Pazo de Meirás: Tanto monta, monta tanto [esp/gal]

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Después de todo el circo montado por el BNG “okupando” el Pazo de Meirás para “devolverlo al pueblo”, hoy conocemos finalmente que el Juzgado de Primera Instancia nº 1 de A Coruña estima íntegramente la demanda planteada por la Abogacía del Estado y condena a la familia Franco a devolver dicho pazo. Ahora cabe preguntarse: ¿A quién está devolviendo dicho pazo?

La familia heredera del dictador Francisco Franco puede estar tranquila. Después de que la farsa mal llamada Transición Española triunfase, es decir, después de que la estructura del Estado español (judicatura, universidades, cuerpos represivos…) se mantuviese intacta, nada tienen que temer los que comieron de mano del Caudillo, puesto que la estructura y la superestructura estatal no son más que una proyección de su sombra. La familia Franco seguirá siendo privilegiada e impune ante sus crímenes mientras BNG y demás oportunistas ondean la bandera de la justicia de la memoria histórica.

¡Resulta que el Pazo de Meirás ahora es del pueblo! Olvidan los revisionistas un detalle: el nuevo poseedor de dicho inmueble es el Estado. Demuestran, por tanto, que siguen con el mantra pequeño-burgués de que el Estado, prueba irrefutable de la existencia de la lucha de clases, es una institución por encima de las clases. Veamos que dice V. I. Lenin en Estado y la Revolución:

«El marxismo nos enseña que el Estado, es decir todo Estado, es un instrumento para la opresión de una clase por otra. Por lo tanto, el Estado no puede ser neutral. Ya en El Manifiesto Comunista, Marx y Engels explican que “el gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa”. Y realmente es así. Bajo un régimen de democracia burguesa formal, cada uno puede decir (¡más o menos!) lo que quiere, pero los bancos y los grandes monopolios deciden lo que va a pasar. Dicho de otra forma, la democracia burguesa es la democracia burguesa es solamente otra manera de expresar la dictadura del gran capital.»

Y la dictadura del gran capital, que en España pasa necesariamente por el fascismo debido a su herencia política, es ahora la que regenta la propiedad del Pazo. En otras palabras, el Pazo de Meirás cambia de familia, concretamente, se acaba de hacer un traspaso: de familia biológica a familia política.

Sigue el juego del oportunismo de Podemos, BNG, Mareas y los autodenominados movimientos sociales para que el pueblo trabajador creamos que de verdad existe justicia en el Estado, que la misma entidad que nos aplasta económicamente es la que libera pequeñas parcelas del dictador. No puede haber más falsedad.

El estado es fascista. Como es fascista es necesariamente burgués y por ende, un aparato de represión de la clase burguesa contra la clase obrera. Esto quiere decir que la clase obrera está desposeída y que lo que le pertenece al Estado no le pertenece a ella, por ser entidades antagónicas. Veamos:

  • ¿Acaso pertenece al pueblo la educación pública, que continuamente adoctrina a los hijos del proletariado distorsionando la historia y la realidad?
  • ¿Acaso pertenece al pueblo la sanidad pública, que claramente no está gobernada por los trabajadores y que en una crisis como la de la COVID-19 es incapaz de expropiar los hospitales privados por el bien común?
  • ¿Acaso pertenece al pueblo la Policía, aparato claramente a favor de las clases propietarias, que siempre aparece en cada huelga para defender a la empresa o que desahucia a las personas de sus casas?
  • ¿Acaso pertenece al pueblo el Parlamento, donde se proclaman las leyes que cada vez nos quitan más aire para vivir?

La respuesta a estas preguntas es no.

Si queremos ser poseedores realmente de todo lo que nos rodea, si realmente queremos que contra el fascismo se implante la verdadera justicia obrera, el camino no es otro que la senda de la Revolución Socialista, que quiebre de arriba a abajo el Estado burgués y construya la dictadura del proletariado, ya que en el capitalismo no existen parcelas de poder obrero, no existen espacios liberados, menos aún cuando su bancarrota lo hace tender a la reacción en todos los países del mundo.

Los proletarios debemos ser conscientes de nuestra posición en el mundo. Debemos comprender que todo lo que existe en el mundo pasa por nuestras manos. Tenemos que darnos cuenta de que la burguesía, los empresarios, son parásitos que a la mínima nos echan a la calle para favorecer a sus beneficios. De ahí la necesidad de que la clase obrera y las demás clases amigas se organicen en un Frente Único del Pueblo, donde los trabajadores formados en la Asamblea de Comités Delegados y Trabajadores (ACDT), los estudiantes, pensionistas, amas de casa…tomen sus decisiones y construyan su destino, ya que son ellos los que en la actualidad construyen el día a día.

¡Socialismo o Barbarie!

¡Contra el Estado fascista y el oportunismo criminal!

