El secretario de Defensa de EE.UU., Mark Esper, afirma que China se ha convertido en la principal prioridad militar de Washington, por delante de Rusia.
Hablando en el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés) en Nueva York, Esper adelantó que el Departamento de Defensa (el Pentágono) ha puesto a China en la cima de sus prioridades, por delante de Rusia, debido a sus “esfuerzos descarados de querer socavar” los reclamos territoriales de sus vecinos, según informa este sábado la agencia británica Reuters.
En este contexto, el máximo exponente de Defensa estadounidense señaló que “hoy en día, se está probando el orden internacional basado en reglas que Estados Unidos y sus aliados han trabajado duro para establecer (…), China primero y Rusia segundo ahora son las principales prioridades del departamento”.
Ambas naciones están modernizando rápidamente sus Fuerzas Armadas y expandiendo sus capacidades en el espacio y los dominios cibernéticos, así como envalentonándose por la creciente fuerza de sus Ejércitos, expuso a los asistentes al acto.
Dicho esto, llegó a agregar que tanto Pekín como Moscú no solo “están violando” la soberanía de los Estados más pequeños, sino que también están intentando socavar las leyes y normas internacionales de las cuales ellos a su vez se benefician.
En cuanto a estos supuestos reclamos marítimos ilegítimos por parte del gigante asiático, el alto funcionario estadounidense sostuvo que estas pretensiones chinas suponen una amenaza a la soberanía de sus vecinos en el mar del Sur de China.
“Los descarados esfuerzos de China para coaccionar a los Estados más pequeños y hacer valer reclamos marítimos ilegítimos amenazan la soberanía de sus vecinos, socavan la estabilidad de los mercados regionales y aumentan el riesgo de pobreza”, resaltó Esper para luego remarcar en lo que Estados Unidos llama la región del Indo-Pacífico sigue siendo uno de los escenarios prioritarios del país norteamericano.
Con las declaraciones del jefe del Pentágono, que se producen justo en un momento en el que EE.UU. está a punto de alcanzar un principio de acuerdo para rebajar la intensidad de su iniciada guerra comercial contra China, no se puede intuir en qué dirección se dirigen las relaciones entre estas dos superpotencias.
En EE.UU. preocupa cada vez más la potencia militar de sus principales rivales. Tanto es así que la Comisión de Estrategia de Defensa Nacional del Congreso estadounidense hace un año advirtió de que la superioridad militar norteamericana en el mundo se “ha erosionado hasta alcanzar un grado peligroso”, al punto de que Washington podría perder una guerra con China o Rusia.
