Kaos. Madrid.— La lucha de los residentes de la Comunidad de Madrid se mantiene y se reafirma. Sumarán a partir de agosto también los martes a la huelga indefinida que realizan ya los lunes en Madrid: Ayuso solo ofrece silencio. El silencio del ejecutivo madrileño es una amenaza para el imprescindible funcionamiento de la Sanidad Pública ya diezmada en este tiempo en que los casos se han disparado y constituyen un riesgo de déficit en la atención médica de las personas. La excusa de Ayuso es que mientras haya medidas de fuerza no se sentará a negociar. Lo que olvida es que se llega a la huelga ante la indiferencia y el desprecio del ejecutivo madrileño ante los justos reclamos de los y las residentes, que solo piden ejercer los derechos básicos y fundamentales, mucho más tras el tremendo esfuerzo realizado en los meses del pico de la pandemia.
El próximo lunes se iniciarán las concentraciones a las 8 am frente a los grandes hospitales y luego marcharán desde la glorieta de Bilbao (Dirección de Recursos Humanos) hasta la Puerta del Sol, previo hacer una parada frente a la sede de la Consejería de Sanidad en la calle Aduana. Recordamos que pese a la huelga la Consejería obliga a cumplir con el 100% de los servicios mínimos, lo que supone una violación del derecho de huelga y ha sido ya recurrido judicialmente.
Sus reivindicaciones son tan justas, que es surrealista que éstas no hayan sido otorgadas por las autoridades madrileñas. Médicos y médicas, personal de enfermería, farmacia y demás especialidades exigen una retribución salarial justa, derecho a descansar luego de las extenuantes guardias de 24 horas, y contar con una supervisión adecuada, oportuna y responsable por parte de los profesionales médicos que se encuentran en los hospitales durante las guardias. Esta demanda no solo es un derecho de las y los residentes, sino que es un derecho de las y los pacientes que concurren a Urgencias. Contar con la atención médica de personal sanitario capacitado y con experiencia, que cuando un MIR no se encuentre lo suficientemente preparado para afrontar contingencias, haya un médico o médica responsable que guíe, supervise y en suma enseñe, brindando al o la paciente la mejor atención.
El Comité de huelga MIR explica: «Nos proponen solo reuniones informales y sin acta. Las propuestas que hacen no nos las dan por escrito y son insuficientes. Nos dicen que nada es competencia suya pero no traen a nadie que las tenga para negociar». Esta actitud de las autoridades lleva a que este Comité haya reforzado con un día más de huelga la presión para arribar a una negociación.
