Volver a la escuela

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¡Qué tiempos aquellos! ¡éramos tan jóvenes e ingenuos! Esperad un poco, ya no somos tan jóvenes pero a ingenuos no hay quien nos gane, ni los niños. Nos creemos eso de “los valores democráticos” que proclama Occidente cuando ya ni los niños creen en los Reyes Magos. Nos creemos todas las sandeces occidentales sobre el respeto, la ley… y lo hacemos con la misma cara con la que los niños miran los teatros de títeres, imaginando que los muñecos (nosotros) se mueven por sí solos sin ver los hilos que les mueven. Hemos crecido de cuerpo, pero hemos empequeñecido de mente.

Ejemplos hay cientos, miles, millones de que eso es así. Sin embargo llega la hora de volver a la escuela. Obligatoriamente. Con el caso de Catalunya como exponente de nuestra ignorancia, por lo que hay que hacer es volver a estudiar. El discurso imperante es ley, legalidad, constitución… ¡Ah, qué bonito!… si no fuese más falso que un truco de magia. Aunque ya se sabe que los magos encandilan a su auditorio.

La burguesía catalana ha hecho de gallega, no diciendo que no sabe si sube o baja sino diciendo que sí pero no a la independencia. O sea, que se queda en el rellano mientras hace trucos de ilusionista para que unos vean que sube y otros que baja, o que dice que sí cuando es que no.

La pobreza argumentativa de los neofranquistas del régimen del 78 es tan zafia que repugna no ya por la machaconería, sino porque es un insulto a la inteligencia que se traga y se traga (y aquí ha habido varias intervenciones de lectores que lo demuestran). Ya que certificamos que somos niños mentalmente, volvamos a la escuela bien para recordar, bien para aprender. Así, por ejemplo, podremos recordar, o saber, lo que pasó en el año 2008. Es decir, que vamos a dar una clase de historia. Pero no sólo, porque luego, si aprobáis esta asignatura en la escuela, pasaremos a la universidad y ya aquí habrá una clase de derecho.

El 17 de febrero de 2008 Kosovo proclamó unilateralmente su independencia de Serbia. Fin de la clase de historia. ¿Fácil, no? Os voy a dar un aprobadillo raspado para que paséis a la universidad.

Serbia se creyó el cuento del derecho internacional y acudió a la ONU para reclamar un dictamen sobre la legalidad o no de la iniciativa de Kosovo pensando que, en virtud de la ley, diría que no. Ya estamos en la clase de derecho. Es la Corte Internacional de Justicia la que se hace cargo y dos años después, el 22 de julio de 2010, emite uno de los dictámenes más alucinantes de toda la Historia (jurídica y de la otra): “la Declaración de independencia de Kosovo adoptada el 17 de febrero de 2008 no ha violado el Derecho internacional”.

Vaya, he empezado la clase por el final por lo que ya no vais a prestar atención. No obstante, como buen profesor que defiende la enseñanza publica y que considera que tiene que ganarse el sueldo que pagan vuestros papás y mamás, voy a seguir hasta que suene el timbre.

Los kosovares (y no voy a entrar en calificativos sobre esa mafia, no vaya a ser que alguien vaya con el cuento a sus papás de que estoy adoctrinando en la clase) elaboran un preámbulo a su declaración de independencia en el que “deploran no haber logrado un acuerdo aceptable para las dos partes”, aunque se muestran “resueltos a dar al pueblo una visión clara para su futuro y a superar los conflictos del pasado”. A ver, pregunta, ¿quién puede decir quién aplaudió ese preámbulo? Es bien fácil: la UE. Otra pregunta fácil: ¿y qué dice ahora la UE al respecto sobre Catalunya?

Por supuesto que cualquier coincidencia con Catalunya es eso, una coincidencia. Los kosovares querían cubrir el expediente y a eso se acogió Occidente cuando les apoyó. Ahora van los catalanes y dicen casi lo mismo, pero Occidente ya no les oye como oyó a los kosovares. Misterio. Y los herederos del franquismo español, los hijos del actual régimen neofranquista de 1978 hablan de que no se tiene en cuenta a los españolistas neofranquistas, que se les margina, y que bla, bla, bla… Da igual que no sea así, que los independentistas catalanes digan en su declaración no explicitada y sí escrita, aunque sin efectos jurídicos, casi lo mismo que dijeron en su momento los kosovares que tanto gustó a la UE. ¡Es lo que tiene el pensamiento (?) único, que es único, que no pensamiento! Lo siento, vuelvo a adoctrinar a los niños y eso está mal, muy mal.

Serbia rechazó los movimientos de independencia de Kosovo desde el primer momento, calificando el hecho como “secesión impuesta y unilateral”, al tiempo que la consideraba sin ningún efecto jurídico. Eso decía su gobierno y su Tribunal Supremo. ¡Huy, mira, qué curioso, igualito que España! Vaya, otra vez vuelvo a adoctrinar a los niños y eso está mal, muy mal.

