada día adopta unas dimensiones mayores.

El 1 de octubre ha significado un golpe importante contra el estado español. Durante dos semanas, el estado, como  reaccionario que es, no ha dudado en asaltar imprentas, medios de comunicación, departamentos de la Generalitat, sedes de partidos políticos catalanes, y ya el día 1 de octubre, no tuvo remilgo alguno en apalear al pueblo catalán, dejando prácticamente mil heridos, robar urnas y tratar de impedir que el referéndum de autodeterminación no se desarrollara cosa que, por otro lado, no consiguió.

El referéndum no sólo significó un triunfo aplastante del SI a la independencia, del SI a la República Catalana, sino que fue una inmensa manifestación de un pueblo contra la represión del estado español, contra la que se rebeló  y que, sin duda, no sólo supuso la mayor victoria del pueblo catalán contra el Estado sino que ha mostrado  a los catalanes, a un número mayor de trabajadores del resto del estado español, la necesidad de combatir y luchar contra el estado actual; prueba de ello las manifestaciones de solidaridad que se han producido en multitud de ciudades de fuera de Cataluña, y en las que nuestro Partido ha participado.

La represión ejercida por el estado español contra la nación catalana, cuyo momento culminante fue el pasado 1 de octubre, ha generado una respuesta del pueblo catalán firme tanto el día 2 de octubre, manifestándose y exigiendo la salida de la Guardia Civil y la Policía Nacional de Cataluña, como en la huelga nacional política el 3 de octubre.

El resultado del referéndum, no sólo en términos numéricos de voto, sino fundamentalmente en términos de movilización y lucha del pueblo en defensa de su derecho a la autodeterminación,  han superado al gobierno corrupto de Rajoy, que lo único que ha podido hacer, aparte de reprimir, no ha sido otra cosa que la negación de la realidad.

Prueba del descrédito, y debilitamiento,  del gobierno corrupto de Rajoy tras el 1 de octubre ha sido la necesidad de hacer salir al Jefe del Estado, al hijo del dedo de Franco, para tratar de mostrar la fortaleza del Estado arremetiendo contra la Generalitat, contra el pueblo catalán y para advertir, o amenazar, directamente a los catalanes, pero también a los vascos, a la izquierda y a las fuerzas de progreso de los trabajadores en todo el estado español, de que “es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional”. Y ese orden constitucional tratarán de imponerlo como el estado burgués  únicamente puede, y sabe, hacerlo, por medio de la fuerza bruta, de la violencia. Mejor dicho, de un grado de violencia todavía mayor de la ya empleada antes del 1 de octubre.

Nadie mejor que estas palabras de Lenin, en El Estado y la Revolución, para entender el discurso del monarca “Engels desarrolla la noción de esa “fuerza” a que se da el nombre de Estado, fuerza que brota de la sociedad, pero que se sitúa por encima de ella y que se divorcia cada vez más de ella. ¿En qué consiste, fundamentalmente, esta fuerza? En destacamentos especiales de hombres armados, que tienen a su disposición cárceles y otros elementos.”; discurso que, por otro lado, aprueba la represión ya realizada por el Estado y que anticipa, no ya el mantenimiento de la represión y de la violencia tanto por la vía policial como por la vía jurídica, sino que abre la puerta a la intervención del Ejército en Cataluña, todo con tal de mantener su orden, el orden constitucional, el orden de los monopolios, el orden del franquismo.

La posición del Jefe del Estado es la posición lógica de la defensa del Estado a ultranza. Cuando el Jefe del Estado, en concordancia con el Ejecutivo y la posición del partido político del Gobierno, así como del resto de partidos propios de la burguesía monopolista, como PSOE y C’s, no es, como dicen los oportunistas, que el Jefe del Estado se alinee con el PP sino que es plenamente consciente de que la subsistencia de este Estado carcomido, hijo de la traición y la corrupción,  está comprometida ya que todas las contradicciones cerradas en falso por la Transición, al calor de la crisis económica, política, institucional y social existente, están saliendo a la superficie con toda su fuerza y su violencia.

El referéndum de autodeterminación del 1 de octubre ha puesto a todo el mundo en su sitio. Los partidos de los monopolios – PP, PSOE y C’s –  salen sin complejo  alguno, y con determinación, en la defensa del Estado, avalando la violencia de éste para reprimir y negar el derecho que tiene la nación catalana a ejercer su autodeterminación.

