La muerte de Isabel II desató una polémica en Irlanda, antiguo miembro de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth), luego de que los hinchas de Shamrock Rovers celebraran su fallecimiento en un partido con el Djurgardens IF Fotboll de Suecia, válido por la primera fecha de la fase grupal de la UEFA Conference League, en el estadio de Tallaght en la ciudad de Dublín (capital de Irlanda), que tiene una capacidad para unos 8500 espectadores.
“Lizzy [Isabel] está en un ataúd, Lizzy está en un ataúd”, entonó el jueves parte de los aficionados del Shamrock Rovers, alzando sus puños y aplaudiendo desde las tribunas.
Un vídeo que se viralizó en las redes sociales muestra lo sucedido, lo cual fue calificado como “una falta de respeto” hacia la memoria de la reina.
Durante siglos, la isla de Irlanda estuvo bajo el control de los ingleses. Los irlandeses trataron de independizarse en varias ocasiones, pero siempre perdían la guerra hasta principios del siglo XIX, cuando el movimiento separatista, liderado por el Ejército Republicano Irlandés (IRA), consiguió imponerse a las tropas británicas.
Entretanto, el Acta de Gobierno de Irlanda, una ley promovida por el Parlamento del Reino Unido que dividía la isla en dos, entró en vigor el 3 de mayo de 1921, e Irlanda del Norte pasó a ser una región dentro del Reino Unido, mientras que Irlanda del Sur se convirtió en una región autónoma.
Luego, el nuevo Parlamento irlandés declaró oficialmente su independencia del Reino Unido el 7 de diciembre de 1922, pero fue en 1949 cuando se constituyó como república y las funciones que antes se asignaban al monarca pasaron a manos del presidente irlandés.
La división del Irlanda provocó una disputa política no solo entre ingleses e irlandeses, pero también entre los norirlandeses. Los unionistas querían seguir vinculados al Reino Unido, pero los independentistas (o nacionalistas) querían recuperar el Ulster dentro de la República de Irlanda.
El enfrentamiento se convirtió en un conflicto armado durante la segunda mitad del siglo XX y dejó más de 3000 muertos, entre ellos soldados británicos, grupos paramilitares y civiles. El proceso de paz no concluyó hasta 1998, cuando todas las partes firmaron el Acuerdo de Viernes Santo.
Se conoce que la señora hizo mucho por la paz en Irlanda, por eso la “aprecian” tanto.