Elson Concepción Pérez.— Este comentario no tiene que ver con la telenovela brasileña que se transmite martes, jueves y sábados por la televisión cubana, cuyo nombre es parecido al utilizado ahora.
El tema tiene relación con la República Islámica de Irán y la actual crisis mundial provocada por el coronavirus.
Expongo algunas de las marcadas diferencias entre quienes tratan de «manipular políticamente» tan susceptible asunto, los que sancionan y se empeñan en asfixiar a países que no comulguen con la política estadounidense, y los que –sancionados, agredidos y ahora contagiados con el virus Covid-19– son capaces de dar lecciones al mundo, también en casos como estos.
Irán ya es referencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), no solo por la atención especializada a sus pacientes, sino también por la investigación y posibles logros de sus científicos, quienes ya han comenzado los ensayos de dos medicamentos para ayudar a la recuperación de casos confirmados por el coronavirus.
Irán alcanza estos logros mientras enfrenta sanciones unilaterales e inhumanas de Estados Unidos al sector de la medicina, señala un reporte de Hispantv.
Esta semana, durante una visita, el director regional de la OMS para el Mediterráneo Oriental, Richard Brennan, manifestó su sorpresa por el nivel de la ciencia y el compromiso del personal médico en el país persa. Tras poner de relieve las acciones del Gobierno para combatir el virus, Brennan afirmó que Irán cuenta con las capacidades necesarias y refutó aquellos informes malintencionados que indican que Teherán «encubre» la gravedad de la epidemia, según la citada agencia de noticias.
Los galenos iraníes han logrado que 739 de los 3 513 infectados se hayan recuperado o curado del Covid-19.
Mientras, el comandante en jefe del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán, general de división Hosein Salami, advirtió que «la ola de crisis por el nuevo coronavirus que recorre todo el mundo es posible que sea un arma de guerra biológica de Estados Unidos».
Respecto a la epidemia del Covid-19, el militar aseguró que «hemos aprendido cómo desarrollar la Revolución Islámica al modificar y mejorar nuestros estilos de comportamiento. Irán ha pasado por muchas dificultades (…) pero, gracias al liderazgo del líder de la Revolución Islámica (el ayatolá Seyed Ali Jamenei), al enorme capital humano y los recursos económicos fuertes que tiene, las ha superado».
Esta es la respuesta iraní, desde la otra cara del supuesto «paraíso», el de la potencia estadounidense que se propone dominar al mundo con todo tipo de guerras y sanciones económicas.
En todo caso, la República Islámica de Irán, convertida no solo en ejemplo de resistencia y patriotismo, también lo es como potencia moral capaz de vencer, con su desarrollo científico y su consagración humana, la más feroz de las epidemias y la más cruel de las guerras.
