Los presos políticos mapuche recluidos en la cárcel chilena de Angol (centro), reivindicaron este martes su derecho a recuperar sus territorios ancestrales para revertir el empobrecimiento de sus comunidades.
En un comunicado, el grupo señala que esos territorios (o Wallmapu) les pertenecen y su recuperación permitiría concretar su autonomía, soberanía y el autosustentos de sus familias, frente al plan de ocupación que distintos Gobiernos de Chile han ejecutado para favorecer a grupos económicos nacionales y trasnacionales, que se han enriquecido con los recursos que pertenecen a estas comunidades ancestrales.
Asimismo, el comunicado resalta que llama la atención que la expropiación de sus territorios se produce en un contexto de genocidio y empleo de diversas formas de violencia por parte de las instituciones armadas.
En ese sentido, los mapuches recuerdan que el 30 de octubre pasado las Fuerzas Militares «llevaron a cabo un violento desalojo y allanamiento a las comunidades del sector Kiñel Mapu, Maquehue sector Metrenco», opuestas a la construcción de una central eléctrica por la empresa transnacional Besalco.
Ese proyecto ha vulnerado «nuestros territorios en lo cultural y espiritual, destruyendo nuestra flora y fauna (…) con el solo propósito de favorecer económicamente a sus grandes empresas», resalta el comunicado.
Los presos mapuches repudian, además, «la criminalización y la violencia en contra de nuestras comunidades y autoridades ancestrales , como loncos, werkenes, peñis y lamienes, sin olvidar la brutalidad que utilizan en contra de nuestros pichi keches, y peor aún con nuestras autoridades espirituales que son nuestros machis».
12 de octubre de 2020 https://t.co/6RkCa6ZMGh
— Paola Dragnic (@PaoladrateleSUR) November 8, 2020
Los luchadores sostienen que estos sucesos confirman «la idea de la supremacía racial encabezada por colonos y la promoción del racismo hacia sus trabajadores, para que estos actúen en defensa de sus principios de clase y en contra del pueblo mapuche».
Consideran también que los diversos Gobiernos de Chile han implementado una doctrina de negación de la comunidad mapuche que incluye el uso de la fuerza, y esta filosofía ha tenido una clara continuidad durante el segundo mandato presidencial de Sebastián Piñera.
Al respecto, sostienen que la militarización de las regiones donde viven ha conducido a los asesinatos de «muchos de nuestros weichafes, como lo ocurrido con Camilo Catrillanca, Alex Lemun, Catrileo, Mendoza Collio, entre otros mártires caídos en el weichan vulnerando nuestros derechos».
Frente a este panorama de represión, los presos políticos mapuche de la cárcel de Angol instan a las organizaciones sociales y al pueblo mapuche a continuar la lucha en contra del gran capital, hasta recuperar sus legítimos derechos, «robados y usurpados por el Estado y las grandes empresas».