Hace poco, el Ministerio de Defensa de ese país anunció abiertamente que 8 empresas japonesas, inclusive Mitsubishi, comenzaron el diseño conjunto según el plan de desarrollo y despliegue del caza de próxima generación de las «Fuerzas Aéreas de Autodefensa».
Este avión Stealth es evidentemente un medio de ataque preventivo que contraviene frontalmente al principio de «defensa exclusiva» establecido en la Constitución de Japón.
El recrudescente aumento armamentista en Japón es una conducta imprudente para realizar a toda costa su ambición expansionista al elevar notablemente la capacidad de golpe de las «Fuerzas de Autodefensa».
Las autoridades japonesas hablan del «mantenimiento del potencial técnico de la industria nacional de defensa» tomando como eje la connotada empresa criminal de guerra en el desarrollo del caza, lo cual es un desafío intolerable a los pueblos de Corea y otros asiáticos, que han sufrido en el siglo pasado tremendas desgracias y penas impuestas por el país isleño, y la declaración abierta de acelerar los preparativos de guerra.
Después de la aparición del poder del primer ministro Suga, Japón marcha a galopes en la senda de militarización incrementando en gran medida los gastos militares y dando acicate al desarrollo y producción de armamentos de ataque.
Desembolsó 5 billones 342 mil 200 millones de ¥ como gastos militares para 2021 y asigna enormes fondos al desarrollo de cazas de próxima generación.
Lo grave del caso es que el aumento armamentista se acelera simultáneamente en todos los espacios como el cielo, tierra, mar, cosmos y el cibernético, y en la dirección de elevar la capacidad de ataque preventivo.
Se determinaron la construcción de 2 buques Aegis de último modelo y el desarrollo del misil crucero de larga distancia de fabricación nacional.
En marzo, se construyeron o entraron en la armada el buque escolta con cuerpo disminuido, el sistema operacional compacto y otro sonómetro que puede recoger las ondas sónicas en un radio de cientos de kilómetros, etc.
Se impulsa además el desarrollo de un misil supersónico de más de 500 km de alcance y se dinamizan los movimientos para neutralizar los drones rivales con el arma de láser cargado en vehículo.
Los reaccionarios japoneses intentan operar el sistema de vigilancia cósmica orientado a tomar la superioridad en este espacio a partir de 2023 mediante el funcionamiento del «cuerpo de operación cósmica», organizado el año pasado.
En estos tiempos, instalaron en las «Fuerzas Terrestres de Autodefensa» hasta la unidad de batalla electrónica dotada del Network para esta modalidad bélica.
En cuanto a tal conducta de los reaccionarios japoneses, los medios extranjeros comentaron que las fuerzas navales de Japón se van asemejando a la armada del viejo ejército japonés y el nivel de las «Fuerzas de Autodefensa» ocupa el 5º lugar del mundo.
Lo más sorprendente es que los maníacos de militarismo no ocultan que el objetivo de modernización de sus fuerzas armadas es para doblegar militarmente a las potencias vecinas.
Todos los hechos evidencian que aunque sucedieron las décadas y siglos después de la derrota de Japón en la guerra, no se cambiaron en nada su ambición de reagresión e ilusión sobre la «esfera de coprosperidad de la gran Asia Oriental».
Es el enemigo principal para la paz regional y la mundial es ese país que anda desesperado para convertirse en el «capaz de hacer la guerra», lejos de reconocer ante la sociedad internacional su ensangrentada historia de agresiones, pedir disculpas profundas e indemnizarla.
Le convendría tener presente que sufrirá el arruinamiento si sigue dedicándose como ahora a lo que desagrada a todo el mundo.
ACNC
