Las reglas de enfrentamiento de la Alianza Atlántica, a la que pertenecen ambas naciones, definen esta maniobra como «hostil», según el medio.
El 23 de agosto, un sistema S-300 de fabricación rusa que Grecia mantiene emplazado en Creta realizó un enganche de radar y apuntó un misil superficie-aire a un F-16 turco que realizaba una misión de reconocimiento a una altitud de poco más de 3.000 metros al oeste de la isla de Rodas, en el mar Egeo.
El llamado «enganche» se prolongó por un tiempo, pero «a pesar de ese acto hostil, los aviones completaron las misiones previstas y regresaron a salvo a sus bases», según CNN Türk
Sputnik / elcomunista.net