En declaraciones a la agencia oficial de noticias palestinas, el director del Programa de Responsabilidad de Defensa de los Niños Internacional, Ayed Abu Qutaish, detalló que 326 perdieron la vida en el enclave costero y otros seis en la Ribera Occidental.
Abu Qutaish acusó al vecino país de lanzar un agresión contra civiles en la Franja, donde viven más de dos millones de palestinos.
Condenó también los crímenes israelíes, incluidos desplazamientos de personas, demoliciones de barrios residenciales, así como cortes de los servicios de agua, electricidad y comunicaciones.
Ese país no rinde cuentas, y por tanto la impunidad constituye una luz verde para continuar sus violaciones y matanzas, subrayó.
El gobierno de Benjamin Netanyahu justificó su ofensiva total contra el enclave por el ataque cometido el sábado último por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), que causó la muerte de unos mil 300 israelíes.
Según el último parte, mil 232 palestinos murieron allí desde entonces y otros cinco mil 763 resultaron heridos.
A esa cifra se suman 26 palestinos en Cisjordania y los más de mil 500 presuntos milicianos abatidos en Israel, según el Ejército del vecino país.
El Ministerio de Obras Públicas y Vivienda de Gaza divulgó que al menos dos mil 540 unidades de vivienda fueron destruidas o gravemente dañadas y otras 22 mil 850 fueron afectadas durante ese lapso por los bombardeos.
El portal noticioso israelí Walla elevó la cifra a tres mil edificios destruidos en la Franja de Gaza.
Varios barrios ubicado en el enclave sufrieron una gran destrucción tras ser bombardeados aleatoriamente, lo que provocó la muerte de decenas de ciudadanos, denunció el sitio web Al Quds.
Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, hasta la fecha casi 388 mil palestinos abandonaron sus hogares en la Franja de Gaza tras seis días de ataques en esa zona, donde se reportan más de mil 100 muertos y cinco 300 mil heridos.
Al respecto, indicó que desde el inicio de las hostilidades, siete importantes instalaciones de agua y alcantarillado que abastecían a más de un millón de personas fueron alcanzadas por ataques aéreos y sufrieron graves daños.
Por su parte, las autoridades de salud de esa zona alertaron que los medicamentos, insumos médicos y el combustible están a punto de agotarse.
Citado por la agencia de noticias Safa, el servicio médico de ese enclave costero señaló que la cantidad de heridos por los ataques es de tal magnitud que muchos están alojados en el suelo de los hospitales.
