En 2017 un compañero por entonces menor de edad, fue brutalmente agredido por un agente de la Guardia Urbana de Lleida conocido por sus mensajes fascistas en las redes sociales, al estar pegando carteles a favor del referéndum de autodeterminación. Recibió numerosos golpes con las botas, las manos y la porra extensible mientras era interrogado, siendo amenazado con hacerle tragar la cola. Un parte médico y varias fotografías, lo prueban. El otro agente que lo acompañaba restó impasible ante las agresiones y el ayuntamiento dijo que «se cayó por las escaleras huyendo». El compañero lo denunció públicamente y judicialmente aún sabiendo las pocas posibilidades de que el agente fuera condenado. Éste llevó al juicio a un testigo falso para encubrirse y pese a las evidencias, salió absuelto.
Varios compañeros iniciamos una campaña para denunciarlo, difundiendo fotografías del colaborador policial (premiado anteriormente por el ayuntamiento del PSC) en las que aparece con varias armas de fuego y mensajes fascistas, probándose también su estrecha relación con altos cargos del PSC de la ciudad. El falso testigo poco después apareció en mi domicilio para agredirme, lo aparté de una patada, me golpeó con un paraguas y se fue ante la aparición de otro probable colaborador policial que se puso en medio como si estuviera esperando. Después rné denunció inventándose que lo había amenazado de rnuerte, pidiendo una orden de alejamiento. Pasados unos días, apuntó con un arma de fuego en la calle a dos compañeros con el amparo de los cuerpos policiales.
El ayuntamiento y varios elementos de la Guardia Urbana dirigidos por estos, nos tenían ganas desde hace tiempo por las campañas realizadas denunciando las corruptelas, el caciquismo, la represión y las políticas enemigas de los intereses de la mayoría del PSC. Esta fue una de sus venganzas y el día 8 me enfrento a un juicio en el que por las acusaciones de «obstrucción a la justicia» y «amenazas de muerte» , pueden condenarme hasta a 4 años de prisión más. Con mis antecedentes por canciones y tuits, cualquier condena se sumaría y sería encarcelado. Queda por ver si el actual responsable directo de la Guardia Urbana, el alcalde de ERC Miquel Pueyo, se posiciona para que cesen las agresiones y los mafiosos montajes policiales como este. Sea cual sea el resultado, no retrocederemos en la denuncia de la brutalidad policial y en la defensa de todos los derechos y libertades democráticas. Todo lo contrario, aún nos dan más motivos para continuar.
