Ante la penosa realidad que impone el azote epidémico global de la COVID-19, varios partidos comunistas y obreros del mundo concordaron en la urgencia de promover una decidida acción política y social que coloque, en primer plano, a las necesidades perentorias de la clase trabajadora internacional y de los distintos pueblos.
Mediante un llamamiento unánime, denunciaron frontalmente las políticas de ajuste neoliberales de organismos financieros como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, como causantes de la incapacidad sanitaria para responder a la pandemia, que desborda sus efectos más devastadores sobre la salud y la vida de la clase obrera y las capas más humildes.
«La misma degradación de las sociedades capitalistas, que se sustentan en los valores del individualismo, el consumismo y el darwinismo social, añade aún mayores dificultades para gestionar esta crisis sanitaria, que requiere de valores de solidaridad, reparto y justicia social, que sí caracterizan a nuestros proyectos políticos socialistas revolucionarios».
Alertaron que la expansión de la nueva enfermedad, será una coartada del capitalismo para fortalecer los monopolios y oprimir los derechos de los trabajadores; ante lo cual invocan a la construcción del socialismo y reclaman del mundo la movilización social y política para la defensa de la soberanía de los pueblos, contra la guerra imperialista y contra los bloqueos, y por un orden social y económico internacional capaz de dar solución a las grandes demandas de hoy.
Hicieron especialmente un llamado a poner en marcha cuantas iniciativas sean posibles para que la clase obrera y los pueblos levanten banderas de lucha por el cese inmediato de todos los bloqueos impuestos por el imperialismo a Cuba, Venezuela, República Popular Democrática de Corea, Irán, Palestina, Líbano, etc.; por el cese de las agresiones contra Siria, Yemen, Mali, Irán, Irak, Libia…; por el cese de las ocupaciones y por la recuperación de la soberanía nacional de los territorios de la República Árabe Saharaui Democrática, Palestina y Puerto Rico, entre otros, y por el cese inmediato de la represión de las movilizaciones populares que se han dado en Chile, Bolivia, Colombia y Honduras, por mencionar algunas naciones.