PCOE: Sobre el salario mínimo y la crisis del capitalismo

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El pasado viernes 12 de enero se anunció la subida del Salario Mínimo Interprofesional por parte del Gobierno un 5%, con el acuerdo de los sindicatos CCOO y UGT, hasta los 1.134 euros mensuales (distribuidos en 14 pagas) en 2024 con carácter retroactivo desde el 1 de enero de este año.

Esta medida, igual que el resto de subidas del salario mínimo interprofesional en años anteriores, hay que analizarlo dentro de la situación de cambio del modelo de “mercado laboral” que los monopolios están instaurando, consistente en reducir drásticamente el número de horas trabajadas.

El contrato de trabajo a tiempo parcial se convierte, de esta manera, en el contrato preferido por la burguesía, eliminando progresivamente los contratos fijos a tiempo completo. Así, más trabajadores van a poder tener un puesto de trabajo, pero siempre con muchas menos horas trabajadas. Esto permite a la burguesía elegir, prácticamente día a día, cuántos trabajadores y qué número de horas está dispuesto a pagar (no confundir con las horas trabajadas, que pueden ser más bajo amenaza de no volver a llamar al trabajador).

El número medio de horas por trabajador no ha dejado de disminuir desde 2008, según el Instituto Nacional de Estadística, pero sobre todo después de la pandemia:

Cómo reconoce el propio Banco Central Europeo en su reciente informe: la media de horas trabajadas sigue “una tendencia decreciente a largo plazo”, sin ser un efecto único de la pandemia. El BCE señala al incremento del empleo a tiempo parcial como uno de los principales causantes. “El fuerte aumento del empleo a tiempo parcial explica el 80% del descenso de la media de horas hasta 2014”.

Esta estrategia de la burguesía persigue varios objetivos, el primero es destruir los puestos de trabajo mejor remunerados y llevar a la mayoría de los trabajadores a cobrar el salario mínimo (en proporción a las horas trabajadas), también permite tener a más trabajadores fuera del paro pero con muy pocas horas trabajadas y subyugados con un salario exiguo.

El claro ejemplo de esta política es Telefónica, que desde que comenzó el siglo ha destruido más de 40 mil puestos de trabajo en España:

Pero, ¿Es que se ha acabado el trabajo de Telefónica? Absolutamente no. Simplemente Telefónica, que había sido una empresa pública con mejores salarios, ha dejado de hacer esos trabajos para que lo realicen las contratas y subcontratas como lo son Hemag, Cobra, Gestra, etc. Empresas que pagan el salario mínimo a sus trabajadores con contratos a tiempo parcial y condiciones laborales absolutamente deplorables.

La clase trabajadora, con esta medida de aumento del salario mínimo interprofesional, no gana. Al revés, pierde poder adquisitivo. Mientras que antes podías conseguir un trabajo a tiempo completo y, dependiendo de tu cualificación profesional, te encuadradas en una u otra categoría profesional del Convenio Colectivo correspondiente (cuyas tablas salariales eran mayores al SMI) ahora la inmensa mayoría de los trabajadores, independientemente de su cualificación profesional, van a empezar a trabajar en la categoría profesional más baja y/o a tiempo parcial con lo que la disminución de salario y horas trabajadas son evidentes.

La subida del salario mínimo, enmarcada en este cambio de estrategia marcado por la gran burguesía, supone una doble ventaja para ésta: por un lado se ahorra los salarios de las grandes masas de trabajadores que la gran burguesía como Telefónica o la banca (que han hecho el mismo proceso) han despedido de sus empresas y, por otro lado, permite aumentar mínimamente los ingresos de los trabajadores más pobres para evitar los impagos de sus deudas (hipotecarias y no hipotecarias) a costa de las empresas más pequeñas, que son aquellas que pagan el SMI a sus trabajadores.

