Juan Manuel Hernández Legazcue .— Si hubiese un término para definir a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), instrumento militar al servicio del imperialismo norteamericano, es de: “terrorista” en la medida en que la OTAN es una organización terrorista en el sentido literal de la expresión ya que ha sido portadora de muerte y destrucción haya donde ha intervenido.
La enumeración de las múltiples agresiones sería un listado interminable, citamos unas cuantas.
En el continente europeo la conocida como “Estrátegia de la Tensión” encaminada a desestabilizar Italia, en un momento en que el Partido Comunista de Italia había alcanzado un 32% de expectativas electorales y tenía muchas posibilidades de incorporarse al gobierno. Para impedirlo, la OTAN fomentó y apoyo a grupos de carácter fascista y terrorista que realizaron atentados tan brutales como el de la estación de Bolonia, con más de un centenar de muertos.
En Portugal, tras la Revolución de los Claveles – 25 de abril de 1974- que derrocó la dictadura Salazarista y cuyos protagonistas militares estaban encuadrados en el llamado “Movimiento de las Fuerzas Armadas” (M.F.A.), en cuyo programa estaba el desarrollo independiente y de no alineamiento, es decir, ajena a la OTAN. Para impedirlo, la OTAN conspiró y fomento diversos golpes de Estado. Hay que señalar que el objetivo de desvirtuar la llamada Revolución de los Claveles contó con el inestimable apoyo del Partido Socialista Portugués entonces liderado por Mario Soáres.
También cabría mencionar el apoyo prestado por la OTAN, al golpe de Estado militar fascista producido en Grecia en 1964 y la brutal dictadura que siguió hasta 1974.
En África hay una larga historia injerencista en el proceso descolonizador. Del antiguo Congo Belga que culminó con el asesinato del líder de la independencia Patricio Lumumba y el establecimiento de una dictadura por más de 40 años. En Angola apoyando con armas y asesores militares a grupos contrarrevolucionarios (FNLA , UNITA) para impedir la llegada al poder del legítimo representante del pueblo, el MPLA liderado por Agostinho Neto. Sólo el internacionalismo cubano a petición del MPLA frustró los objetivos de la OTAN.
Otro tanto puede decirse de la independencia de Mozambique liderada por FRELIMO. La OTAN apoyó y armó al régimen racista de Sudáfrica, invadiendo Mozambique con el fin de frustrar la vía de desarrollo progresista del país.
Según la Carta fundacional de la OTAN, con la derrota temporal del socialismo en la década de los 90 del siglo pasado, la razón de esa coalición había perdido su finalidad originaria. Poco importaba, había que buscar nuevos enemigos y amenazas civilizatorias. Declarado el fin de la historia y el advenimiento del mundo unipolar, el imperialismo decide darle una nueva dimensión a escala mundial a la alianza guerrera.
Con el pretexto de combatir el “terrorismo yihadista”, la OTAN estará presente en todos los conflictos existentes independientemente del área geográfica donde se producen.
De la agresión a la ex Yugoslavia, al conflicto de Crimea, del golpe de Estado de Ucrania, a la invasión de Irak y Afganistán, la agresión contra Siria… el reguero de crímenes de la OTAN no cesa. Amenaza permanente contra Irán, Rusia y China, presente en los bloqueos contra Venezuela, Cuba, la R.P. de Corea. Participa activamente de la agresión al pueblo Saharaui, a través del apoyo a la monarquía marroquí, en el apoyo permanente al sionismo que lleva a cabo el exterminio del pueblo palestino y la ocupación de sus tierras, así como en la guerra y el genocidio contra el pueblo yemení mediante la ayuda que presta a la monarquía saudí.
En definitiva la OTAN es un motivo permanente de agresión a los pueblos que luchan por su libertad y una amenaza constante a la paz mundial.
Por todo ello luchar contra el bloque militar agresivo de la OTAN forma parte de la lucha en defensa de la paz mundial y es por tanto un deber ineludible de los y las comunistas.