El gobernador adjunto de Al-Quds (Jerusalén), Abdulá Siam, formuló el lunes tal advertencia, señalando, además, que al menos 18 000 hogares figuran entre las viviendas que las autoridades israelíes planean demoler.
En una entrevista concedida a la emisora de radio Voice of Palestine, el funcionario de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) denunció que los tribunales israelíes están sopesando el derribo de dichas viviendas, pese a que en la propia Al-Quds se necesitan, en estos momentos, 15 000 residencias.
Este plan del régimen de Tel Aviv está en línea con las políticas ilegales y criminales que le caracterizan a fin de judaizar Al-Quds, así como con sus intentos por llevar a cabo una limpieza étnica del pueblo palestino en esa urbe sagrada, para luego erigir asentamientos ilegales que alberguen a colonos israelíes.
Según la agencia oficial palestina de noticias, WAFA, en lo que va de 2020 el régimen israelí ha emitido unas 650 órdenes de demolición que afectan a viviendas y edificios palestinos localizados en Al-Quds.
En los últimos años, las autoridades israelíes han acelerado el proceso de construcción y ampliación de las colonias ilegales en Al-Quds y la Cisjordania ocupada, una medida que se ha acelerado con la llegada de Donald Trump a la Presidencia de EE.UU. y su apoyo incondicional al expansionismo ilegal del régimen de ocupación.
Los movimientos palestinos de Resistencia han subrayado en múltiples ocasiones que la única vía para contrarrestar los crímenes y planes de Israel y su aliado estadounidense es llevar a cabo una resistencia nacional pertinaz, aclarando que los planes anexionistas supondrán una derrota más para Israel y EE.UU.
