Golpe en Níger: No todo está dicho

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Es África el mejor exponente de golpes militares y también de que estos sean calificados de una u otra forma allende los mares, sin acudir a los verdaderos motivos que, en no pocas oportunidades, fueron el desenlace del acontecimiento

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Elson Concepción Pérez.— La conjunción de dos palabras: «golpe» y «militar», no por casualidad es interpretada como algo que hay que rechazar, pues, generalmente viene acompañada de represión, enfrentamiento, o ajuste de cuentas de un personaje o una fracción de un grupo.

Esa sería no más que una forma ligera de referirnos a hechos que, regularmente, tienen sus causas más allá del suceso en sí y pueden remontarse a décadas y hasta siglos, como ocurre en naciones que fueron colonizadas, saqueadas, y cuando ya lograron su independencia, muchas veces quedaron atadas económicamente a las metrópolis que no han olvidado ese tutelaje expoliador.

Es África el mejor exponente de golpes militares y también de que estos sean calificados de una u otra forma allende los mares, sin acudir a los verdaderos motivos que, en no pocas oportunidades, fueron el desenlace del acontecimiento.

De igual forma, resulta totalmente insuficiente soltar al aire la noticia de que «corresponden al continente africano la casi totalidad de los 17 “golpes” llevados a cabo durante las últimas décadas a nivel mundial».

Resultaría más serio referirse a cuán lejos están las naciones africanas de haber sido resarcidas por los daños causados por los colonialistas europeos, que durante siglos explotaron sus recursos naturales y se apoderaron de ellos, en detrimento de los pueblos de la región, cada vez más empobrecidos, sin garantía de planes de salud, educación y trabajo, entre otros.

Para abolir las causas verdaderas detrás de cada golpe de Estado en esos países hay que suspender las sanciones económicas y comerciales, así como la injerencia frecuente de las exmetrópolis y dedicar recursos a la realización de estrategias de desarrollo económico, social, educacional, de inversiones y fomentar la salud a todos los niveles y en todas las áreas.

La dispersión en la región africana de grupos extremistas, algunos de ellos vinculados al llamado Estado Islámico, con presencia también en el Oriente Medio, es un ingrediente desestabilizador, causante de conflictos, muchas veces con algún vínculo con uno que otro golpe militar.

Por estos días, Níger, una nación de África occidental, de las mayores del mundo en territorio, con 1 267 000 km2 y más de 16 millones de habitantes, excolonia francesa hasta el 8 de noviembre de 1960, ha sufrido un golpe militar, y entre las primeras determinaciones adoptadas por la llamada Junta del nuevo Gobierno, el portavoz del golpista Consejo Nacional para la Salvaguarda de la Patria, Amadou Abdramane, anunció la terminación de cinco pactos militares con Francia –la exmetrópoli–, fechados entre 1977 y 2020.

De igual forma, se determinó retirar a los embajadores de Níger acreditados en Francia, Estados Unidos y otras dos naciones.

Ambas decisiones, lógicamente tienen algún fundamento para el interior del país, y haberse tomado pueden conducir a alguna de las aristas que explicarían los actuales sucesos.

La Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao), organización de la cual Níger es parte, el 30 de julio dio a la junta militar una semana para devolver el poder al depuesto presidente Mohamed Bazoum, advirtiendo que no descarta el «uso de la fuerza» para cumplir sus objetivos e impuso sanciones financieras. La Junta respondió a los miembros de la Cedeao que no permitirán agresión alguna y aseguraron estar dispuestos a responder «inmediatamente».

Por su parte, el derrocado líder pidió a Estados Unidos en un artículo en The Washington Post que ayude a restaurar el orden constitucional en el país africano.

De acuerdo con la agencia Reuters, Níger es el séptimo productor mundial de uranio y suministra el 15 % del metal que necesita Francia, lo que representa una quinta parte de las importaciones totales de uranio de la Unión Europea.

Níger pertenece a la Unión Africana, al Movimiento de Países No Alineados, a la Organización para la Cooperación Islámica, la ONU, la Unesco y la Organización Mundial del Comercio.

Se trata de uno de los países más pobres del mundo, según la clasificación del Índice de Desarrollo Humano y el pnud. De acuerdo con datos del Banco Mundial, solo el 18,6 % de la población de Níger tiene acceso a la electricidad, mientras que proveen el 40 % de la electricidad de las ciudades francesas a través de la exportación del uranio para sus plantas generadoras.

Datos recientes de la ONU reflejan que más de 37 millones de personas necesitan ayuda humanitaria en la región del Sahel, a la que pertenece Níger –entre el desierto del Sahara y la sabana sudanesa–, debido a «la constante inseguridad, perturbaciones climáticas, guerras, golpes de Estado y el auge de redes criminales y terroristas». Paralelamente, el organismo mundial estima que solo en Burkina Faso, Mali y Níger unos diez millones de niños, el doble que en 2020, se hallan en condiciones de riesgo extremo.

Fuente: granma.cu

1 COMENTARIO

  1. Entiendo no es golpe de estado, es un movimiento reivindicatorio para que los países expoliadores dejen a los ciudadanos de níger disponer de sus recursos y de sus bienes en su beneficio. Basta de saqueos por parte de gobiernos extranjeros.

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