El pequeño y gran robo de mercancías en las tiendas es un problema que se estima que cuesta unos 14.700 millones de dólares al año. Es innegable que es un problema para el comercio. Considere entonces que para los trabajadores, el robo de salarios tiene un impacto mayor.
Según cálculos hechos por el Economic Policy Institure en el país se pierden anualmente unos 15.000 millones de dólares por robos de salarios solo entre los trabajadores que cobran salarios mínimos. No se cuenta lo que se elimina de la nómina por falta de pago de horas extras y otras violaciones a las regulaciones.
Esto significa que muchas familias tienen más dificultades para llegar a fin de mes y pagar sus gastos corrientes. Como explicaba el año pasado Leo Gertner, uno de los expertos en este tema del National Employment Law Center, este es un crimen que ocurre sobre todo en industrias en las que hay una alta concentración de trabajadores de bajos salarios, que viven de cheque en cheque “especialmente vulnerables a las represalias”.
En este sentido, los inmigrantes y las personas de color, que están sobrerrepresentados en estas industrias de bajos salarios son quienes más sufren o están expuestos al robo de los salarios.
El robo de salario no solo es un problema para los que lo sufren sino también para los negocios ya que quienes lo practican compiten de forma ilegal e injusta con los que cumplen con la ley. En ese sentido, los empresarios que operan bajo la legalidad se encuentran en una situación de desventaja por competir con quienes recurren al robo de salarios para sustentar su modelo de negocio.
El sector de la industria de servicios también es otro foco donde muchos trabajadores son vulnerables. Muchos trabajadores de los restaurantes deben tomar en cuenta lo siguiente:
Si los empresarios piden que se haga trabajo fuera de las horas pautadas, ese trabajo tiene que pagarse. Es obligación del empresario mantener un registro de horas y trabajo.
Si los empresarios no permiten un tiempo para que los empleados almuercen, eso es también robo de salarios.
El Departamento de Trabajo también recuerda que en el caso de que los trabajadores tengan uniforme, el costo y mantenimiento de estos es de los empresarios. Si los empresarios requieren que el empleado sea el que tenga el costo no puede deducírsele de su paga dejando su salario por debajo del mínimo, ni recortar la compensación por horas extras.
También sería robo de salarios que el empresario deduzca por debajo del salario mínimo del mesero [camarero] los costos que suponen que un cliente no pague su cuenta incluso si esta situación ocurre por negligencia del trabajador.