La tecnología es un componente fundamental de la guerra moderna. La carrera armamentista es una carrera tecnológica y China está muy rezagada respecto a Estados Unidos en un capítulo básico: la producción de semiconductores.
Aunque Estados Unidos se desindustrializó a gran escala en la segunda mitad del siglo XX, todavía tiene ventaja en el sector de los semiconductores con empresas como Intel, capaces de completar todo el proceso desde el diseño hasta la producción de microprocesadores (*).
En un estado de guerra, como el actual, aunque sea “fría”, ni Estados Unidos puede depender de China ni China de Estados Unidos. Al menos una parte del comercio internacional se ha acabado para siempre. Los suministros estratégicos no pueden depender ni del precio ni de terceros países. Es el momento de volver a la autarquía.
En seis años China inyectará más 1.400 millones de dólares en sectores económicos de tecnología punta “desde redes inalámbricas hasta inteligencia artificial”, según Bloomberg.
En su momento el plan “Made in China 2025” incomodó a la Casa Blanca y ahora vuelve patrocinado por el propio Presidente Xi Jinping, que ha hecho un llamamiento para que los ayuntamientos y los monopolios tecnológicos implementen redes inalámbricas de quinta generación y desarrollen programas de inteligencia artificial que sustenten la conducción autónoma hacia fábricas automatizadas.
La nueva infraestructura se basará en gigantes autóctonos, como Alibaba y Huawei, al margen de las empresas estadounidenses. Las inversiones reducirán la dependencia de China de la tecnología extranjera, una medida paralela al bloqueo que Estados Unidos ha impuesto a las empresas punteras chinas.
Según Maria Kwok, directora de operaciones de Digital China Holdings, no hay precedentes de nada parecido. China, que ya ganado a las grandes potencias occidentales en muchos terrenos, se apresta a ganarlas también en tecnología punta.
El dinero empezará a circular este mismo año. En Guangzhou, Digital China ha conectado medio millón de viviendas, incluyendo un complejo urbanístico gigantesco. Para encontrar una casa, los usuarios simplemente acceden a una aplicación, escanean su rostro y verifican su identidad. Los contratos de alquiler se firman digitalmente a través de un teléfono inteligente y se notifica automáticamente a la autoridad de alquiler si el inquilino se demora en el pago del la renta.
La inversión en tecnología es parte de un paquete fiscal más amplio que será aprobado por el parlamento chino, que se reúne esta semana. Se espera que el gobierno anuncie 563.000 millones de dólares en financiación de infraestructuras este año, en un momento en que el rendimiento económico del país es el peor desde la muerte de Mao.
Un parte del dinero irá a parar a los presupuestos del Ejército Popular de Liberación para contener la creciente amenaza de guerra con Estados Unidos.
Si la Casa Blanca ha estado presionando a China para que abandone el plan “Made in China 2025”, es fácil deducir lo que ocurrirá en un futuro inmediato: bloqueo, sanciones y provocaciones navales en el Mar de China Meridional, o quizá en Hong Kong, o en Xinjiang.
Los polvorines pueden estallar en cualquier momento.
(*) https://www.philstockworld.com/2020/05/18/as-world-braces-for-uschina-trade-war-fireworks-this-is-how-one-bank-is-trading-the-coming-conflict/