La Unión Europea (UE) aumentó el jueves la presión sobre el Gobierno de Bielorrusia, con la imposición de sanciones que afectan a unos 40 altos cargos. Sin embargo, este viernes, el Gobierno bielorruso ha adoptado una medida recíproca y ha anunciado una serie de medidas restrictivas contra el bloque comunitario.
En un comunicado difundido esta misma jornada, la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, tras repudiar la iniciativa de la UE contra Bielorrusia, ha asegurado que “la lista de sanciones aprobada por Bielorrusia en respuesta a las restricciones de la UE también entra en vigor automáticamente en Rusia, de acuerdo con los compromisos previstos por el Estado de la Unión de Rusia y Bielorrusia”.
Según la Unión Europea, la medida se tomó por las supuestas represión del Gobierno contra la oposición y la falsificación de los resultados de los comicios, en los cuales el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko obtuvo el 80,1 % de los votos.
Zajárova ha denunciado que “en vez de mostrar moderación, tan necesaria para estabilizar la situación en Bielorrusia, la UE vuelve a recurrir a sanciones, que, recordamos, son unilaterales e ilegítimas, torpedean las prerrogativas del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y conducen a una mayor erosión del derecho internacional”.
Además, ha aseverado que su país ve este paso como una presión inadmisible sobre las autoridades bielorrusas que se esfuerzan por normalizar la situación en el país.
Desde el pasado 9 de agosto, Bielorrusia es escenario de multitudinarias protestas contra el resultado de las elecciones presidenciales. La oposición bielorrusa denuncia un presunto fraude.