Moscú acusa a Ucrania de perseguir a disidentes y opositores que representan una supuesta amenaza a los intereses del régimen de Kiev. Uno de los grupos atacados, sostiene el Kremlin, es la Iglesia ortodoxa ucraniana.
“Más recientemente, además de perseguir a disidentes y líderes de la oposición, hemos visto un intento de destruir la única iglesia canónica de Ucrania, la Iglesia ortodoxa ucraniana”, aseguró Nebenzia.
“Las consecuencias de tales acciones para la paz y la seguridad regionales podrían ser muy graves, por lo que creemos que esta situación merece un estrecho escrutinio por parte de los miembros del Consejo de Seguridad [de la ONU]”, sostuvo el embajador ruso ante las Naciones Unidas.
Tres meses después de que se iniciara el conflicto entre Kiev y Moscú, la Iglesia ortodoxa de Ucrania anunció su autonomía e independencia del Patriarcado ruso, un hecho que incrementó aún más las tensiones entre ambos países.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, rechazó la tregua propuesta por el mandatario ruso, Vladímir Putin, a propósito de la Navidad ortodoxa, que se celebra entre el 6 y el 7 de enero. Y aunque la ONU celebró el cese temporal al fuego, Kiev se mantuvo al margen de esa decisión.
El 23 de diciembre pasado, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, aseguró que Estados Unidos y sus aliados europeos desean destruir a la Iglesia ortodoxa, ya que esta forma parte medular de la cultura y la idiosincrasia del país euroasiático.
“Mencionaré la ortodoxia a propósito, porque en los últimos años, una vez más, por iniciativa de EEUU, que manipula activamente al patriarca de Constantinopla, por desgracia, se eligió el rumbo hacia la destrucción de la ortodoxia”, mencionó Lavrov durante un evento dedicado al 140 aniversario de la Sociedad Palestina Ortodoxa del Imperio ruso.