El oportunismo se ha manifestado de manera dispar, pero siempre en defensa del Estado. Por un lado está el PCE/IU, constructor también del Régimen del 78, que no sólo ha rechazado y rebajado el referéndum de autodeterminación  convocado por la Generalitat, sino que otorga al Estado el poder de tutelar el ejercicio del derecho de autodeterminación de la nación catalana, reconociendo y defendiendo el papel imperialista del Estado español y subordinando los derechos de la nación catalana al albedrío del Estado reaccionario español. Según la abyecta Resolución de la Coordinadora Federal de IU de 23  de septiembre, esa organización pretende reeditar el engaño de la Transición, pretende volver a 1978, desacreditando al referéndum del 1-O, limpiándole la cara al PSOE, socio en la traición perpetrada en 1978 y con el que aspira chalanear políticamente en una nueva operación cosmética a  la que llaman República Federal, por supuesto burguesa, y acusando al neoliberalismo del PP como causa de todos los males cuando, en realidad, el problema es el capitalismo monopolista de estado, siendo la clave de bóveda del mismo el Estado, a quien en lo sustancial deja incólume. Por otro lado, el conglomerado PODEMOS/Els Comuns coinciden con sus colegas de IU/PCE en el referéndum acordado entre Generalitat y Estado, o lo que es lo mismo, que el Estado español tutele el derecho de autodeterminación inherente a la nación catalana. Y siendo ese su objetivo, de facto han pretendido rebajar el referéndum catalogándolo de movilización pretendiendo capitalizar el éxito del mismo no en los términos en los que se desarrolla, sino como aval para lograr un referéndum pactado, es decir, arrimar el ascua a su sardina, como buenos oportunistas que son.

También hay que mirar a los que se denominan partidos comunistas  y comprobar, no sólo la falta de visión política,  sino la incomprensión de la ciencia del marxismo-leninismo para abordar esta situación que les conduce, incluso, a la abjuración del marxismo-leninismo. Por un lado tenemos al “nuevo” PCPE de Astor,  que hace un llamamiento a la clase obrera catalana a mirar para otro lado con respecto a su realidad política y social y le llama a “emprender su propio camino independiente. Levantar las luchas obreras, fortalecer el sindicalismo y el partido de la clase obrera son condiciones indispensables para defender nuestros intereses y evitar verse atrapados en luchas ajenas”, señalándole que como “la única vía a la autodeterminación pasa por derribar a la burguesía”, equiparando al nacionalismo español con el nacionalismo catalán, a la Generalitat y al Estado español.  ¿Puede haber mayor ejercicio  de desquiciamiento y de incomprensión de la dialéctica y del Marxismo-Leninismo? Para empezar, el día que el proletariado derribe a la burguesía y, por tanto, al capitalismo no demandará el ejercicio del derecho de autodeterminación, que es un derecho burgués, sino que impondrá el Socialismo. Por otro lado, la toma de conciencia revolucionaria del proletariado se hace en la lucha, y el proletariado catalán, si bien está siendo en la actualidad dirigido por la burguesía catalana, y por la española – como consecuencia del debilitamiento, por la acción del oportunismo, del Movimiento Comunista Español y el Movimiento Comunista Internacional que nos ha llevado a la crisis en la que hoy nos encontramos – se halla en movimiento, en lucha contra el Estado imperialista español por realizar libremente el ejercicio de un derecho democrático burgués de la nación catalana. Según este “nuevo” PCPE, posicionarse a favor del derecho de autodeterminación con el actual escenario es “verse atrapado en luchas ajenas” que va a llevar a la clase obrera  a “una subjetiva percepción de confrontación con el Estado” que “se va a convertir en frustración cuando esta vía llegue a un punto muerto”. Y nosotros ante esto nos preguntamos ¿Para qué existe el partido de nuevo tipo o partido leninista? Para  ir al movimiento obrero, para llevarle el socialismo científico, para fusionar el socialismo científico con el movimiento obrero  y dirigir su lucha hacia la consecución de su misión histórica, que no es otra cosa que la toma del poder y la conquista del Socialismo. Para ir al obrero catalán y explicarle – en este proceso de lucha por el ejercicio del derecho a la autodeterminación donde el proletariado catalán está enfrentándose a su enemigo de clase, está acumulando odio de clase contra él  contra el Estado español, que también es el enemigo jurado del obrero andaluz, madrileño, asturiano, valenciano, etcétera – cual debe ser su objetivo como clase y, en este proceso de lucha, irlos ganando para la lucha revolucionaria por el socialismo, irlos ganando para convertir la lucha nacional que hoy se dirime en lucha de clases por la destrucción del estado burgués y la consecución del socialismo y la dictadura del proletariado. El proceso de lucha contra el Estado está haciendo que la clase obrera vaya adquiriendo experiencias en la batalla, en la lucha y con ella mayor capacidad, si el Partido está en su lugar, de arrancarlos para la causa del socialismo, para hacer que no aparezca esa supuesta frustración, fruto de la incomprensión de los fenómenos económicos, políticos y sociales vividos y con nuestra ideología transformarlos en sujetos revolucionario de cambio, de transformación social, en constructores del Socialismo.

