La desdolarización está ocurriendo a un ritmo “vertiginoso”, dice Stephen Jen, director gerente de Eurizon SLJ Capital Ltd. (SLJ). El dólar estadounidense ahora representa alrededor del 58 % de las reservas oficiales totales del mundo, frente al 73 % en 2001.
“En 2022, el dólar experimentó un sorprendente desplome en su cuota de mercado como moneda de reserva, debido al uso muscular y coercitivo de las sanciones”, afirma Jen. Ajustado a las variaciones de los tipos de cambio, el dólar ha perdido alrededor del 11% de su cuota de mercado desde 2016 y el doble desde 2008“.
En una encuesta realizada por Bloomberg, el 60 % de los encuestados cree que dentro de los próximos 10 años, el dólar representará menos del 50 % de las reservas mundiales. reservas de divisas.
Los cambios geopolíticos ocurridos desde el 24 de febrero de 2022, cuando comenzó la Operación Militar Especial Rusa en Ucrania y se impusieron sanciones coercitivas a Rusia por parte de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, han provocado una transformación sustancial en la economía global.
La guerra híbrida que EE.UU. y la OTAN libran contra Rusia en Ucrania está sacudiendo el orden económico internacional, cuestionando incluso la sostenibilidad del dólar estadounidense como moneda de referencia mundial y respaldo de reserva de los bancos centrales.
El nivel de deuda pública y privada en gran parte del mundo es insostenible, y en los últimos meses se han hecho evidentes las vulnerabilidades del sistema bancario, desde EE.UU. hasta Europa, y seguirán creciendo hasta provocar una crisis financiera mundial por su potencial efecto dominó.
Según información de diferentes medios económicos , el sistema creado tras la Segunda Guerra Mundial está totalmente cuestionado, y las instituciones que lo sustentan, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), van camino de ser sustituidas por otras ajustadas a las necesidades de la nueva realidad.
La razón profunda del shock del régimen actual tiene sus raíces en la última gran crisis financiera, iniciada en 2008, cuando EE. UU. y Europa optaron por el dinero helicóptero para enfrentarla, una solución que se extendió para salir de la nueva depresión provocada por la pandemia del COVID19.
Finalmente, esta impresión ilimitada de dólares se ha convertido en un recurso tanto para solucionar problemas en el sector financiero como para cubrir agujeros en el presupuesto nacional. Durante los últimos quince años, la cantidad de dinero en circulación ha crecido un 40% en EE.UU. y un 20% en la Eurozona, por lo que no es de extrañar que los precios hayan subido en el último año, empujados aún más por el efecto bumerán de las sanciones coercitivas anti-rusas.
Las causas más inmediatas de la actual desestabilización de la economía mundial son la imposición y el uso de sanciones económicas, comerciales y financieras como arma o complemento alternativo a la guerra contra Rusia; la ruptura de las cadenas de suministro mundiales a causa de tales sanciones, y la voladura del sistema de ejecución de transacciones financieras y pagos entre bancos de todo el mundo, gestionado por la Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales (SWIFT).
