Elizabeth Naranjo (Granma).— Al final del largo viaje,/ Ho Chi Minh suave y despierto:/ sobre el albura del traje/ le arde el corazón abierto. / No trae escolta, ni paje./ Pasó montaña y desierto:/ en la blancura del traje,/ sólo el corazón abierto./ No quiso más para el viaje.
Así describió Nicolás Guillén, a Ho Chi Minh, en el poema que lleva el nombre del líder fundador de la nación vietnamita, quien falleció el 2 de septiembre de 1969, hace 55 años.
El mundo lo recuerda como un gran sabio y un excelente político. En su país, y en muchas otras tierras del mundo, generaciones tras generaciones lo reconocen como el hombre de pensamiento y acción que guio a Vietnam hacia la independencia y la unificación, después de la guerra. Su liderazgo y visión fueron cruciales en la creación de la República.
Estableció las bases del Partido Comunista, cimentado en el marxismo-leninismo y en la lucha de clases, influencias que se reflejan hoy en la estructura política, económica y social de su nación.
Ho Chi Minh favoreció las relaciones con otros países socialistas y movimientos de liberación en todo el mundo. En diciembre de 1960, Cuba se convirtió en el primer país del hemisferio occidental en establecer relaciones diplomáticas plenas con Vietnam.
Sobre el vínculo entre ambas naciones, el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, expresó que «al pueblo de Vietnam estamos dispuestos a darle no ya nuestra azúcar, sino nuestra sangre, ¡que vale mucho más que el azúcar!».
Desde la remota Asia, Ho Chi Minh diría sobre esos lazos: «Solamente quiero decir que entre Cuba y Vietnam hay tanta distancia que cuando uno duerme el otro está despierto. Antiguamente se decía del imperio inglés que el Sol nunca se ponía para la bandera inglesa.
«Pero ahora hay que decir que el Sol nunca se pone para la bandera de la Revolución. Es decir, que nuestros países geográficamente son antípodas, pero hay una identificación completa en lo moral».
El Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, evocó, por medio de un mensaje en la red social x, en ocasión del aniversario de la independencia de Vietnam y la partida física del compañero Ho Chi Minh, «sus aportes a la construcción del socialismo y su legado, junto al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, a los vínculos indestructibles entre Cuba y Vietnam».
Las enseñanzas del Tío Ho constituyen una parte integral de la identidad nacional de Vietnam. Su influencia se percibe en muchos aspectos de la vida contemporánea del país, haciéndolo ver –como él mismo diría– «cien veces más hermoso».