Comité Nacional del PCOE en Galicia

Pazo de Meirás: tanto monta, monta tanto

Despois de todo o circo montado polo BNG «okupando» o Pazo de Meirás para «devolvelo ao pobo», hoxe coñecemos finalmente que o Xulgado de Primeira Instancia nº 1 de A Coruña estima íntegramente a demanda planteada pola Abogacía do Estado e condena á familia Franco a devolver dito pazo. Agora cabe preguntarse: a quen están devolvendo dito pazo?

A familia herdeira do ditador Francisco Franco pode estar tranquila. Despois de que a farsa da mal chamada Transición Española triunfase, é dicir, despois de que a estrutura do Estado español (xudicatura, universidades, corpos represivos…) se mantivese intacta, nada teñen que temer aqueles que comeron da man do Caudillo, posto que a estrutura e a superestrutura estatal non son máis que a proxección da súa sombra. A familia Franco seguirá a ser privilexiada e impune ante os seus crimes mentres BNG e demáis oportunistas ondean a bandeira da xustiza da memoria histórica.

Resulta que o Pazo de Meirás agora é do pobo! Esquecen os oportunistas un detalle: o novo posuidor do devandito inmoble é o Estado. Demostran, por tanto, que seguen co mantra pequeno-burgués de que o Estado, proba irrefutable da existencia da loita de clases, é unha institución por encima das clase. Vexamos que di V. I. Lenin en Estado e a Revolución:

«El marxismo nos enseña que el Estado, es decir todo Estado, es un instrumento para la opresión de una clase por otra. Por lo tanto, el Estado no puede ser neutral. Ya en El Manifiesto Comunista, Marx y Engels explican que “el gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa”. Y realmente es así. Bajo un régimen de democracia burguesa formal, cada uno puede decir (¡más o menos!) lo que quiere, pero los bancos y los grandes monopolios deciden lo que va a pasar. Dicho de otra forma, la democracia burguesa es la democracia burguesa es solamente otra manera de expresar la dictadura del gran capital.»

E a dictadura do gran capital, que en España pasa necesariamente polo fascismo debido á súa herdanza política, é agora quen rexenta a propiedade do Pazo. Noutras palabras, o Pazo de Meirás cambia de familia, concretamente, acábase de facer un transvase: de familia biolóxica a familia política.

Segue o xogo do oportunismo de Podemos, BNG, Mareas e os autodenominados movementos sociais para que o pobo traballador creamos que de verdade existe xustiza no Estado, que a mesma entidade que nos esmaga economicamente é a que libera pequenas parcelas do dictador. Non pode haber máis falsedade.

O Estado é fascista. Como é fascista é necesariamente burgués e, por ende, un aparato de opresión da clase burguesa cara a clase obreira. Isto quere dicir que a clase obreira está desposuída e que o que lle pertence ao Estado non lle pertence a ela, por seren entidades antagónicas. Vexamos:

  • Acaso pertence ao pobo a educación pública, que continuamente adoutrina aos fillos do proletariado distorsionando a historia e a realidade?
  • Acaso pertence ao pobo a sanidade pública, que claramente non está gobernada polos traballadores e que nunha crise coma a da COVID-19 é incapaz de expropiar hospitais privados polo ben común?
  • Acaso pertence ao pobo a Policía, aparato claramente a favor da clases posuidoras, que sempre aparece en cada folga para defender á empresa ou que despexa ás persoas das súas casas?
  • Acaso pertence ao pobo o Parlamento, onde se proclaman as leis que nos quitan cada vez máis aire para vivir?

A resposta a estas preguntas é non.

Se queremos realmente ser posuidores de todo o que nos rodea, se realmente queremos que contra o fascismo se implante verdadeira xustiza obreira, o camiño non é outro que a senda da Revolución Socialista, que quebre de arriba a abaixo o Estado burgués e constrúa a ditadura do proletariado, xa que no capitalismo non existen parcelas de poder obreiro, non existen espazos liberados, menos aínda cando a súa bancarrota faino tender á reacción en tódolos países do mundo.

Os proletarios debemos ser conscientes da nosa posición no mundo. Debemos comprender que todo o que existe no mundo pasa polas nosas mans. Temos que darnos conta de que a burguesía, os empresarios, son parasitos que á mínima bótannos á rúa para favorecer os seus beneficios. De aí a necesidade de que a clase obreira e as demais clases amigas se organicen nunha Fronte Única do Pobo, onde os traballadores formados na Asemblea de Comités Delegados e Traballadores (ACDT), os estudiantes, pensionistas, amas de casa… tomen as súas decisións e constrúan o seu destino, xa que son eles os que na actualidade constrúen o día a día.

Socialismo ou barbarie!

Contra o Estado fascista e o oportunismo criminal!

Comité Nacional do PCOE en Galiza

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