Por otro lado tenemos al “clásico” PCPE que, en este caso a través del PCPC, se posiciona en hacer un llamamiento a los trabajadores catalanes a acudir a las urnas para que emitan el voto de protesta que, para ellos, es el voto nulo al ser tan nocivo para el proletariado el Estado español como la ‘futura república de Puigdemont y Mas’  y llaman a los sectores populares y a la clase obrera a organizarse contra el capitalismo. La realidad es que el Estado español oprime a la nación catalana, en tanto la primera niega el libre ejercicio de su derecho a la autodeterminación a la segunda. Ante este escenario, y teniendo en consideración que esta situación debilita a la burguesía monopolista española y su Estado, que es nuestro enemigo de clase, el “clásico” PCPE le dice a los obreros que se pongan de perfil.  Este posicionamiento no sólo es un error estratégico, en tanto para la revolución proletaria es positivo, y necesario, el debilitamiento del Estado español,  siendo el marco que más le erosiona – no sólo al Estado sino al  imperialismo europeo –  la independencia; sino que el análisis metafísico que realizan les hace, incluso, eludir principios del marxismo-leninismo, que no es equidistante en este asunto, ni tampoco se pone de perfil. Conviene recordar a Engels cuando señalaba “no puede ser libre el pueblo que oprime a otros pueblos. La fuerza necesaria para reprimir a otro pueblo se volverá  a la larga contra él mismo”  ó a Lenin cuando señalaba que “reclamamos la libertad de autodeterminación, es decir, la independencia, es decir, la libertad de las naciones oprimidas a la separación, no porque soñemos con fraccionar el país económicamente o con el ideal de los pequeños Estados, sino, por el contrario, porque queremos grandes Estados, porque aspiramos al acercamiento e inclusive a la fusión de las naciones, pero sobre una base verdaderamente democrática y verdaderamente internacionalista, que es inconcebible sin la libertad de separación”.

Ambos PCPEs  adolecen en sus análisis de abordar la cuestión central, que es la cuestión del Estado en términos leninistas. El Estado es el instrumento de la oligarquía, de la burguesía monopolista en el territorio para someter y oprimir al proletariado. Pero cuando nos referimos a burguesía monopolista no nos referimos únicamente a la burguesía española, sino también a la del resto del mundo pues el imperialismo trasciende las fronteras de un estado y los estados están entrelazados en instituciones supranacionales de carácter imperialista como es la Unión Europea. El conflicto entre Cataluña y España no sólo compete a ambas burguesías, sino que es una patata caliente que tiene, también, la Unión Europea, que dependiendo del desarrollo de los acontecimientos estará obligada a implicarse. Sea como sea, intervenga en un sentido u otro, o no intervenga, este hecho le afecta y le debilita.

Los hechos y la forma de reaccionar del Estado  acreditan la corrección de la decisión de nuestro Partido, y de nuestro partido hermano en Cataluña, el PCOC, de posicionarnos a favor del Referéndum, de defenderlo en la calle el 1 de Octubre y apoyar el SI, es el correcto en términos de clase y siendo fieles a la ciencia  del marxismo-leninismo, y el único posible en la actual coyuntura, tal y como la Resolución de 23 de septiembre del Comité Nacional del PCOC expresaba, en los siguientes términos:

“ (…) siendo el principal y mayor enemigo del proletariado, así como su mayor obstáculo, el capitalismo monopolista de estado español, siendo su estado el instrumento más importante con el que cuentan para perpetuar su dictadura y su régimen criminal y explotador, y por tanto, nuestro Partido debe proseguir en su labor de acumular fuerzas entre la clase obrera para  fortalecerse y para hacerle ver a nuestra clase que la única salida que tenemos es, unidos en base al principio del internacionalismo proletario con la clase obrera del resto de naciones del estado español, la consecución del socialismo como única forma para la resolución de los enormes problemas que nos asolan; esto hace que, ante esta coyuntura, debemos tomar partido de la opción que más dañe a la burguesía monopolista para la conquista de nuestro objetivo: La consecución del socialismo.

El estado español no puede permitir la independencia de Cataluña puesto que ésta significaría su final. No sólo por lo que significa Cataluña en términos económicos, sino fundamentalmente, porque tras Cataluña se multiplicarían otras luchas, se exacerbarían otras contradicciones cerradas en falso en el proceso de Transición.

El 1 de octubre  ha arrebatado el maquillaje aportado al Estado en la Transición y lo está desenmascarando tal y como realmente es, un estado reaccionario. De hecho, los acontecimientos producidos en este mes, no sólo ha puesto en evidencia al Estado en términos de represión, sino también de debilidad, y también ha provocado que se hayan producido movilizaciones de la izquierda en solidaridad con el pueblo catalán y su derecho a la autodeterminación.

El único aliado que tiene el proletariado catalán, no sólo en su emancipación nacional, sino fundamentalmente en su emancipación como clase social es el proletariado del resto del estado español. Y únicamente podrá conseguir todo ello fusionada la clase obrera de las distintas partes del estado en una única lucha de clase contra la burguesía, independientemente de su nacionalidad, y su estado capitalista  que nos condena a la explotación, a la indignidad, al paro y que nos roba y reprime; y construir juntos una nueva sociedad exenta de explotadores, de ladrones, es decir, de burgueses donde prevalezca la libertad y la igualdad entre los que creamos las riquezas materiales y espirituales de esta sociedad, la clase obrera, conquistando el socialismo que dará solución a todos los problemas que la criminal burguesía ha sido incapaz de dar respuesta.

 

¡ABAJO EL ESTADO IMPERIALISTA ESPAÑOL!

¡POR EL SOCIALISMO!

Madrid, 4 de octubre de 2017.

 

COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)

Fuente: pcoe

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