El drama ocurrió el domingo durante una reunión familiar cuando ambas niñas quedaron por un momento sin supervisión de los adultos en una habitación del apartamento en Bammel North Houston Road en Houston.
“La niña de 3 años obtuvo acceso a una pistola semiautomática cargada. Los miembros de la familia escucharon un solo disparo. Corrieron a la habitación y encontraron a la pequeña de 4 años que no respondía”, ha dicho este lunes el alguacil del condado de Harris, Ed González.
Según González, la niña fue declarada muerta en el lugar del suceso después de que la Policía respondiera a una llamada de la familia al 911.
Tras lamentar por la muerte de la niña, el oficial ha afirmado que parece otra historia trágica de un niño que obtiene acceso a un arma de fuego y lastima a otra persona, y “esta vez hubo un disparo fatal”.
De igual modo, González ha dicho que la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Harris decidirá si alguno de los adultos enfrentará cargos con base en la investigación policial, que aún se encuentra en la fase preliminar.
Por la falta de las medidas necesarias y el acceso fácil a compra de armas en EE.UU. está aumentado la cifra de los inocentes que pierden su vida en este país.
Al respecto, el Archivo sobre la Violencia Armada (GVA, por sus siglas en inglés), una organización estadounidense sin fines de lucro, informó en el pasado diciembre que al menos 6032 niños estadounidenses han resultado muertos o heridos por disparos en 2022, superando los 5708 muertos o heridos de 2021.
Se calcula que en Estados Unidos hay alrededor de 400 o 500 millones de armas de fuego. Sin embargo, estas son solo cifras conservadoras. Es imposible calcular la totalidad de estos artilugios de muerte en manos de una sociedad cada vez más polarizada y víctima de los crueles experimentos de los fabricantes de armas y sus socios en la política de turno.
