Las expectativas de crecimiento del país caribeño lo sitúan en un lugar de liderazgo en la región, tras casi una década de estancamiento e hiperinflación, como resultado de medidas económicas coercitivas unilaterales por parte de EEUU, el bloqueo a las principales industrias del país y el deterioro de su capacidad exportadora.
Este año, el país cerrará con un crecimiento de alrededor de un 12% según datos del informe anual Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe de la CEPAL, mientras que las previsiones del Banco Central de Venezuela (BCV) para el primer y segundo trimestre del presente año, situaron la expansión entre un 17% y un 18,7%, en comparación a los mismos trimestres de 2021.
A modo de comparación, el crecimiento de 12% en 2022 y de alrededor de un 5% para 2023, se compara con el crecimiento de un 3,9% de la economía argentina y de un 2,6% para la economía brasileña en 2022 y de las expectativas de crecimiento de un 1% para ambos países sudamericanos en 2023.
La vicepresidenta Delcy Rodríguez afirmó en abril de 2022, que las perspectivas exportadoras de Venezuela entre 2021 y 2022 se incrementaron en 182%, mientras que las importaciones tuvieron un aumento de 84% durante igual periodo.
Por su parte, la actividad manufacturera experimentó una mejoría este año, llegando a un 30,7% de su capacidad industrial en el segundo trimestre. La Confederación de Industriales de Venezuela (Conindustria) afirmó a mediados de año que el sector manufacturero incrementó nueve puntos respecto del mismo periodo del año anterior.
El repunte económico ha sido jalonado por el aumento internacional de los precios del petróleo debido al conflicto en Ucrania y las sanciones contra Rusia. Venezuela empezó a recuperar los niveles de producción desde 2021, y si bien todavía falta mucho, el alza general de precios ayudó definitivamente a este saldo positivo del año.
El acuerdo entre Washington y Caracas para la reanudación de la extracción petrolera por parte de la multinacional estadounidense Chevron alcanzado en noviembre, tras la reanudación de la mesa de diálogo entre Gobierno y oposición, abre un margen operativo para la producción de crudo venezolano estancado desde el inicio de las sanciones en 2015.
La reanudación de las relaciones económicas con Colombia y del comercio en la frontera son otro de los pasos positivos que contribuyen a este crecimiento.
Estas proyecciones podrían variar, según el analista y licenciado en Sociología del Desarrollo venezolano Franco Vielma, debido a que la previsión de crecimiento para la región ha variado en varias oportunidades, «a causa de la evolución del conflicto ruso-ucraniano, el impacto global de las sanciones contra Rusia, la crisis inflacionaria y el anuncio de otras medidas en otros países, como el aumento de las Tasas de Interés en Estados Unidos».