La portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, declaró este viernes que instructores de la OTAN desplegados en Ucrania incitan directamente a un conflicto armado en la región de Donbass, situada en el este del país, y señaló que Kiev aparentemente se prepara para la resolución de este conflicto interno por la fuerza.
Moscú lamenta el apoyo de los países de la OTAN a la «cruzada» del Gobierno ucraniano en contra de su propia población, agregó Zajárova en rueda de prensa, recordando que la militarización de Ucrania va en aumento cada año y el país no solo recibe ciertos tipos de armamento y equipamientos bélicos, sino también a especialistas militares de la Alianza Atlántica.
La vocera ministerial denunció que en la línea de contacto de Donbass se encuentran 4.000 instructores militares de Estados Unidos e indicó que solo en las últimas dos semanas la misión especial de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) registró casi 7.000 casos de violación del alto el fuego en la zona, «cinco veces más que en diciembre de 2020».
«Eso significa que cada tres minutos en la región se produce un disparo, una explosión, se pone en riesgo la vida de alguien», resumió Zajárova, tras responsabilizar a Kiev de no poner fin a una «guerra civil que dura ya ocho años» y criticar al Gobierno ucraniano por aumentar el presupuesto militar para el próximo año un 20 %, hasta casi 12.000 millones de dólares que se destinarán «a la guerra contra sus propios ciudadanos, aquellos de los que tanto hablan y en los que piensan únicamente a la hora de firmar los presupuestos militares».
Zajárova también acusó a Kiev de azuzar la histeria sobre un supuesto ataque que estaría preparando Rusia para intentar desviar la atención de su ciudadanía del incumplimiento de sus propias promesas sobre Donbass, la pobreza en el país, el empeoramiento de la situación económica y social, el aumento de los precios y el menoscabo de la libertad de expresión y los derechos de la población rusoparlante.