Además de que son de sobra conocido los trucos que utilizan los burgueses para que las subidas del SMI se queden en papel mojado, que no es otra cosa que usar a sus perros de presa CCOO y UGT para firmar convenios en los que no se apliquen dichas subidas o sean recortadas de otras partes. Todo esto sin respetar su propia legalidad, demostrando una vez más el papel opresor sobre los trabajadores del Estado y sus leyes. Esta práctica se mantiene en uso por la misma razón que CCOO y UGT mantienen su labor de zapa de la acción sindical y organizativa de la clase obrera: la falta de ideología proletaria de las masas y su completa falta de conciencia de clase.

El Ingreso Mínimo Vital se encuadra en esta estrategia, de igual forma, como medida para evitar los impagos de los trabajadores con la gran burguesía mientras se mantienen en la miseria, pero esta vez a costa del Estado en lugar de la pequeña y mediana burguesía como con la subida del SMI.

Cepyme denuncia esto mismo en su reciente “estudio”: ‘Repercusión de la subida del SMI en la pyme española’, donde denuncia que la subida del SMI va a afectar principalmente a las pequeñas y medianas empresas.

En ambos casos la gran burguesía nunca pierde, más al contrario, gana enormemente a costa de la pequeña y mediana burguesía y, sobre todo, a costa de la clase trabajadora. Esta afirmación no está sacada de la nada ya que los datos la demuestran y es que los burgueses no hacen más que aumentar su riqueza mientras el resto pierde poder adquisitivo sin parar. El circo mediático, sin embargo, es manejado por ésta para hacer creer, por una parte, que la patronal en su conjunto está en contra de esta medida, lo cual es falso porque beneficia a los monopolios. Y, por otra parte, también pretende hacer creer al pueblo que el actual Gobierno es quién beneficia a los trabajadores, cuando es exactamente lo contrario.

CCOO y UGT, cómplices necesarios de todo este cambio de modelo de explotación a los trabajadores, son quienes han permitido todos los despidos de las grandes empresas, ya sean en modalidad de Expedientes de Regulación de Empleo o en cualquier otra (como los planes de salida individualizados). Además, son quienes han firmado, en su mayoría, todos los nuevos Convenios Colectivos con tablas salariales tan miserables que con una pequeña subida del SMI afecta a múltiples categorías o grupos profesionales.

Sin la firma de estos sindicatos amarillos y vendidos a la patronal el plan de esta no se habría llevado a cabo con tanta facilidad y rapidez, pero la derrota ideológica de la clase trabajadora y la atomización del sindicalismo de clase y combativo han permitido el avance sin oposición de los planes de la patronal.

Estas medidas como la subida del SMI o el IMV no son más que parches para evitar la gran crisis que se asoma. La subida de la inflación y el euríbor han empobrecido tremendamente a la clase trabajadora, los jóvenes no pueden acceder a una vivienda ni independizarse, los desahucios aumentan, los salarios disminuyen así como el consumo y esto desembocará en una nueva gran crisis capitalista.

El sistema capitalista se encuentra en un callejón sin salida, su tiempo ha pasado. La creciente automatización de los procesos productivos obliga a reducir el número de horas trabajadas pero, bajo el capitalismo, esto supone miseria y desgracia para el proletariado que ve cómo cada vez es más y más difícil cubrir sus necesidades más básicas.

La clase trabajadora hoy solo tiene una salida, la socialización de los medios de producción. El Socialismo es la única forma de armonizar las fuerzas productivas y las relaciones de producción, ahora totalmente desacompasadas, lo que permitirá que el pueblo trabajador sea capaz de dirigir su destino, emancipándose como clase y haciendo que todos los avances técnicos y científicos supongan una mejora en la calidad de vida del proletariado.

Los comunistas debemos llevar esta política a las masas trabajadoras, a los centros de trabajo donde estemos, a los barrios y a cualquier organización de trabajadores para que comprendan realmente su situación, los movimientos políticos de la burguesía desde una visión de clase. Debemos aprovechar el descrédito que hoy sufren los medios de manipulación de masas para llevar nuestra propaganda a los trabajadores e ir ganando cada vez más influencia sobre ellos para dirigirlos organizadamente contra el sistema capitalista y por la construcción del Socialismo.

¡Ahora más que nunca, es el momento de los comunistas!

¡Socialismo o barbarie!

Comisión de Movimiento obrero y de masas del Comité Central del PCOE

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