Pero la Corte Internacional de Justicia pasó por encima de ello como la luz por el cristal, sin tocarlo ni mancharlo, y se lanzó a hacer un repaso minucioso de las declaraciones de independencia que se hicieron en los siglos XVIII, XIX y principios del XX para concluir que “de todo ello no se deduce en general de esta práctica -la unilateralidad- que la declaración de independencia haya sido alguna vez considerada como una violación del Derecho internacional”. Repito, es una sentencia de antes de ayer, del 2010.

Pero dado que en la segunda mitad del siglo XX se produjo todo el proceso de descolonización de los pueblos africanos y asiáticos, en su mayoría violentos como consecuencia de la lucha contra las potencias coloniales europeas -sí, esas que aprobaban todo ufanas la Declaración Universal de los Derechos Humanos pero sometían a sangre y fuego a sus colonias-, la Corte Internacional de Justicia se ve obligada a abordar en su resolución sobre Kosovo el derecho a la libre autodeterminación (ese que los neofranquistas PP, PSOE y Ciudadanos dicen que no existe) haciendo un apunte interesante: “aún cuando no se aplique el derecho a la autodeterminación, la práctica estatal en estos otros casos no apunta a la aparición en el Derecho internacional de una nueva regla que prohíba efectuar una declaración de independencia” (…) y añade que la ilicitud de las declaraciones de independencia como la que había realizado la República Turca del Norte de Chipre (un estado sólo reconocido por Turquía), por ejemplo, “no procedía de su carácter unilateral, sino porque iba acompañada o se había llevado a cabo mediante un recurso ilícito al uso de la fuerza o mediante violaciones graves de normas de Derecho internacional general, particularmente de naturaleza imperativa (ius cogens)”. En Catalunya, la fuerza no la han usado los independentistas, sino el gobierno español.

¿Y qué dice ese ius cogens, el mínimo jurídico internacional ” de naturaleza imperativa” como recuerda la Corte Internacional de Justicia, al que deben estar sujetos todos los estados que forman parte del sistema multinacional -de naciones- que forma la ONU? Pues que ese mínimo jurídico está sustentado en tres ejes: el respeto a los derechos y libertades fundamentales de las personas, la libre autodeterminación de los pueblos y el no uso o amenaza de la fuerza en las relaciones internacionales. Esto solo, ya por sí, serviría para sacar los colores “democráticos” a más de uno de los países occidentales que tanto se llenan la boca hablando de respeto a la ley en Catalunya. Empezando por España.

Lo más curioso es que Kosovo, al aprobar la declaración unilateral de independencia, se saltó por el forro -gracias a los bombardeos de la OTAN contra Serbia- los Acuerdos de Rambouillet, firmados con la anuencia de la Unión Europea, que establecían “el respeto a la integridad territorial yugoslava” (a ver si os suena el discursito ahora de lo que dicen respecto a Catalunya) y que también se saltaron a la torera Eslovenia y Croacia (con el apoyo de esa UE que había avalado esos acuerdos) aunque Rambouillet tenía como objeto principal Kosovo y no a ellos. Y no voy a entrar en analizar esos acuerdos, que el propio Kissinger consideró como “una provocación” a Serbia. Es decir, que la UE impulsó la independencia unilateral de Kosovo.

No sé si lo vais pillando, pero a hipócritas pocos ganan a la Unión Europea y a Occidente. No me voy a extender mucho más porque sé que con esto es bastante por ahora y, además, ya suena el timbre. Como tenemos todo el curso por delante, habrá tiempo para otra clase en la que desarrollar y profundizar el tema en esta tan necesaria vuelta al cole.

Un solo apunte más: la práctica totalidad de la UE reconoce a Kosovo como estado independiente, pero España no porque sabía que, de hacerlo, abriría un modelo para su propia situación. Esquizofrenia pura puesto que mantuvo tropas en Kosovo durante dos años “para defender” a esa población que había proclamado la independencia de forma unilateral y que contaba con el apoyo de la UE.

Pues ahora esa situación la tiene con Catalunya. La diferencia es que la UE dice digo con Catalunya donde dijo Diego con Kosovo. O al revés. Y lo más enternecedor de todo: el secretario general de la OTAN ha dicho que “defiende el orden constitucional de España para resolver el conflicto catalán”. Mal asunto, eso dijo con Kosovo y acabó bombardeando Serbia. Yo que España me echaría a temblar no sea que la OTAN, fiel defensora de la “democracia”, de la “legalidad” y de la “integridad territorial”, acabe bombardeando Madrid igual que bombardeó Belgrado para respetar la ley y la integridad territorial yugoslava como establecían los Acuerdos de Rambouillet.

Estudiad, que el lunes no habrá examen pero espero que os haga pensar un poco dado que pensar no está de moda precisamente.

El Lince

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