Los pobladores del Golán ocupado se congregaron en la plaza central de la referida población donde oraron por la paz de las almas de los 12 niños, de edades entre 10 y 16 años, que murieron en el suceso.
De acuerdo con los medios de prensa aquí, después del funeral, varios ministros del gabinete israelí llegaron al lugar de la masacre, pero los pobladores los expulsaron y gritaron consignas como “asesinos”, “salgan de aquí” y “paren la guerra”.
El Ministerio sirio de Asuntos Exteriores condenó el ataque israelí y aseguró que el mismo forma parte de sus intentos de escalar la situación en la región y ampliar el alcance de su agresión.
El texto denunció los continuos y diarios crímenes por parte de Israel y sus descarados intentos de crear pretextos para ampliar el círculo de su agresión, y consideró que Tel Aviv es plenamente responsable de esta peligrosa escalada de violencia de la situación en la región.
Sobre las acusaciones israelíes a la resistencia de perpetrar el bombardeo, el Ministerio afirmó que los pobladores del Golán no se dejarán engañar por las mentiras del ocupante.
La Resistencia de Líbano negó rotundamente su responsabilidad del ataque y afirmó que no tenía nada que ver con el incidente contrariamente a las afirmaciones israelíes sobre el asunto.
Los informes indican que la explosión pudo causarla un misil antiaéreo de la Cúpula de Hierro que se desvió de su rumbo y golpeó la zona.