Corea del Norte exige el cese inmediato de las ‘brutales sanciones’ impuestas en su contra y advierte de que han provocado un auténtico ‘genocidio’.
“Las brutales sanciones y la presión contra Corea del Norte que ha liderado Estados Unidos constituyen una violación contemporánea de los Derechos Humanos y un genocidio”, reza un comunicado emitido el viernes por la delegación de Corea del Norte ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra (Suiza).
Las duras restricciones financieras, agrega la nota, “impiden que el pueblo de Corea del Norte pueda disfrutar de sus Derechos Humanos en todos sus aspectos”.
El documento lamenta que la decisión de “algunos países sin principios” para prohibir la exportación a Corea del Norte de equipos médicos, medicamentos y otros insumos destinados a madres y niños, hayan puesto en serio riesgo la vida de los civiles.
Por ello, reclama que “todas las sanciones inhumanas impuestas a Corea del Norte terminen inmediata y completamente”.
EE.UU. ha jugado un papel clave en la aprobación de las recientes sanciones del CSNU contra Pyongyang, en respuesta a su sexto ensayo nuclear realizado el pasado 3 de septiembre. Entre las nuevas sanciones se incluyen bloqueos de mercancías y tecnologías vitales, con usos tanto civiles como militares.
A finales de octubre, Tomás Quintana, relator especial de las Naciones Unidas para los derechos humanos en Corea del Norte, advirtió de que las recientes sanciones a Pyongyang podrían afectar, especialmente a los civiles norcoreanos, y empeorar la situación humanitaria del país.
Cabe señalar que, aunque Corea del Norte lleva décadas viviendo bajo sanciones, estas medidas no han podido evitar su desarrollo armamentístico. Pyongyang sostiene que su escalada militar es una respuesta a las amenazas bélicas de Washington, y que aceptaría la desnuclearización solo si la hiciera también EE.UU.