50 vehículos, incluidos camiones, vehículos blindados y camiones refrigerados, penetraron el domingo por la noche en territorio sirio procedentes de Irak. Cruzaron por Al-Walid, que está siendo monitoreado por las fuerzas estadounidenses, informó la agencia siria de noticias SANA.
Fuentes locales citadas por la agencia siria aseguraron que los vehículos, cargados de material logístico y armas, se detuvieron en los campos petroleros de Al-Suwaidi antes de ir a las bases militares estadounidenses, construidas de forma ilegal, en la ciudad de Al-Shadadi, en el sur de Al-Hasaka.
Según los medios sirios, EE.UU. está aumentando de forma creciente el envío de refuerzos militares y logísticos a sus instalaciones en la parte oriental y nororiental de Siria, donde —sin el consentimiento del Gobierno sirio— se han hecho con el control de esa zona petrolera del país.
Aprovechando la crisis siria, que comenzó en 2011, EE.UU. ha establecido puestos militares en los campos de petróleo y gas del país para apoderarse de ellos. Además, apoya a las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), grupos armados opuestos al Gobierno sirio, desplegados en la parte oriental del río Éufrates.
Tanto el Gobierno sirio, presidido por Bashar al-Asad, como la mayoría de la nación, están en contra de la presencia militar ilegal de EE.UU. en Siria y acusan a Washington de robarles el petróleo.
La semana pasada, el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) advirtió de que EE.UU. estaba aumentando sus actividades en el este y el noreste de Siria para saquear los recursos naturales del país árabe.
La Administración estadounidense de Donald Trump no ha ocultado su deseo de beneficiarse del petróleo sirio. De hecho, confirma que permanecerá en Siria para proteger las instalaciones petroleras, aunque no dice de quién.