Miguel Lema (Unidad y Lucha).— Lejos de la patria, veo con tristeza cómo algunos honran la muerte de este dictador; pero, gracias a los hermanos del Partido Comunista del Pueblo de Cataluña (PCPC), puedo recordar quién fue este enigmático personaje. Fujimori es un criminal peruano que huyó al Japón para escapar de la justicia y que con su enorme ilícita riqueza, llegó a ser candidato al senado Nipón, a pesar que el requisito es ser japonés. Fujimori, cuando se presenta al senado declara: “Por el país de mi padre, de mi madre y el Japón; la tierra de los samuráis, prometo mi mayor esfuerzo y mi propia vida por el Japón”. Observemos que el haber sido presidente ya había jurado lealtad a nuestra patria en tres diferentes periodos1990-1995, 1995-2000 y en el 2000 cuando el Congreso lo destituyó por “Incapacidad Moral”. Su identificación con Japón se puede considerar una traición y no solamente al Perú, sino también al mismo Japón, ya que no era japonés y ademas era un fugitivo de la ley.
Un hecho histórico sucedió cuando los japoneses en la guerra con China llenaron de niños, mujeres y ancianos el estadio de Nanjing para acribillarlos por lo cual los chinos le reclaman que pidan perdón. Japón de ideología Nazi, tenía campos de concentración donde con los prisioneros experimentaban cirugías delicadas, mutilaciones, esterilizaciones y castraciones. Hago este hincapié para explicar el programa de gobierno fujimorista que heredo de la guerra chino-japonesa. Fujimori creó numerosas clínicas, especialmente en la zona andina, donde a las mujeres las esterilizaban a la fuerza quitándoles los ovarios ¿Qué pretendía Fujimori? La única respuesta es, exterminar a la raza andina como sus ancestros con los chinos y como hicieron los Nazis con los judíos.
Era el 3 de noviembre 1991 y hubo información que un grupo de sospechosos tenía una reunión en el distrito de Los Barrios Altos. El Servicio de Inteligencia del ejército denominado Grupo Colina se presentó y sin previa verificación asesinaron a 14 personas y a un niño. Al final se comprobó que en realidad era sólo una fiesta familiar. Cabe recordar que estos grupos paramilitares eran comandados por Vladimiro Montesinos, el asesor de Fujimori. El 18 de julio de 1992, Montesinos ordenó al mayor Martín Rivas y a su Grupo Colina capturar a unos universitarios sospechosos de terrorismo. Los militares capturaron y asesinaron a los estudiantes y a un profesor de la universidad La Cantuta. La gente no supo nada porque la mayoría de los diarios estaban controlados por el gobierno. En 1993 Llegó un mapa anónimo a la revista “Sí” y el periodista Ricardo Uceda, declaró que el mapa describía unas fosas clandestinas en Cieneguilla. Allí comenzaron las excavaciones donde encontraron los cadáveres acribillados de nueve estudiantes y un profesor. Los cuerpos habían sido mutilados, quemados y se encontraban con fragmentos de ropa, zapatillas, cabellos y casquillos de bala.
Uno de los casos más emblemáticos de violaciones a los derechos humanos en Perú sucedió el 17 de diciembre de 1996, 14 jóvenes universitarios armados asaltaron la residencia del embajador del Japón y tomaron a más de 400 rehenes cuando celebraban el 63 aniversario del nacimiento del emperador japonés. Todas las mujeres y casi todos los funcionarios fueron puestas en libertad la misma noche del 17 de diciembre. La toma duró 126 días, los rehenes que quedaban fueron liberados el 22 de abril de 1997. La operación fue con engaños del monseñor Cipriani, obispo de Ayacucho el cual organizó un partido de fútbol y durante el evento deportivo asesinaron a los estudiantes. Existe un informe de la Agencia de Inteligencia de los Estados Unidos, del 10 de junio de 1997, declarando que Alberto Fujimori dio “la orden de no capturar a ninguno con vida”. El 17 de abril de 2015, la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró responsable a la República del Perú por la violación de los derechos a la vida. Otro caso parecido sucedió en1992, cuando una bomba explotó en la calle Tarata de Miraflores en Lima. Aquí los presuntos implicados, sin previa investigación fueron ejecutados. Esta explosión fue hecha con material militar, por lo que estoy seguro de que fue obra de Montesinos para culpar a Sendero Luminoso y mantener la corrupción del gobierno lejos del interés nacional. Tiempo después la Corte Suprema determinó que ninguna de las víctimas tenía vínculos con organizaciones terroristas. En 2007, tras ser extraditado de Chile, Alberto Fujimori fue condenado a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad.
De igual manera, los familiares de Fujimori se beneficiaron de la corrupción, se enriquecieron y se fugaron del Perú. Fujimori, cuando empezó su carrera política, era un ciudadano de clase media-baja, pero ahora su hija es propietaria de grandes extensiones de terreno cerca de Chorrillos y otras propiedades en Lima. Fujimori se expropió de los fondos públicos por 800,000 dólares y se los entregó a Augusto Miyagusuku para que se comprara terrenos en el departamento de La Libertad. Está claro que los hijos también se han beneficiado de los saqueos que hizo su padre; ellos han ido a las mejores universidades de Estados Unidos, donde las matrículas anuales están por encima de los $40,000 por año. Hay numerosas leyendas que cuentan que Fujimori llevaba maletas llenas de dólares a sus hijos a Norte América. La esposa, por otro lado, denunció a Alberto y a los servicios de inteligencia por abusos de autoridad. A ella la capturaron y la torturaron por largo tiempo encerrada en el Centro de Inteligencia Nacional; lugar funesto donde han desaparecido periodistas y otras personas que protestaban contra los abusos del dictador, (ver “Mariposa Negra” película Peruana). Un caso célebre fue el asesinato del periodista Luis Choy por descubrir un almacén lleno de cocaína perteneciente a Kenji Fujimori, hijo de Alberto. El asesino Lidomar Hernández confesó que Kenji Fujimori lo había contratado para asesinar a Choy. La ley peruana se tapa los ojos y el asesino sigue libre. Por otro lado, Keiko Fujimori estuvo presa por lavado de activos y sigue siendo investigada; además, Kenji ha sido condenado a 54 meses de prisión por tráfico de influencias. En el Perú no existe la justicia y ésta solo es un elemento para proteger a los que saquean el país. La corrupción del gobierno llegó al extremo de ordenar la libertad de Fujimori contraviniendo la orden de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos. La muerte ha salvado a Fujimori de ser condenado por el asesinato de seis dirigentes comunales y se escapa dejando una deuda 57 millones de soles de reparación civil. Si han llegado hasta acá, ya se han dado cuenta de que con su muerte y su honroso entierro hemos revivido todos los abusos, crímenes y robos que cometió este vil personaje.
