Luvis Hochimín Pareja*.—Con la contundente adhesión de alrededor de un millón de personas al paro de 24 horas convocado por la central sindical, en un país de poco más de tres millones de habitantes, los sindicatos uruguayos volvieron a desafiar al gobierno neoliberal de Luis Lacalle, en reclamo de mejoras salariales y mayor presupuesto para vivienda y educación.
La plataforma del paro contra el modelo de desigualdad, incluía demandas por trabajo y aumento de salarios y jubilaciones, por una reforma de la Seguridad Social, integral, digna y solidaria; por un presupuesto para Educación Pública, Vivienda y Salud; en contra de la desigualdad de género; en defensa de las empresas públicas; por trabajo y aumento de salarios y jubilaciones; en contra de la inseguridad y la violencia, y en defensa de los Derechos Humanos.
Convocado por la central que reúne a la gran mayoría de los gremios y sindicatos del país, se trató del cuarto paro general desde la asunción de Lacalle y la coalición de derecha el 1 de marzo de 2020, que paralizó el funcionamiento de las principales actividades públicas del país.
“Mientras las grandes mayorías perdemos salario, puestos de trabajo, costeamos la suba de los precios, hay otro Uruguay que disfruta de un crecimiento económico con la ayuda del gobierno nacional”, señalaba la convocatoria.
Durante los tres últimos gobiernos de la coalición centroizquierdista Frente Amplio los ingresos de las y los trabajadores aumentaban en términos reales a la par que lo hacía la productividad, desde mediados del 2020 y particularmente desde el 2021, la productividad recupera su senda de crecimiento y los salarios reales no hacen otra cosa que caer.
Con el gobierno neoliberal siguió aumentando la productividad- se produce más con menos recursos (cantidad de trabajadores ocupados)- y también a menores costos, porque se pagan menores salarios. En definitiva lo único que está creciendo son las ganancias de las empresas.
Marcelo Abdala, titular de la central unitaria de trabajadores señaló que “la gente no está llegando a fin de mes. Hay una estrategia que está concebida como un modelo de crecimiento excluyente y de acumulación que es para unos pocos», aseguró
«Es una señal muy poderosa, muy fuerte, que está emitiendo el movimiento sindical», destacó en conferencia de prensa, tras remarcar el fuerte cumplimiento de la medida de fuerza «en la administración central, en el conjunto de empresas, en todo el sistema educativo público y privado, en la banca pública y privada, en la construcción, en toda la industria manufacturera».
El dirigente reconoció que el paro no afectó el transporte porque hubo unidades circulando en base a un esquema de emergencia que armaron los patrones de las empresas, aunque dijo que estos vehículos iban vacíos.
En más de cien filiales distribuidas por los barrios de las ciudades en todo el país, se llevaron a cabo «diálogos con la población, barriadas y repartos de materiales» en todo el territorio.
Abdala lamentó que, aunque el PBI uruguayo se recuperó a niveles anteriores a la pandemia, los salarios y las jubilaciones «no solamente no acompañaron el crecimiento, sino que soportan rebajas del cuatro por ciento de todo el poder de compra. La gente no está llegando a fin de mes. Esto implica que hay una estrategia que ahonda la brecha de la desigualdad, y está concebida como un modelo de crecimiento excluyente y de acumulación que es para unos pocos».
Desde el Ejecutivo, fue el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, quien salió a criticar la medida gremial.” El PIT-CNT hace un Paro General contra un Anteproyecto de Reforma de la Seguridad Social. Todavía no hay proyecto. Todavía no hay Reforma. Pero SÍ hay un paro que perjudica a los que quieren estudiar y trabajar. Aunque pongan el palo en la rueda, la rueda va a seguir girando”, tuiteó.
El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, consideró que la medida no estaba justificada al destacar que entre las principales demandas del movimiento obrero existía un reclamo por la inflación que obedece a una situación global que el gobierno intenta mitigar.
«Yo miraba en medios de Alemania, España, Estados Unidos y el gran tema es el aumento de la inflación. No es una decisión del gobierno, al contrario, el gobierno ha tenido siempre una política y un objetivo de reducir la inflación, lo que pasa es que vivimos en un mundo que está viviendo otra circunstancia», argumentó Mieres.
Además el ministro apuntó contra otro de los reclamos del paro que, luego de conocerse un anteproyecto oficial de reforma del sistema de seguridad social que el PIT-CNT consideró regresivo porque entre otras cosas propone elevar la edad jubilatoria de 60 a 65 años, y pidió «una reforma de la seguridad social integral y digna».
En el sistema actual, 65 años de edad y 30 años de trabajo dan lugar a una jubilación mensual que representa el 55% del sueldo básico jubilatorio (definida como la Tasa de Reemplazo). Si se aprueba la propuesta de reforma planteada por la coalición gobernante, con 65 años de edad (ahora edad mínima para configurar causal jubilatoria), y 30 años de edad, la jubilación mensual representará solamente un 45% del sueldo básico jubilatorio.
«Yo lo entiendo si mañana o pasado se convierte en proyecto de ley, está en discusión en el Parlamento y el movimiento sindical no está de acuerdo pero cuando lo que hay es una propuesta borrador hacer un paro general me parece que es realmente una exageración», indicó Mieres sobre el proyecto.
El paro general en los barrios fue la oportunidad de los sindicatos para “tejer diálogo con las comunidades” y dar a conocer la plataforma del PIT-CNT. “Esto es porque los brazos del PIT-CNT están abiertos a la gente, dónde vive, en sus lugares de trabajo”, dijo Elbia Pereira, secretaria general de la central sindical. Esta medida no es contra el gobierno, sino “contra el modelo que lleva adelante el gobierno” que “hace que la desigualdad del sistema capitalista se exprese con mucha más dureza”, añadió.
*Periodista uruguayo, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)